Cuando la raza humana desaparezca de la Tierra, se oirá por todo el mundo, desiertos, selvas, montes y valles, a todos los animales del planeta gritando cada uno en su lengua: ¡albricias!. Pájaros de todas clases, jilgueros, mirlos, golondrinas y también cuervos y otras aves de rapiña podrán hacer sus nidos y poner los huevos en la Capilla Sixtina. El Despacho Oval de la Casa Blanca, el trono del palacio de Buckingham o el sillón de oro del Kremlin estarán ocupados por sucesivas dinastías de chimpancés y visto desde el universo, nadie será capaz de distinguir la diferencia en este cambio de régimen.Durante su reinado irá creciendo la hiedra hasta la rodilla en el asfalto de todas las ciudades, en la Quinta Avenida, en los Campos Elíseos, y luego ascenderá por las paredes hasta lo alto de los rascacielos y toda la cultura de nuestra civilización, el Louvre, el Museo del Prado, la Galería de los Uffizi, desaparecerá bajo las ruinas.