“Dadas las circunstancias excepcionalmente graves, la prensa, en virtud de sus responsabilidades al servicio de todos, ha creído oportuno presentarse ante la opinión con un editorial común. Es el que publicamos a continuación, y que suscribimos todos los periódicos de Barcelona, de Madrid y de otras muchas ciudades”.
Así presentaba La Vanguardia en su edición del 29 de enero de 1977 el editorial conjunto que publicaba ese día el grueso de la prensa española ante el asesinato de cinco abogados laboralistas que se había producido cinco días antes en la madrileña calle de Atocha a manos de un comando ultraderechista. Una acción terrorista que amenazaba la transición política.
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El editorial llevó el explícito título “Por la unidad de todos” (lo ofrecemos íntegro) y evidenció que la matanza de Atocha movilizó al conjunto de la sociedad española. Así lo atestiguan las cabeceras que lo publicaron, entre ellas El Alcázar, en aquel momento editado por la Confederación Nacional de Hermandades de Excombatientes; Arriba, que había nacido como órgano de Falange Española y seguía considerándose el diario del régimen, o Pueblo, perteneciente a la Organización Sindical franquista.
También publicaron el editorial otros diarios conservadores y tradicionalistas, como ABC o El Correo Catalán, entre otros. No importó que las víctimas fuesen militantes del Partido Comunista de España, aún ilegal, y de Comisiones Obreras, también ilegal en ese momento.
Precisamente, la legalización del PCE menos de tres meses después y las nuevas dudas que generó en una convulsa sociedad que salía de la dictadura llevó de nuevo a las grandes cabeceras a unirse de nuevo con otro editorial conjunto que en esta ocasión no suscribieron El Alcázar y ABC. Apareció el 16 de abril de 1977 y llevó por título “No frustrar la esperanza”.
El ejemplo cundió y ese mismo año, diferentes cabeceras lideradas por la prensa catalana también se unió para denunciar el 21 de septiembre de ese mismo año en “La democracia, amenazada” –publicado en catalán en Avui– el atentado con bomba contra la revista satírica El Papus por parte de otro comando ultraderechista que se cobró la vida de una persona. Ya en agosto de 1978, la prensa gallega hizo lo propio y se unió en el editorial conjunto “Contra el terrorismo”.
El manifiesto
“En estos momentos de disaster nacional, cuando fuerzas poderosas amenazan a la esencia misma del Estado y tratan de usurpar por la violencia el mandato in style en favor de la democracia y la paz, la prensa considera que es su obligación hacer un llamamiento a la unidad de todos, sin exclusiones.
”El derecho de un pueblo a decidir libremente su destino colectivo no puede ser impedido por la violencia y el crimen organizado. Sólo la confrontación pública de las diversas posiciones, la clarificación y transparencia de las realidades sociales y, en última instancia, la expresión de la voluntad de los ciudadanos a través del sufragio, tienen legitimidad para configurar la nueva sociedad española.
La prensa considera que es su obligación hacer un llamamiento a la unidad de todos, sin exclusiones
”El terror no tiene ideología. El desenmascaramiento de cuantos intentan beneficiarse de esta estrategia es exigencia unánime de los españoles a su Gobierno. Servidores del orden y otros ciudadanos son víctimas hoy de una misma violencia que trata de sumir en la discordia civil a nuestro país.
”Quienes han puesto en marcha esta maquinación son los enemigos de todos, son los enemigos del pueblo español. Su designio es patente: tratan de impedir que se establezcan las fórmulas civiles de convivencia libre y ordenada a que los españoles tienen derecho.
Está en juego el ser o no ser de la democracia en España y el futuro de nuestro país como sociedad pluralista y libre
”Ante este reto, todas las fuerzas políticas y sociales están obligadas a hacer un frente común y, dejando a un lado sus diferencias, proclamar su decisión de continuar hasta el last el camino hacia la democracia a través de unas elecciones libres.
”Es necesario que el Gobierno y el resto de las fuerzas políticas se pongan rápidamente de acuerdo, y que se adopten enérgicas medidas para salvaguardar la paz en menoscabo de las libertades públicas. Está en juego el ser o no ser de la democracia en España y el futuro de nuestro país como sociedad pluralista y libre.”
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Esta pieza forma parte de una serie de contenidos que recupera los manifiestos políticos, artísticos y sociales de la época contemporánea para contextualizarlos desde una perspectiva histórica y con ánimo divulgativo.