Menos de una semana después de que Donald Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos, su Administración ha chocado frontalmente con el Gobierno de izquierdas de Gustavo Petro en Colombia. El mandatario sudamericano ha anunciado en la madrugada de este domingo que no permitirá el ingreso de vuelos militares norteamericanos con colombianos deportados, a lo que la Secretaría de Estado ha respondido horas después con la suspensión por tiempo indeterminado el trabajo de la sección de visas de su embajada en Bogotá. Asimismo, advirtieron más represalias en los próximos días.
El endurecimiento de la política migratoria fue uno de los ejes de la campaña del reelecto presidente estadounidense y uno de los asuntos que concentraron el aluvión de órdenes ejecutivas que han marcado sus primeros días en la Casa Blanca. Colombia es uno de los principales orígenes de migrantes a Estados Unidos, y Petro ha exigido un “tratamiento digno” a quienes sean enviados de vuelta al país. En concreto, desautorizó los vuelos que volaban con decenas de colombianos en esta madrugada.
Un migrante no es un delincuente y debe ser tratado con la dignidad que un ser humano merece.
Por eso hice devolver los aviones militares estadounidenses que venían con migrantes colombianos.
No puedo hacer que los migrantes queden en un país que no los quiere; pero si ese país… https://t.co/U1MmWrNio1
— Gustavo Petro (@petrogustavo) January 26, 2025
En respuesta, la Secretaría de Estado en cabeza de Marco Rubio anunció en la mañana de este domingo que suspenderá temporalmente el trámite y expedición de visas en Bogotá, medida que afecta a far de colombianos. Petro, a su vez, respondió recordando que hay 15.560 establecidos de forma irregular en Colombia y exigiendo que se presenten a las autoridades locales. Aunque no anunció consecuencias en casos de que no lo hagan, quedó sentado un choque migratorio cuyas consecuencias son aún impredecibles.
La negativa de Petro se produce en medio de la polémica que hay en varios países de América Latina por el anuncio de este endurecimiento de medidas migratorias. El Gobierno de Brasil denunció este sábado el uso de esposas por parte de las autoridades estadounidenses contra ciudadanos del país durante un vuelo de deportación y fue el propio ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Lewandowski, quien ordenó a la Policía Federal que pidiera a los agentes la retirada “inmediata” de las esposas, en cuanto el avión hizo una parada técnica en la ciudad de Manaus.
Asimismo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, prometió este viernes que habrá una estrategia integral para garantizar empleo y programas sociales para las personas repatriadas. “Nos hemos estado preparando para recibir a las y a los mexicanos que tengan un espacio en la frontera y en otros lugares para que puedan tener acceso a los programas sociales, al empleo, a poderse mover en nuestro territorio nacional para ir a sus lugares de origen”, señaló la mandataria durante su conferencia matutina. Los mexicanos son cerca de la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos y sus remesas representan casi el 4% del producto inside bruto (PIB) de México, que en 2024 habría recibido un estimado de 65.000 millones de dólares.
Hace poco más de un año, durante el mandato de Joe Biden, Colombia y Estados Unidos habían firmado un nuevo protocolo para el retorno de nacionales repatriados o deportados que aceleró el proceso y amplió la frecuencia de los vuelos a un promedio que, durante varios meses, rondaba los cuatro aviones por mes. Este acuerdo fue atropellado con la promesa de expulsar a todos los inmigrantes irregulares del país de Trump.
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