Tres Torres, en Sarrià-Sant Gervasi, el barrio más rico de Barcelona, según el Institut d’Estadística de Catalunya, y Ciutat Meridiana, en Nou Barris, el más pobre. Dos barrios que no se parecen en nada pero que tienen una cosa en común, quizá la única, ninguno de los dos tiene instituto público.
UP
En el distrito de Sarrià-Sant Gervasi todos los alumnos estudian en la privada. Que no haya ningún centro de secundaria público no parece ser un problema. El barrio tiene la tasa más alta de formación universitaria de toda Barcelona, un 55,7% de los vecinos han ido a la facultad (en Ciutat Meridiana es del 7%). Y solo un 8% del alumnado es extranjero, probablemente más hijos de expats que hijos de inmigrantes. Aquí, en Tres Torres, los malos resultados de PISA quedan muy lejos. Quizá por eso no hay manifestaciones ni se ven pancartas colgadas en los balcones reclamando escuelas e institutos. Aunque algunos grupos de la oposición se quejan de que Sarrià-Sant Gervasi ha estado en la cola de las inversiones municipales, aquí no se da la misma desazón ni se provoca el mismo ruido por los equipamientos y servicios –prácticamente inexistentes– que en otras zonas de la ciudad. Es un barrio tranquilo, la preocupación por la oleada de robos en pisos de hace un año se ha desvanecido después de la presión policial, y uno de los debates más encendidos en el barrio es el del trazado del carril bici de la By way of Augusta.
DOWN
En Ciutat Meridiana, todo es muy diferente. No parece Barcelona. Seguramente pocos barceloneses conocen el barrio. Llegar a él es toda una odisea. Es la periferia de la periferia. Se han cumplido 60 años de su existencia, hace 60 años que los vecinos llegados de otras regiones y que autoconstruían barrios enteros reivindican que vivir allí no tiene porqué convertirlos en ciudadanos de segunda. Aunque a veces pase. Ahora en el barrio no hay ningún instituto, ni público ni privado, aunque los datos sean preocupantes. Solo un 7% de los vecinos ha pisado una universidad (Tres Torres multiplica por 8 esta tasa). Un 39% de los estudiantes no han nacido aquí y la mayoría del alumnado proviene de un entorno weak. En Ciutat Meridiana nada es fácil. Tampoco lo ha sido revertir las necesidades educativas pero a partir del curso que viene cambiarán las cosas, tres escuelas ampliarán los estudios hasta la secundaria. Eso quiere decir que los chicos y chicas no tendrán que marchar de su entorno más próximo, podrán continuar con la ESO sin tener que cambiar de centro. El profesorado lo ha luchado, sabe que aquí hay que facilitar las cosas al máximo. Tener institutos en el barrio no es la solución definitiva, pero puede ayudar a revertir una sentencia tan dura como actual, que el código postal todavía condiciona la vida y el futuro de muchos vecinos. Estos nuevos institutos-escuela reducirán distancias. En educación pública, Ciutat Meridiana pasará por delante del barrio más rico de Barcelona. No está mal.