La “mayor operación de deportación de la historia” está en marcha. Los agentes del servicio de Inmigración y Management de Aduanas (ICE) ya han ejecutado las primeras redadas del segundo mandato de Donald Trump. El objetivo es, según el llamado “zar de la frontera”, Tom Homan, capturar y expulsar a los inmigrantes indocumentados a los que se considera culpables de los delitos más graves, a “lo peor de lo peor”. Sin embargo, las primeras detenciones demuestran que cualquier ciudadano puede ser objeto de una detención ilegal.
Decenas de agentes de inmigración entraron el jueves en un mercado de pescado de Newark (Nueva Jersey), donde, además de indocumentados, detuvieron a varios estadounidenses, entre ellos un veterano del ejército. El alcalde de la ciudad, Ras Baraka, denunció que no se presentó ninguna orden judicial para irrumpir en el establecimiento comercial, en “un acto atroz, una clara violación de la cuarta enmienda de la Constitución, que garantiza el derecho de las personas a estar seguras frente a registros e incautaciones que no obedecen a razones”, señaló en un comunicado. Baraka, que ya se opuso en el 2017 a cumplir con las políticas migratorias de Trump, confirmó que en su segundo mandato seguirá la resistencia: “Newark no se quedará de brazos cruzados mientras se aterroriza ilegalmente a su gente”.
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La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que la Administración Trump ya ha arrestado a 538 personas, a las que describió como “inmigrantes ilegales criminales”. Aseguró que entre ellos había miembros de una banda carcelaria venezolana y personas condenadas por delitos sexuales. En una entrevista con NewsNation, Homan elevó la cifra a 1.300 personas y dijo que un millar habían cometido delitos graves.
Las primeras redadas se están produciendo en “ciudades refugio”, que limitan la cooperación de las fuerzas locales con las autoridades federales de inmigración. Trump, así como el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, ya han amenazado con retirar a estas ciudades los recursos para la reconstrucción tras desastres naturales, lo que podría impactar, por ejemplo, sobre la abrasada ciudad de Los Ángeles.
Según informó Fox Information, que se ha incrustado en algunas operaciones del ICE en esta primera semana, se han producido detenciones desde el martes en varias ciudades de los estados de Nueva York, Massachusetts, Illinois, Utah, California, Minnesota, Florida y Maryland. Es la primera fase de la promesa de expulsar a 20 millones de inmigrantes, según dijo el republicano en campaña, aunque tan solo hay unos 13 millones sin estatus authorized, según el American Immigration Council.
El alcalde de Newark denuncia la “violación de la cuarta enmienda” en las primeras redadas sin orden judicial
Ayer, la Casa Blanca difundió la imagen de unos 80 guatemaltecos esposados subiendo a un avión militar, un C-17, acompañada del mensaje: “Los vuelos de deportación han comenzado”. Los inmigrantes, que según fuentes oficiales habían entrado recientemente al país, volaron en cuatro aviones militares de vuelta a Ciudad de Guatemala, siendo sometidos a un proceso de “expulsión rápida”. “El presidente Trump está enviando un mensaje fuerte y claro a todo el mundo: si entras ilegalmente en EE.UU., te enfrentarás a graves consecuencias”, publicó Leavitt en X.
Las deportaciones no son una novedad: Invoice Clinton expulsó a 12 millones de personas en dos mandatos, George W. Bush a ten millones, Barack Obama a 5 millones, Trump a 1,9 millones en sus primeros años en la Casa Blanca y Joe Biden a 4,7 millones en su único mandato, según datos del Departamento de Seguridad Nacional.
Pero la forma en la que Trump pretende llevarlas a cabo en los próximos cuatro años sí es inédita. En su primer día en el despacho oval, aprobó una decena de órdenes ejecutivas relacionadas con la inmigración. Entre otras, declaró la emergencia nacional en la frontera para poder movilizar recursos del Pentágono en sus operaciones de deportación y amplió los criterios de “expulsión rápida” para que se pueda echar del país a todas aquellas personas que hayan entrado ilegalmente en los últimos dos años. Este proceso, hasta ahora reservado para los recién llegados y en un radio a 130 kilómetros de la frontera, ahora se puede realizar en todo EE.UU. El republicano también advirtió a las autoridades locales, con especial atención a las ciudades refugio, que deben cooperar con el plan de deportación masiva o atenderse a “consecuencias adversas”.
Ayer, también comenzamos a ver las primeras imágenes de marines patrullando la frontera, que forman parte de los 1.500 soldados que Trump ordenó movilizar. Aunque las Fuerzas Armadas tienen prohibido realizar detenciones, el republicano avanzó que pretende aplicar la ley de Insurrección y la ley de Enemigos Extranjeros, que tienen provisiones que permiten el uso doméstico del ejército. Trump también canceló todas las citas de asilo a través de la aplicación móvil CBP One, suspendió la posibilidad de otorgar refugio y canceló las llegadas de refugiados aprobadas por Biden.
Además, firmó otra orden ejecutiva que elimina el derecho de ciudadanía a los hijos de inmigrantes indocumentados, aunque ha sido bloqueada cautelarmente durante dos semanas por un juez federal, que declaró en la audiencia que period “descaradamente inconstitucional”. Este derecho está protegido por la decimocuarta enmienda, promulgada hace más de 150 años. Si igualmente aplica ilegalmente esta orden ejecutiva, denegará la ciudadanía a más de 150.000 niños al año.
La Casa Blanca difunde imágenes de migrantes esposados subiendo a un avión militar para ser deportados
Con todo, los planes de deportación masiva enfrentan desafíos económicos y logísticos. Es possible que el Congreso tenga que aprobar fondos adicionales, ya que el presupuesto del ICE ya cuenta con un déficit presupuestario, según el precise plan de gastos, que expira el 14 de marzo. También hay un número limitado de camas y centros de detención para retener a los inmigrantes en la fase previa a la deportación, lo que explica la movilización de recursos adicionales del Pentágono, que podría usar sus bases para retener a inmigrantes.
Las primeras imágenes distribuidas por la nueva administración buscan enviar un mensaje de dureza para contentar a las bases trumpistas y asustar a los inmigrantes sin papeles. Pero, de momento, las cifras oficiales de deportaciones en los primeros cinco días de Trump en el poder son menores que las del año 2017, en su primer mandato.
Una potente fuerza laboral en la encrucijada
2,8
millones de inmigrantes llegaron al país en 2023, según el censo
(censo EE.UU.)
20
millones de inmigrantes prometió Trump deportar durante la campaña
13
millones de inmigrantes indocumentados permanecen en el país, según (American Immigration Council)
10
millones de esos 13 millones son trabajadores, el 6% de la fuerza laboral en EU.UU, americana, señala el Pew Analysis Centre
2,6
millones de personas están esperando respuesta a su solicitud de asilo, según consta en el Migration Coverage Institute