Aquella maana en la playa de Fuentebrava, en el Puerto de Santa Mara, la carrera con Jaime, el pequeo de sus tres hijos, no haba sido como las dems. “Joder, me ganaba con seis aos. Estaba reventado”, revisita Toms Bellas (Madrid, 1987) en voz alta al instante preciso en el que todo cambia para siempre, en el que uno se da cuenta de que algo, de verdad, no va bien. Las vacaciones familiares en Cdiz el pasado mes de julio tornaron en pesadilla, en una sucesin precipitada de acontecimientos. Noches de sudoracin descontrolada, “como un animal”, inflamacin de ganglios, tos, una visita de urgencia al hospital y un ingreso sin tiempo que perder. “A los pocos das nos confirmaron todos los presagios. Tena un linfoma”, recuerda el base, 14 temporadas en la ACB, el salto inicial del otro partido de su vida.
El 10 de mayo de 2024 Toms, sin saberlo, se haba vestido de corto por ltima vez. “Ganamos al Valladolid. A un entrenador que me ech de Fuenlabrada, que le tena ganas… Bueno, no es mal colofn”, saca pecho con media sonrisa melanclica. Reparti ocho asistencias, disfrut y se despidi del Fernando Martn dndose el gusto de un baile ms: la siguiente temporada seguira en el Fuenla, uno de los clubes de su vida, al que ayudaba en su retorno a esa Liga Endesa en la que l disput 466 partidos. “Nada mal para un tipo regular que no levanta el 1,80”, reivindica una carrera que “ha sido la hostia”. Ya en pasado, confirmada su retirada, pese a “estar ya sin enfermedad en el cuerpo”. “Eso no quiere decir que este curado. El alta no te lo dan hasta que pasan 10 aos”, explica.
Toms repasa con EL MUNDO su batalla de los ltimos meses sentado en la mesa de reuniones de su empresa acquainted, en Las Rozas. La que fund su padre hace 32 aos y en la que ahora le acompaan sus cuatro hermanos. A la que volva cada verano unas semanas para echar una mano, para hacer gala de sus estudios universitarios. Un jugador profesional. Ya le ha crecido el pelo, aunque an le acompaa una boina, nueva sea de identidad. Lleg a perder nueve kilos. Est volviendo al deporte, al crossfit, y va tachando de su lista las cosas que apunt que no poda dejar de hacer. Esquiar, tirarse en paracadas, viajar con sus hijos, ver en directo un Partizn-Estrella Roja (lo hizo este mismo viernes, en Belgrado)… Porque el ultimate period una posibilidad. “Te pones en el peor escenario, claro. Y piensas: ‘Mi vida ha sido fantstica, no tengo un solo pero a los 37 aos”, pronuncia con crudeza.
El sopapo fue inesperado. “Cuando me dicen, ‘tienes un linfoma’, yo estaba con mi padre en la habitacin del hospital. As, de frente. Es difcil describir las sensaciones. Intentas no llorar [se emociona, “ahora me cuesta”]. Intentas hacer ver a todos que ests bien. Porque creo que yo he sufrido, pero mucho ms los que estn alrededor”, cuenta. El 19 de agosto recibi la primera sesin de quimioterapia en el Puerta de Hierro. “Hay cuatro estadios y yo estaba en el cuarto. Fue un tratamiento sper fuerte. Una bomba para mi organismo. Mi mdula no estaba preparada, tuve un problema en el pericardio porque tena el corazn encharcado, la quimio te inmunodeprime: cog fiebre, varias semanas ingresado…”, relata un infierno fsico y psychological del que escap tambin con velocidad, como siempre deambul por la cancha. “Antes del segundo ciclo, a finales de septiembre, me hicieron una prueba de Pet Tac y vieron que no tena enfermedad. Haba sido efectivo. Me dieron dos ms, de refuerzo. El ltimo, a mediados de noviembre”, celebra.
“Estoy convencido de que el deporte me ha ayudado muchsimo. Para coger el toro por los cuernos. Period como un partido, haba un objetivo y saba que iba a tener que esquivar balas. Gran parte es actitud. El baloncesto me ha enseado a saber sufrir, a que no siempre hay una recompensa inmediata, a gestionar las emociones…”, relata un tipo al que no le cuesta admitir que nunca tuvo “pedigr”, pese a que con 12 aos ya estaba en la cantera del Actual Madrid.
El hndicap de la altura siempre le acompa. Fue a la vez su acicate. Como las miradas de sospecha: “Ser infravalorado forja tu carcter”. “Nunca fui a una seleccin. Es mi espina clavada, lo reconozco. Me podan haber llamado, sin lugar a dudas. Hay gente que ha estado con mucho menos nivel que yo”, se queja, consciente tambin de que no ayud su forma de ser -“mi carcter. Yo no soy una ovejita a la que dirijas”-, para bien y para mal, es su otra gran sea de identidad. Ha habido pocos guerreros con ms ardor en la cancha que Toms Bellas, pesadilla para los rivales, pretoriano de los entrenadores en sus cuatro equipos ACB (Gran Canaria, Zaragoza, Fuenlabrada y Murcia), desde Pedro Martnez hasta Sito Alonso, pasando por Ato Garca Reneses, Jota Cuspinera, Luis Guil… “Period una mosca cojonera. ‘Joder, hoy me toca contra Bellas’, decan los rivales. He tenido peleas con todos. Yo siempre fui a muerte. Haca en la cancha lo que nadie quera hacer”, admite de unas batallas que ahora son ancdotas de amistad con sus ex rivales, los que le han abrumado con mensajes de apoyo e inters.
Cmo llega un nio bajito de Las Rozas a la elite? “Todo es ms o menos positivo en funcin de las expectativas que tengas. Las mas ni de lejos eran estar 14 aos en la ACB, casi 500 partidos, ms competicin europea, haber jugado la Summer season League de Las Vegas… y un denominador comn: he jugado muchsimos minutos”, se enorgullece de una trayectoria que empez por su padre, entrenador en equipos femeninos, guardin de sus primeros entrenamientos en el patio de su casa. En infantil ya estaba en el Madrid, pero a los 18 jugaba en Primera Nacional en el Torrelodones, “entrenando a las nueve de la noche con abogados, dentistas, pintores…”. Quera centrarse en sus estudios universitarios y en su novia. Y por eso rechaz, ahora re, hasta a Pablo Laso. “Me quera en Cantabria tras una pretemporada, se qued alucinado”, recuerda.
Pero le llam el Cceres de Piti Hurtado, destac en LEB Oro, y despus le surgi la oportunidad “de una vida”. Saltar a la ACB con el Gran Canaria. Se acogi a aquel decreto 1006 que hizo famoso Alberto Herreros. “Con Pedro Martnez fue un mster de cinco aos, diario. Con una exigencia brbara. Pero es lo que me permiti estar tantos aos en la liga”. Tras seis temporadas en Las Palmas, sale a Zaragoza, la otra cara del baloncesto, “peleando por no bajar, impagos… No fue muy agradable. Remar y remar”. “De ah a Fuenlabrada. Decido acercarme a casa por el tema de la empresa, la familia…”. Y despus Murcia, “una segunda juventud”. Tras tres cursos, repliega, otra vez el negocio acquainted como prioridad, y Toms, Paola y Jaime, claro. Pero mantiene el gusanillo del deporte de elite en su vuelta a Fuenlabrada. “Ha sido la hostia. Mi carrera ha sido la hostia”, repite.
Cuando le sobrevino la enfermedad, Bellas, siempre celoso de su intimidad, no quiso hablar pblicamente demasiado. Se centr en la recuperacin, se fue despidiendo del baloncesto al que no sabe si volver como entrenador o director deportivo quiz y del que, por ahora, slo echa de menos lo bueno, “competir, el vestuario…”. “Si me llega a pasar ms joven, probablemente hubiera intentado volver. Pero ya no est en mis planes”, cube. Ahora cuenta el proceso por primera vez. En unos das, en Gran Canaria, recibir un homenaje durante la Copa del Rey, en el “membership de su vida”, en el que fue capitn. “Todo esto ha sido una leccin de vida. Me ha retirado del baloncesto, pero no de la vida. Te hace cambiar las prioridades. Antes te preocupabas porque no metas dos canastas y ahora porque ests vivo”.