Si se exceptúa el territorio propio a la vera del Mediterráneo, pocos lugares en el mundo parecen tan propicios para celebrar un homenaje de solidaridad con Valencia como la Hispanic Society de Nueva York.
La música parecía tener un sonido especial la noche de este jueves al ensamblarse el piano, la guitarra, la flauta, la voz, el taconeo y las castañuelas con ese arte antropológico y etnográfico que el valenciano common Joaquín Sorolla plasmó en su Visión de España, los 14 murales de las regiones españolas que atesora la institución neoyorquina.
En una noche de música española, el pianista valenciano Antonio Galera trae el testigo de la tragedia
La cita se convocó para recaudar donaciones en apoyo a los afectados por la trágica dana de finales de octubre y que se canalizarán a través de la organización World Central Kitchen fundada por el chef español José Andrés.
En la sala había más un centenar largo de asistente físicos, sentados en las sillas, pero había muchos más, todos esos integrantes de los retablos costumbristas que pergeñó Sorolla, amigo del fundador del museo, Archer Huntington, que fue quien le encargó esta obra monumental, entre barretinas y cachirulos, nazarenos, toreos o pescadores.
La gala llevó por título La flor del arte valenciano y contó con el protagonismo principal del pianista de esa tierra de Antonio Galera, presente en ocho de los diez números de los que constó el programa en el que se combinaron compositores clásicos valencianos (Vicente Asencio y su esposa Matilde Salvador o Ruperto Chapí), otros españoles (Joaquín Rodrigo, Enric Granados, Isaak Albéniz y Federico Moreno Torroba) o de estilos españoles (Georges Bizet y su Carmen ).
Esta tragedia estuvo muy presente en los medios neoyorquinos. “A todos nos ha tocado el corazón y no queremos olvidar lo que ha sucedido”, comentó Mark H. Rosenberg, presidente de la Hispanic Society. Pero el concierto supuso un conocimiento de primera mano de lo que sucedió hace un par de meses. Al pianista Galera le cogió en Valencia y tuvo que embarrarse en las tareas de rescate y ayuda.
Originario de Picanya, estudió en Paiporta, es decir, dos de los lugares más castigados. Galera estaba en la ciudad y allí no pasó gran cosa. Todo lo contrario de lo que ocurrió en el domicilio acquainted de Pincanya. “A mis padres les llegó el agua hasta aquí” y puso la mano por encima del hombro.
“En esa zona no llovió. Fue la barrancada, el tsunami que llegó del inside”, ilustró. Galera será el pianista residente da la institución y protagonista de los conciertos del 2025 en la Hispanic Society.
Compartió velada con el guitarrista clásico australiano Rupert Boyd, la flautista Svjetlana Kabalin (serbo-croata), la mezzo-soprano Anna Tonna y la bailarina clásica española Anna de la Paz. Como se escuchó en el escenario, “estamos en Nueva York, pero nuestro corazón está en Valencia”.
Al lado de la puerta de acceso a la sala Sorolla, una personalidad de la alta sociedad recibe o despide al público. Ahí está la duquesa de Alba que Goya pintó vestida elegante en negro.
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