El muro arancelario de Trump ya tiene sus primeros ladrillos. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cumplido su amenaza arancelaria contra México, Canadá y China. Los productos mexicanos enviados al extranjero deberán pagar un arancel del 25% para ingresar al mercado estadounidense. La tarde de este sábado el presidente a través de sus redes sociales ha confirmado la medida. “Hoy he implementado un arancel del 25% a las importaciones de México y Canadá (10% a la energía canadiense) y un arancel a China. Esto se hizo a través de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional debido a la gran amenaza que representan los inmigrantes ilegales y las drogas letales que matan a nuestros ciudadanos, incluido el fentanilo”, refirió Trump. La medida supone asesta un golpe al 80% de las exportaciones mexicanas. México, principal importador de EE UU, envió en 2024 al mercado estadounidense más de 466.000 millones de dólares en productos, desde autos completos hasta semiconductores. Un arancel de esta magnitud, coinciden los expertos, debilitará al Producto Inside Bruto (PIB), frenaría el intercambio comercial entre los dos países y debilitará al peso.
La Casa Blanca, en sus cuentas oficiales en redes, también ha hecho eco de los argumentos del republicano. “El presidente Donald Trump está tomando medidas decisivas para proteger a los estadounidenses de la disaster del fentanilo. El anuncio arancelario de hoy es necesario para responsabilizar a China, México y Canadá de sus promesas de detener el flujo de drogas venenosas hacia Estados Unidos. El presidente Trump está implementando un arancel del 25% que deberán pagar los productores mexicanos hasta que México coopere con Estados Unidos en la lucha contra las drogas. Los cárteles mexicanos son los principales traficantes de fentanilo, metanfetamina y otras drogas del mundo. Estos cárteles tienen una alianza con el Gobierno de México y ponen en peligro la seguridad nacional y la salud pública de los Estados Unidos”, indicó el Gobierno estadounidense.
La medida impuesta por Trump este sábado supone un viraje de 180 grados en el tablero del comercio mundial y, en específico, para México, principal importador de EE UU. Más del 80% de los envíos que realizan las empresas mexicanas tienen como destino algún Estado de la Unión Americana. Miles de camiones de carga, en ambos lados de la frontera, cruzan sus respectivas aduanas: del lado mexicano, los embarques van, principalmente, de automóviles, autopartes y enseres electrodomésticos. Estados Unidos, por otra parte, abastece de electrónicos y productos agropecuarios, como el maíz, a México. De enero a noviembre de 2024, México envió más de 466.000 millones de dólares en productos a su vecino país del norte, mientras que Estados Unidos vendió al país latinoamericano más de 309.000 millones de dólares en el mismo periodo.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero Base, prevé que si el arancel generalizado del 25% se mantiene todo el año, los envíos mexicanos podrían caer un 12%, arrastrando a la baja el PIB un 4% en 2025. “Aproximadamente 40% del PIB de México son exportaciones, de las cuales el 80% se dirige a Estados Unidos. Esto implica que casi una tercera parte del PIB de México depende directamente de lo que se vende a Estados Unidos”, explicó. La barrera arancelaria impactará al comercio binacional y tendrá un efecto en el tipo de cambio y en las nuevas reglas comerciales, bajo el amparo del TMEC. La medida supone un golpe bajo para la segunda economía de América Latina, en una de sus horas bajas, con una caída en su PIB del último trimestre de un 0,6%, el primer descenso desde 2021.
El déficit comercial para Estados Unidos con México, cifrado en más de 157.000 millones de dólares, ha sido uno de los motivos que ha esgrimido Trump para imponer nuevas reglas al intercambio comercial con México, pero no es el único. Desde su campaña presidencial, el republicano había asegurado que impondría aranceles a las importaciones mexicanas si el Gobierno de Sheinbaum no frenaba la llegada de migrantes y el tráfico de drogas. Hasta el último minuto, el Gobierno de Sheinbaum guardaba la esperanza de esquivar la bala arancelaria de Trump. Durante semanas, tanto la presidenta como su Gabinete abogaron por mantener el diálogo binacional y “la cabeza fría”. Las autoridades mexicanas insistieron en que la imposición de aranceles por parte de EE UU a México solo ocasionará una espiral inflacionaria que perjudicará a sus propios ciudadanos. La Secretaría de Economía cifró en más de 10.000 millones de dólares los sobrecostes para el mercado estadounidense, provocados por nuevas tarifas comerciales. Horas antes de que se confirmara la medida, tanto Sheinbaum como el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, afirmaron que México estaba fuerte y unido, frente a cualquier medida comercial “arbitraria”.