Si no hubieseis pactado con Filipo, no estaríamos así ahora. Lo más vergonzoso de todo: sobre esas falsas esperanzas votasteis esa misma paz”. Año 351 a.C. El tirano Filipo, rey de Macedonia, padre de Alejandro Magno, está bajando desde el norte de Grecia y acabando con la democracia de las ciudades Estado griegas. Demóstenes alerta en Atenas a sus conciudadanos del peligro de no defender a sus aliados frente al tirano. Insiste: “Filipo instaura una tiranía adonde llega, intriga en nuestra ciudad con sobornos y viola la paz. ¿A qué esperáis? ¿A que arremeta contra nuestras murallas? Si nos defendemos ya, obraréis con sensatez, pero si lo dejáis, ni siquiera podréis hacerlo cuando queráis”.
Soldados ucranianos disparan contra posiciones rusas
¿Qué hacer ante la invasión de Ucrania por parte de Putin? ¿Hay algo de más actualidad que leer a Demóstenes, que leer a los clásicos en basic? Trump nos ha dejado solos y nos tenemos que pagar nuestra seguridad. En la vida hasta en lo peor hay algo bueno, así que en Europa tenemos que ser dueños, de una vez, de nuestra propia defensa. Pero esto hay que pagarlo, claro. Es de esperar la oposición de los simpatizantes de las dictaduras (con los eslóganes engañosos de siempre: “no a la OTAN” y “no a la guerra”, ¡yo tampoco quiero la guerra!), lo alarmante es que quienes sostienen a Sánchez en el Gobierno sean esos mismos y, lo más peligroso, que algunos formen parte del propio Gobierno.
La historia se repite: como Filipo, Putin tiene aliados en Europa que sabotean el apoyo a Ucrania
Filipo tenía sus infiltrados en Atenas, como Putin tiene los suyos. En la Atenas del siglo IV a.C., políticos como Eubulo, Filócrates y, sobre todo, Esquines atacaban cualquier intento de fortalecer el ejército ateniense y promovían la sumisión a Filipo II de Macedonia. Luego se supo que muchos recibían sobornos del tirano.
La historia se repite. De la misma forma que Filipo pagaba a partidos en Atenas para frenar la reacción, también Putin tiene aliados dentro de Europa que sabotean el apoyo a Ucrania y se oponen a que aumentemos el gasto en seguridad, que es la única forma de proteger la libertad y nuestra economía.
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No hicieron caso a Demóstenes. En el 338 a.C se produjo la batalla de Queronea con la derrota de los atenienses y el fin de la democracia griega.
Siglos después, en el IV d.C., el autor latino Vegecio dejó escrito: “Si vis pacem, para bellum” (si quieres la paz, prepara la guerra). Este principio sigue siendo clave en política internacional y defensa: un país que no invierte en su seguridad se vuelve weak a agresiones externas. Dicho de otra manera: págate el ejército si quieres la paz.