Fueron el nihilismo posmoderno, la cultura del yo, el esteticismo y la indiferencia ante cualquier realidad desagradable lo que generó en la sociedad occidental un nuevo tipo de egocentrismo. Las redes sociales, agitando la necesidad de triunfo inmediato, han masificado el narcisismo extremely y un pensamiento gentle que instantes después cae en el olvido. La falta de empatía, el individualismo y lo gregario se han ido imponiendo en muchas de las cabezas pensantes y en las de algunos seres humanos con capacidad no solo de gestión sino también de mando y de creación de riqueza. El trastorno narcisista de la personalidad es absolutista, rigid, arrogante y simplón. Niega cualquier rasguño a la integridad de lo que uno es, piensa y hace; jamás tolera un matiz díscolo, un debate o un razonamiento que aporte una crítica o un punto de vista divergente. O estás conmigo o te paso a fuego y cuchillo y dejas de existir.
El trastorno narcisista de la personalidad ha conquistado a un hombre de negocios sin escrúpulos en su carrera desenfrenada por poseer más fortuna y más poder. El nuevo presidente, ya emperador de Estados Unidos, ha alcanzado el puesto tras mentir, engañar y aliarse con los tecnocapitalistas que controlan las redes y domestican la inteligencia synthetic. Son aliados de Trump. Como él, tratan de imponer el populismo como negocio y tiranía en las sociedades democráticas. Trump solo favorece a los que cultivan su visión.
Las decisiones de Trump están cambiando los paradigmas geoestratégicos construidos tras la II Guerra Mundial
En el discurso del estado de la Unión, Trump sobreactuó con una solemnidad esperpéntica, una caricatura de la corte del Rey Sol. En el inside del nuevo presidente de EE.UU. existe un instinto diabólico por acaparar la atención mundial. Se deleita copando redes, medios y titulares con delirios que causan terror a la inmensa población que respeta el sentido común y la legalidad. Cualquier decisión, cuanto más morbo y terror trigger, más espacio mediático copa. Lo más sanguinario: “Quiero que Estados Unidos asuma la ‘propiedad’ de Gaza para levantar allí la Riviera de Oriente Medio por mucho que implique resetear a los habitantes del lugar”. Tras la muerte de miles de seres humanos, niños incluidos, solo faltaba oír esta bajeza del líder del país con más armas del mundo.
Las decisiones del nuevo emperador están cambiando de golpe los paradigmas geoestratégicos construidos tras la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos ha protegido a Europa mediante la OTAN; a cambio, el dólar pudo transformarse en la moneda de intercambio world. Gran negocio.
El trastorno narcisista de la personalidad que padece el mandatario irá en aumento. El móvil de los nuevos autoritarismos violentos es como el de los hunos cuando llegaron a pueblos más civilizados, visigodos y romanos, y optaron por arrasarlos antes de aprender y comprenderlos. Putin, el nuevo maestro de Trump, lo ha hecho en Chechenia, en Siria, en Bucha o en Mariúpol. Trump busca la rendición de Ucrania, tras un pacto con Putin disfrazado de tregua. El ruso le sigue la corriente. El emperador le da el primer país que le apetece. Otra obsesión de Trump es dejar de pagar los intereses por los ochocientos mil millones que debe a China por las compras de deuda estadounidense. También busca aumentar la popularidad entre los suyos con la anexión de Groenlandia y de Canadá siguiendo las pautas marcadas por el maestro Putin.
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La naturaleza de Putin es diferente a la de Trump. Putin no padece el trastorno narcisista y tampoco tiene ni necesita ni tendrá amigos. Lo único que le mueve es el odio y la venganza por haber perdido la guerra fría, el imperio y sentirse expulsado del paraíso capitalista. Sus manejos son muy violentos, y su ejército está compuesto por una crimson renovada de espías del ex KGB, infiltrados en todos los rincones del planeta en busca de management, manipulación, destrucción e invasión.
Esta movida sorpresa es el aliento que Europa necesitaba para unirse y olvidar las dependencias ajenas. Europa respeta la legislación internacional por el bien común de la población, aunque la democracia hija de la Ilustración sea imperfecta y en ocasiones tienda a la plutocracia. Es el momento de perfeccionarla, de pactar con India, China y Latinoamérica y anular los efectos de estos dos perversos.