Desde hace unas semanas, la historia de Alejandra Arias y Jaime Martínez, una pareja de colombianos residentes en Madrid, ha llamado la atención de numerosos usuarios en las redes sociales después de que ellos explicaran en primera persona sus experiencias durante el proceso de “adopción” de un bebé robotizado creado a partir de inteligencia synthetic para suplir la carencia de uno actual.
La pareja esperó unos tres meses en una “gestación” explicit. Es decir, el tiempo que empleó una empresa canadiense en crear a “Batmancito”, el bebé robotic diseñado a partir de las características físicas de los padres.
Su caso ha desatado una ola de reacciones en redes sociales que van desde la curiosidad al escepticismo, y han provocado debates sobre el papel que pueden desempeñar estos muñecos hiperrealistas en la salud emocional de sus “padres”.
Todo empezó hace unos meses, cuando los médicos confirmaron que Arias no podría tener hijos por motivos de salud. Así que la pareja decidió acudir a un especialista en salud psychological, quien le recomendó someterse a la terapia del “reborn” (traducido en español como “volver a nacer”).
¿En qué consisten las terapias “reborn”?
Las terapias reborn se basan en el uso de muñecos hiperrealistas que imitan a un bebé humano en apariencia, peso y, en algunos casos, incluso en movimientos y sonidos.
Fueron diseñados por expertos en salud psychological como herramientas terapéuticas para personas que han sufrido la pérdida de un hijo o que enfrentan problemas de infertilidad.
“Es positivo siempre y cuando se use por un periodo de tiempo para calmar el dolor y ayudar en el proceso de duelo”, explicó a la VOA Cristina Balinotti, experta en psicología clínica con consulta en Miami, a pesar de que advirtió que este tipo de terapias puede desencadenar en algo “negativo si se perpetúa en el tiempo, porque tiene que estar manejado en el contexto de una terapia”.
“Es el psiquiatra quien debe indicar cuánto tiempo pueden estar con estos muñecos”, puntualizó sobre su uso, también útiles para el tratamiento de ancianos con Alzheimer.
En muchos casos, estos bebés cuentan con inteligencia synthetic que permite imitar la respiración, parpadear y realizar movimientos básicos. El avance de la tecnología ha llevado a que algunos modelos sean incluso capaces de emitir sonidos similares a los de un bebé actual y, en el futuro, podrían desarrollar lenguaje progresivamente, como explica Marc Vilaregut, experto en inteligencia synthetic aplicada al ámbito médico.
“Con la inteligencia synthetic avanzando a un ritmo tan alto, en breve veremos muñecos que podrán hablar e incluso simular crecimiento. Es decir, que desde el primer mes hagan sonidos como ‘gu-gu, ga-ga’, pero a partir del año puedan empezar a decir palabras como ‘papá’ o ‘mamá’”, expuso.
El impacto emocional y el debate ético
El caso de Arias y Martínez también abre la puerta a un debate sobre la efectividad de estas terapias y sus implicaciones emocionales. Mientras algunos defienden su utilidad como herramienta de apoyo, otros advierten sobre los riesgos de crear un apego synthetic sin reciprocidad emocional.
“El intercambio emocional no existe, y es un elemento clave en el desarrollo humano. Ayuda si está dentro del ámbito terapéutico, pero no puede reemplazar la maternidad o la parentalidad”, comentó la experta en psicología, convencida de que el mayor problema radica en la falta de interacción humana actual.
Por eso, ella aconseja que también se podrían estudiar otras opciones, especialmente por las implicaciones emocionales que eso puede acarrear. “En estos casos, lo preferrred sería la adopción, ya que permite establecer un vínculo actual con otro ser humano”, recalcó.
Por su parte, Vilaregut plantea una cuestión ética sobre la “configuración” de estos bebés.
“Las parejas pueden sustituir un bebé actual, pero con la posibilidad de encenderlo o apagarlo dependiendo del momento. ¿Estamos realmente supliendo la maternidad o simplemente creando un juego? Con el desarrollo de la IA, incluso podrían programar si quieren que el bebé tenga un ‘buen día’ o si prefieren que esté más juguetón. ¿Estamos jugando a ser dioses?”, se preguntó.
¿Una sociedad entrando en la period synthetic?
Más allá del debate terapéutico, el auge de los bebés reborn también está poniendo sobre la mesa algunas cuestiones sobre la evolución de la sociedad. El experto consultado por la VOA señala que cada vez menos parejas tienen hijos, pero buscan expandir su núcleo acquainted con mascotas o alternativas como estos muñecos.
“Estamos viendo cómo la gente busca suplir ciertas necesidades afectivas sin los compromisos reales de la crianza. En muchos casos, estos muñecos hiperrealistas pueden confundirse con bebés reales a easy vista, lo que demuestra cómo la tecnología está avanzando para replicar experiencias humanas”, insistió.
Balinotti, por su lado, observa este fenómeno como un síntoma de una transformación social que, a su juicio, podría ser “preocupante”. “Estamos entrando en una period synthetic en la que los seres humanos pueden terminar convirtiéndose en una ‘segunda especie’. La tecnología avanza, pero estamos perdiendo la conexión humana”, advirtió.
Analistas advierten, sin embargo, que el uso de bebés reborn puede ser un recurso terapéutico válido en un contexto supervisado, pero su expansión como tendencia fuera del ámbito médico plantea serias preguntas sobre la evolución de la sociedad y la forma en que las personas manejan sus emociones.
“La historia de Alejandra y Jaime es solo una muestra de cómo la inteligencia synthetic está transformando la forma en la que nos relacionamos como sociedad”, indicó Balinotti.
Pese a los efectos positivos que eso puede tener, la especialista recordó que es indispensable contar con la supervisión médica a la hora de realizar este tipo de terapias “en las que la salud psychological juega un papel determinante”.
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