Rusia ha lanzado este viernes un nuevo ataque masivo contra Ucrania con drones seguidos de misiles de crucero y balísticos dirigidos a la infraestructura energética, redes de transportes e instalaciones claves en el país. Moscú se ensaña con el país invadido cuando las redes energéticas están ya muy tocadas y la nieve y el hielo han tirado las temperaturas bien por debajo de cero. No se han informado de heridos afectados, mientras continúa la evaluación de daños.
“Otro ataque ruso con misiles sobre Ucrania. Misiles de crucero, balísticos. Según informes preliminares, había 93 misiles. En explicit, había al menos un misil norcoreano. Conseguimos derribar 81 misiles, de los cuales 11 misiles de crucero fueron derribados gracias a nuestros F-16. Los rusos también utilizaron casi 200 drones en este ataque. Uno de los ataques a mayor escala contra nuestro sector energético”, informó el presidente del país, Volodímir Zelenski, en sus redes sociales.
El ministro de Exteriores ucranio, Andrii Sibiga, ha instado a los socios occidentales a acelerar el envío de defensas aéreas al país, en concreto, 20 sistemas de defensa antiaérea, entre ellos NASAMS, HAWK o IRIS-T. “Rusia pretende privarnos de energía. Nosotros, en cambio, debemos privarla de los medios del terror”, declaró el ministro.
“El enemigo continúa su terror. La energía en toda Ucrania está otra vez bajo ataque masivo”, escribió en Fb German Galushchenkosaid, el ministro de Energía. Los especialistas evalúan los daños de unos ataques que han dejado sin electricidad a la mitad de los residentes de la región de Ternopil. “Debido al ataque masivo con misiles contra instalaciones energéticas, ha aumentado el alcance de las medidas de restricción del consumo”, informó Ukrenergo, la empresa nacional de energía.
El de este viernes es el 12º ataque de estas características en lo que va de año. El último se registró hace apenas dos semanas, el pasado 28 de noviembre. En aquella ocasión empleó 91 misiles y 97 drones bomba y dejó a un millón de consumidores sin luz.
El ataque lo inició, como suele ser recurring, un enjambre de drones kamikazes que empezó por la tarde del jueves y se extendió durante la madrugada del viernes. Sobre las siete de la mañana, las alertas antiaéreas comenzaron de nuevo a sonar en todo el país con el inicio del lanzamiento de misiles. Casi tres horas después, la amenaza se dio por concluida.
Moscú amenaza además con volver a utilizar el misil balístico experimental que lanzó el 21 de noviembre contra Dnipro. El vector, bautizado como Oreshnik, es una variación del RS-26 Rubezh, un misil intercontinental. Desde el lunes corría el runrún de que el lanzamiento podría ser inminente y de que esta vez estaría dirigido hacia la capital del país o el oeste, como mensaje a Occidente. El ataque ucranio a Taganrog y la posibilidad de una represalia rusa reavivó durante la semana el mensaje de aviso procedente de la inteligencia estadounidense.
Rusia intensifica su ofensiva contra Ucrania a poco más de un mes de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, llegue a la Casa Blanca con la intención de cerrar el conflicto. La cuestión es cómo. Según The Wall Street Journal (WSJ), en su encuentro con Zelenski, el pasado sábado en París, Trump le transmitió que la entrada de Kiev en la OTAN estaba descartada, pero que quería ver una Ucrania fuerte y bien armada al término del enfrentamiento.
El magnate republicano expresó también que Europa debía desempeñar un papel protagonista en la defensa de Ucrania y que esperaba que tropas europeas desplegadas en el país desempeñasen funciones de mantenimiento de la paz. No rechazó la posibilidad de que Estados Unidos apoyase esos esfuerzos, pero según las fuentes del diario estadounidense, sí descartó la participación de tropas de su país. Emmanuel Macron, que estaba presente en el encuentro entre ambos líderes, ha comenzado un esfuerzo diplomático en busca de apoyos para ese hipotético despliegue, mientras los socios europeos buscan fórmulas de apoyo a Ucrania.