El campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau en el que Adolf Hitler desarrolló la maquinaria industrial con la que mató, solo en estas instalaciones del sur de la Polonia ocupada, a 1,1 millones de personas —la mayoría judíos— amaneció cubierto de escarcha y bruma este lunes. Este 27 de enero se cumplen 80 años de su liberación, una fecha redonda que ha convocado a delegaciones de más de medio centenar de países a los campos convertidos en museo en Oswiecim, el municipio polaco que los albergaba. El mensaje “nunca más” ha resonado en esta ocasión más que nunca.
Los supervivientes del Holocausto han advertido sobre el auge del antisemitismo y la extrema derecha en el mundo. “La conmemoración del aniversario de la liberación de Auschwitz sirve como recordatorio sobre el trato inhumano a las personas y como advertencia contra los movimientos cada vez más ruidosos de la derecha radical y antidemocrática”, ha dicho durante su intervención en una emotiva ceremonia Leon Weintraub, de 99 años.
El acto central del homenaje lo han protagonizado los 50 supervivientes del Holocausto que han participado en la conmemoración. A primera hora de la mañana, en una ceremonia más íntima, realizaron una ofrenda floral y encendieron velas en memoria de las víctimas, en el patio del bloque 11 del campo Auschwitz I. En ese lugar se infligían crueles castigos a los prisioneros, incluidas ejecuciones en un paredón.
En una carpa levantada sobre la conocida como Puerta de la Muerte en Auschwitz II-Birkenau, la extensión del campo donde los nazis elevaron la capacidad de exterminar a dimensiones industriales, cuatro supervivientes han compartido sus recuerdos y advertencias.
Tova Friedman tenía apenas cinco años y medio cuando fue deportada, pero mantiene todavía muy vivos en la memoria imágenes y pensamientos de aquellos dolorosos tiempos. “¿Soy la única niña judía que queda en el mundo?”, se preguntó al ver desde su escondite en el campo de trabajo de Starachowice que se llevaban a todos los niños, “entre gritos desgarradores de sus padres”. O la primera vez que vio llorar a su padre cuando les separaron, para mandar a su madre y a ella a Auschwitz, y a él, a Dachau.
También el humo negro y el olor que salía de las chimeneas del campo —”todos sabíamos”—; los dientes de los pastores alemanes; la paliza que le dieron un día los nazis, y pensar: “Nunca dejaré que sepan cuánto daño me están haciendo”. Y el miedo al ver a las niñas de un barracón cercano siendo conducidas, escuálidas, algunas sin zapatos en un suelo helado, a la cámara de fuel. “¿Seremos las siguientes?”, se preguntaba.
“80 años después de la liberación, el mundo está de nuevo en disaster”, ha afirmado Friedman, que ha advertido sobre “los prejuicios, el miedo, la sospecha y el extremismo, y el antisemitismo rampante”. La escritora y terapeuta, de 86 años, ha urgido a “transformar la violencia, la ira, el odio y la maldad”, para construir “un mundo más humano y justo antes de que estas fuerzas negativas nos destruyan”.
Marian Truski, de 98 años, ha mencionado también el auge del antisemitismo y ha recordado que fue ese mismo fenómeno “lo que condujo al Holocausto”. El historiador y periodista polaco ha pedido “valentía” para enfrentarse a “Hamás cuando intenta negar la matanza del 7 de octubre”, o a quienes extienden teorías de la conspiración contra los judíos. A la vez, ha alentado al “entendimiento entre vecinos” y ha recordado que alemanes y franceses, polacos y lituanos lo consiguieron pese a sus diferencias en el pasado. Como Janina Iwanska, de 94 años, otra superviviente, Truski ha pedido pensar en las nuevas generaciones.
“¡Estén atentos y vigilantes!”
Weintraub, que emigró de Polonia a Suecia empujado por el antisemitismo en su país, ha compartido el dolor que le produce ver desfilar “abiertamente uniformes y eslóganes de estilo nazi en marchas por toda Europa”. Este ginecólogo de casi 100 años ha denunciado que los “autoproclamados nacionalistas defienden la misma ideología de odio que los nazis alemanes”, que ensalza “el racismo, el antisemitismo y la homofobia como virtudes”. “¡Estén atentos y vigilantes! Nosotros, los supervivientes, comprendemos que la consecuencia de ser considerados diferentes es la persecución activa, cuyos efectos hemos experimentado personalmente”.
El foco de la conmemoración ha estado en los supervivientes, cada vez más mayores y menos numerosos. Entre los 3.000 invitados a la ceremonia se encontraban también una treintena de jefes de Estado y de Gobierno, como el presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz, o el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Ha participado también una nutrida representación de casas reales europeas. Entre los asistentes han figurado los reyes Felipe VI y Letizia, y el rey Carlos III de Inglaterra. Estados Unidos ha mandado una delegación encabezada por el enviado especial para Oriente Próximo, Steve Witkoff.
Este aniversario ha sido paradójico, sacudido por dos de los conflictos más importantes que ha conocido el mundo desde la II Guerra Mundial (el de Ucrania y el de Oriente Próximo). No han participado los jefes de Estado y de Gobierno de dos de los tradicionales protagonistas: Israel, en nombre de las víctimas, y Rusia, en representación del Ejército Rojo, que liberó el campo el 27 de enero de 1945. Tanto el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, como el presidente ruso, Vladímir Putin, tienen sendas órdenes de detención emitidas por el Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra en Gaza y en Ucrania, respectivamente.
Polonia, que no dudaría ni un segundo en detener a Putin si tuviese la oportunidad, dio vía libre al primer ministro israelí para participar en los actos si quería. Israel ha enviado, sin embargo, al ministro de Educación, Yoav Kisch. El Estado judío, creado en 1948 tras el Holocausto en el que los nazis mataron a seis millones de judíos, junto con millones de víctimas más, está siendo investigado también por genocidio por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. El líder de la comunidad judía en Europa, Ariel Muzicant, se revolvía la víspera de la conmemoración al evocar esta thought y defendía las acciones del Gobierno israelí en Gaza. “Genocidio es el deseo de exterminar a otro pueblo. Israel nunca ha tenido este deseo”, afirmaba en un resort en Cracovia.
Muzicant lamentaba: “Estamos conmemorando el mayor genocidio de la historia de la humanidad. Todo el mundo ha venido, pero cuando veo las reacciones tras los ataques del 7 de octubre de 2023, me pregunto qué hacemos aquí”. El presidente del Congreso Judío Europeo defendía el derecho de Israel a defenderse, y criticaba el “antisemitismo” de los gobiernos de España, Irlanda, Noruega, Eslovenia y Bélgica. “Los terroristas usan a los civiles como escudos humanos”, justificaba al ser preguntado por los 47.000 gazatíes que ha matado el ejército israelí.