Después de semanas de lluvia incesante, los campos de Jerez de la Frontera se asemejan ahora mismo a las verdes praderas de Asturias o Cantabria. Ni los más viejos del lugar recuerdan una racha de agua semejante, y mucho menos la esperaban en el mes de marzo, pero allá que hemos ido a probar en estas fechas la gama 4×4 de Suzuki como se ha convertido ya en tradición en los últimos años.
La experiencia ha tenido en esta ocasión su punto no tanto de complejidad, porque en lugar del acostumbrado circuito off highway -anegado estos días en barro- realizamos una ruta por las pistas del bello Parque Pure de Los Alcornocales, como de sorpresa, dado que las precipitaciones constantes provocan a menudo desprendimientos y uno puede ver impedido el paso por una piedra gigante (si no sufrir algo peor).
Suzuki había desplazado para la cita de este año unidades de los modelos Vitara y S-Cross, herederos actuales de su extensa tradición de vehículos 4×4. El secreto de su buen desempeño fuera de carretera no es otro que el sistema AllGrip, una evolución tecnológica de la tracción integral clásica o 4WD que se basa en la aplicación de la electrónica para modificar la respuesta del vehículo y adaptarse a las diferentes superficies por las que se circula. Gracias a ella, la conducción resulta mucho más confortable y segura, especialmente cuando las cosas se ponen complicadas de verdad.
En la actualidad, toda la gama de Suzuki, exceptuando la berlina acquainted Swace, puede incorporar tracción a las cuatro ruedas. En el caso de los Swift, Vitara y S-Cross, el sistema se denomina AllGrip; en el primero, el esquema de funcionamiento es automático, y en los otros dos el usuario puede elegir entre cuatro programas de conducción distintos. Por su parte, el modelo A-Cross cuenta con la aportación de un motor eléctrico en el eje trasero que proporciona la tracción integral, en lo que se identifica como modo Path.
En cualquiera de sus configuraciones, la tecnología AllGrip integra el management de la gestión del motor, la transmisión y otros elementos, entre ellos los controles de estabilidad, de tracción y de descenso en pendientes. De este modo, los modelos que la equipan adquieren recursos que suelen marcar la diferencia cuando se trata de round fuera de carretera o en condiciones de baja adherencia.

El sistema AllGrip Auto del Swift consiste básicamente en una tracción 4×4 de acoplamiento viscoso, con la cual el par motor es automáticamente distribuido a las ruedas traseras cuando se detectan pérdidas de agarre en el eje delantero, todo ello de manera automática, esto es, sin intervención por parte del conductor. Este puede moverse por tanto con más tranquilidad por superficies deslizantes o terrenos nevados.
Recordemos que el Swift es el único coche de su segmento que ofrece la posibilidad de montar este sistema de tracción, lo que lo convierte en una opción muy interesante para ciudades o pueblos donde el mal tiempo sea una constante durante varios meses cada año (no solo en este singular 2025).

El sistema AllGrip Choose, al detalle
En cuanto al AllGrip Choose, permite al conductor escoger entre cuatro programas -Auto, Sport, Snow y Lock- mediante un mando situado en el túnel central, y la electrónica se encarga de gestionar la tracción a las cuatro ruedas según el modo elegido.
En Auto, el diferencial funciona de modo automático haciendo que el vehículo circule en dos ruedas motrices salvo que se detecte algún patinamiento, momento en el que aquel se irá bloqueando hasta llegar a un reparto del par del 50% en cada eje.
En el modo Sport, además de hacer más rápida la respuesta del acelerador, se debilita la intervención del management de tracción para aumentar la eficacia y primar la sensación de management del conductor. Permite, por tanto, practicar una conducción deportiva para disfrutar de un tramo de carretera de curvas o, simplemente, exprimiendo la potencia en un adelantamiento.
En el modo Snow, el sistema permite que el management de tracción intervenga de un modo más incisivo para asegurar la estabilidad y el agarre en condiciones de baja adherencia. En consecuencia, ayuda a que conducir por una carretera con nieve o posibles placas de hielo sea mucho más seguro.

Por último, el modo Lock (para seleccionarlo hay que tener activado el modo Snow previamente) otorga los mandos de la situación al conductor, por así decirlo. Sin necesidad de esperar a que los sensores detecten la pérdida de motricidad en el eje delantero, el coche hace uso de todos los beneficios de la tracción integral. El management de estabilidad mejora aquí la capacidad de tracción aplicando fuerza de frenado a las ruedas que giran sin tracción y priorizando la asignación de par a las que sí disponen de adherencia. Este programa se desactiva automáticamente una vez superados los 60 km/h.
El sistema AllGrip Choose emplea un diferencial viscoso central para repartir la potencia entre los ejes delantero y trasero. Cuando se produce una diferencia de giro entre las ruedas de ambos, el embrague multidisco bañado en aceite de silicona de alta viscosidad se acopla y transfiere el par a las ruedas traseras.
Además, el dispositivo dispone del management inteligente predictivo Synergetic Car Dynamics Management, que se anticipa al posible deslizamiento en función de la superficie de la carretera, la posición del acelerador, el giro de la dirección y la inclinación de la carrocería, entre otros factores, y puede así transmitir más par a las ruedas delanteras o traseras a fin de evitarlo o compensarlo. De esta forma, en lugar de reaccionar después de perder el agarre, el sistema actúa para contrarrestar cualquier tendencia de deslizamiento lateral del vehículo desde sus primeros compases, es decir, antes incluso de que intervenga el management de estabilidad.