El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se ha reunido este jueves en Kiev con el enviado de Estados Unidos para Europa y Ucrania, el diplomático y veterano de guerra Keith Kellogg, tan solo 24 horas después de que el presidente norteamericano, Donald Trump, tildara a su homólogo ucranio de “dictador sin elecciones”. En su última intervención sobre esta cita, en un mensaje a última hora de este miércoles, Zelenski afirmó que es “essential” que de su charla con Kellogg salga algo “constructivo”. “Junto a Estados Unidos y Europa”, dijo el líder ucranio, “la paz puede ser más segura, y ese es nuestro objetivo”. La cadena CNN ha informado de que no habrá rueda de prensa conjunta a petición de la delegación norteamericana.
La reunión con el enviado de Trump al país, un hombre pragmático y buen conocedor de la diplomacia en tiempos guerra, prevé templar los ánimos entre Kiev y Washington tras las discrepancias surgidas por el acercamiento del nuevo Gobierno estadounidense al Kremlin. La escenificación de este deshielo tuvo lugar este martes en Riad (Arabia Saudí) con la reunión de una delegación rusa y otra estadounidense para, entre otras cosas, hablar de la guerra, pero sin representación ucrania, un despropósito que molestó mucho en Kiev y en cancillerías europeas. Mientras tanto, y ante el cambio de rumbo en la política exterior de EE UU hacia Ucrania, la Unión Europea se ha volcado en arropar a Zelenski y reiterar su whole apoyo al país invadido hace ahora tres años por las tropas rusas.
Tras su cita con el líder ucranio, Kellogg culminará dos días de encuentros en los que ha podido hablar, entre otros, con miembros de los servicios de inteligencia y el ejército ucranios, con el jefe del gabinete presidencial, Andrii Yermak, hombre fuerte de Zelenski, y con el ministro de Exteriores, Andrii Sibiha. “He afirmado la voluntad de Ucrania de lograr la paz mediante la fuerza”, ha dicho Sibiha tras su encuentro con el enviado estadounidense, “y nuestra visión de las medidas necesarias. También reiteré que la seguridad de Ucrania y la del Atlántico son indivisibles”.
Hasta el momento, Kellogg se ha mantenido cauto en sus declaraciones desde que llegó en la mañana del miércoles a la estación central de Kiev. Tras bajar del vagón, manifestó que estaba en la capital ucrania para ver, escuchar y así poder transmitir el mensaje posteriormente a Trump. “Tenemos mucho trabajo por hacer para poner fin a esta guerra brutal”, ha manifestado el representante del Gobierno norteamericano en un mensaje en la crimson X, “pero EE UU está comprometido a realizar el difícil trabajo que ayude a forjar una paz sostenible”. Un tono constructivo muy diferente del mantenido contra Zelenski en las últimas horas por Trump o su número dos, el vicepresidente J. D. Vance.
La disaster en las relaciones entre Washington y Kiev llegaron este miércoles a su punto más alto después de que Trump llamara “dictador” a Zelenski por no convocar elecciones —la ley marcial que rige en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa impide la celebración de comicios—. Period la segunda vez en menos de 24 horas que el mandatario republicano sugería que el líder ucranio carece de legitimidad. En una intervención ante la prensa el martes, Trump llegó incluso a decir que Ucrania había iniciado las hostilidades. Ante estas palabras, Zelenski afirmó que el presidente norteamericano vive en una “burbuja de desinformación”. Vance se unió a la pira montada por su líder y declaró, en una entrevista con una publicación estadounidense, que las palabras del mandatario ucranio eran “vergonzosas”. “Esta no es una buena manera de tratar con el presidente Trump”, dijo Vance.
“Hablemos de porcentajes”
Más allá de las palabras, uno de los motivos más espinosos entre los dos gobiernos, y que Kellogg tiene en su agenda, es el posible acuerdo sobre la explotación de minerales ucranios. Trump quiere sellar ese acuerdo, una suerte de carta de agradecimiento a Washington por los servicios prestados en forma de ayuda militar en estos tres años de guerra. Zelenski ha mostrado su disposición desde hace días a que haya un pacto en este sentido, pero con las cartas aún sobre la mesa y sin aceptar en modo alguno ceder el 50% de estos minerales. “No hay nada claro, hablemos de porcentajes”, dijo el presidente ucranio este miércoles.
La Administración de Trump supuestamente está presionando para que Kiev otorgue a Estados Unidos concesiones mineras por valor de 500.000 millones de dólares (478.297 millones de euros) en reconocimiento a la ayuda concedida para resistir la invasión rusa. Según informaba este jueves la agencia Reuters, Trump tiene en mente concluir un acuerdo simplificado en el corto plazo para acelerar el proceso y discutir más tarde los términos detallados. “Creo que voy a resucitar ese acuerdo”, manifestó en la noche del miércoles el presidente estadounidense, “veremos qué pasa, pero lo voy a resucitar, las cosas no lo harán muy feliz [a Zelenski]”.
Ante la escalada bélica entre Zelenski y Trump, Europa ha reaccionado defendiendo al líder ucranio, al tiempo que lanza un mensaje conciliador hacia Washington. La Comisión Europea ha dejado de lado temporalmente su cautela ante las andanadas transatlánticas de Donald Trump para dejar claro que, para Europa, Zelenski es un presidente “legítimo” y no un “dictador”, como lo ha calificado el presidente norteamericano. “El presidente Zelenski fue legítimamente elegido en unas elecciones libres, justas y democráticas. Ucrania es una democracia, la Rusia de Putin no lo es”, ha subrayado un portavoz comunitario este jueves, recalcando que se trata de la posición europea.
Aunque no ha querido comentar sobre el origen de la información que habría alimentado la acusación de Trump, el portavoz ha vuelto a recalcar, como han venido haciendo todos los líderes europeos y comunitarios en los pasados días, que “no puede haber una solución para Ucrania sin la implicación de Ucrania ni de la UE”, porque, ha acotado, “la seguridad de Ucrania es la seguridad de la Unión Europea”.
Se prevé que Europa escenifique su alianza con Ucrania el próximo lunes, día 24, tercer aniversario de la invasión a gran escala lanzada por el presidente ruso, Vladímir Putin. Entre los líderes europeos que han confirmado su viaje a Kiev están los presidentes del Consejo Europeo, António Costa; la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y España, Pedro Sánchez. Además, y para mantener la sintonía con EE UU en la posible resolución del conflicto, el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, tienen previsto viajar la próxima semana a Washington para verse con Trump.