En su segunda rueda de prensa desde que ganó las elecciones, Donald Trump ha dicho que pretende renombrar el golfo de México como “golfo de América”, pues lo considera más “bonito y apropiado”. Este anuncio simbólico es el último ejemplo de la visión expansionista que ha demostrado el republicano desde que ganó las elecciones, que incluye la ambición de anexionarse Canadá, adquirir Groenlandia y tomar el management del canal de Panamá, acciones para las que, en la misma rueda de prensa desde su membership privado de Mar-a-Lago, ha sugerido que no descarta el uso de la fuerza.
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El presidente electo, que ha vuelto a quejarse de que México está permitiendo la entrada de criminales a EE.UU., ha asegurado que el país “está esencialmente dirigido por los cárteles”. Además, ha insistido en la necesidad de aplicar “aranceles sustanciales” si no se frena el flujo de inmigrantes, insistiendo en la amenaza que lanzó poco después de ser elegido presidente. Concretamente, alertó al país que puede esperar un arancel international del 25% cuando asuma el poder, el próximo 20 de enero.
Durante la hora que ha durado la rueda de prensa, el presidente electo también ha hablado de la situación de los rehenes tomados por Hamás en Gaza, reiterando su amenaza de que ”se desatará un infierno en Oriente Medio“ si la organización islamista no los libera antes del día de su investidura. El republicano ha repetido esa expresión hasta en cuatro ocasiones durante su intervención. ”No será bueno para Hamás ni, francamente, para nadie. Se desatará el infierno. No tengo que decir más, pero eso es lo que hay”, ha sentenciado.
Un día después de que el Congreso certificara su victoria en el Colegio Electoral, y cuatro años después de que una turba violenta de sus seguidores asaltara el Capitolio para impedir el mismo proceso, Trump ha evitado responder si indultará a los condenados por crímenes violentos. El presidente electo, que durante la campaña prometió dichos indultos pero no dijo si iban a ser generalizados, ha asegurado en la rueda de prensa que los asaltantes “no llevaban ninguna arma” con ellos, algo que ha sido desacreditado durante múltiples juicios en los últimos cuatro años.
Además, el republicano ha atacado repetidamente al sistema judicial estadounidense, al que acusa de una persecución política, a pesar de que tan solo uno de los cuatro casos penales, el de Nueva York por falsificación documental, ha llegado a juicio. El presidente electo recibirá este viernes su sentencia por este caso, que concierne una serie de pagos secretos a la actriz porno Stormy Daniels, por los que fue condenado este año por 34 delitos.
“Hemos tenido eso en repúblicas bananeras, pero nunca lo hemos tenido en un lugar como Estados Unidos”, ha dicho Trump, que ha celebrado sus recientes triunfos judiciales: el fiscal especial Jack Smith retiró las dos causas federales iniciadas en su contra, por intentar revertir el resultado de las elecciones del 2020 y por llevarse y retener documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago tras abandonar la Casa Blanca.
Este martes ha tenido una nueva victoria authorized: la jueza Aileen Cannon, que ha presidido el caso de los documentos clasificados, ha bloqueado temporalmente la publicación del informe que había realizado el fiscal Smith. Cannon, que fue designada por el propio Trump en el 2020, ha accedido a la petición de los abogados del republicano.