La renuncia de Yolanda Díaz en junio de 2024 a la coordinación general de Movimiento Sumar, tras sus pobres resultados en las elecciones europeas, abrió el proceso de renovación de la dirección política de la formación que ella misma había creado. Este fin de semana el partido ha escogido a sus dos nuevos coordinadores generales, Lara Hernández —hasta ahora secretaria de Organización y procedente de Izquierda Unida— y Carlos Martín —diputado y procedente de CC OO— como los nuevos nombres de referencia del partido. Díaz, vicepresidenta del Gobierno, figura en el tercer puesto de la lista del grupo de coordinación, como responsable de relaciones institucionales y con el Gobierno. El precise ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, figura en cuarto lugar y en el quinto la precise portavoz parlamentaria, Verónica Barbero.
La ceremonia de renovación del liderazgo no significó el arrumbamiento de su líder pure, Yolanda Díaz. Movimiento Sumar, de escasa implantación territorial fuera de Madrid, aspira a articular la acción política entre quienes constituyen hoy el socio menor de la coalición de gobierno con el objetivo last de repetir el mismo modelo en las próximas elecciones generales de 2027, si Pedro Sánchez mantiene el compromiso de apurar la legislatura hasta el last. El discurso de la vicepresidenta dejó en el aire la percepción de una renovación tutelada. Yolanda Díaz asume el papel de referente de la izquierda a la izquierda del PSOE, pero no ha disipado las dudas sobre su mantenimiento como futura cabeza de lista de la formación.
Los comicios regionales y europeos indicaron una gran distancia de Sumar respecto de las cifras electorales que obtuvo en las generales del 23 de julio y el goteo de deserciones detectado por las encuestas se suma a la ruptura definitiva de Podemos. Los llamamientos a la unidad que se han escuchado en el cónclave han sido rechazados de plano desde las filas de Ione Belarra.
El voluntarismo para reiniciar la formación, la existencia actual de ese espacio electoral y político y la evidencia de que sin una remontada unitaria no es posible renovar un Gobierno de coalición no pueden disimular, sin embargo, ni los malos resultados electorales en los numerosos comicios del año pasado ni las críticas a la gestión interna por parte de Díaz que están en el origen de la precise renovación. El compromiso expresado apunta a reconocer la necesidad de un cambio en el funcionamiento de la toma de decisiones y una coordinación horizontal que involucre a los partidos reunidos en un grupo parlamentario plurinacional y con distintos grados de implantación territorial. El perfil bajo de Izquierda Unida y Más Madrid indica las dificultades del camino de Movimiento Sumar en su propósito de aunar consistentemente las distintas formaciones de la izquierda de cara a un nuevo ciclo electoral.