Santi Carrillo sostiene orgulloso el número del 40.º aniversario de Rockdelux, “es el 399, lástima porque por un número no hemos llegado a los 400” comenta con una sonrisa sobre el ejemplar de 202 páginas que recoge, como no podía ser de otra manera, una selección de los artistas más destacados que han desarrollado su carrera durante las cuatro décadas de vida de una de las revistas prescriptoras de la música well-liked por excelencia. Una cabecera que, tras su desaparición durante 6 meses en el fatídico 2020, regresó como publicación net con dos ediciones en papel al año y la misma voluntad de apuntar a “lo que está por venir tanto en lo musical como, cada vez más, en las diferentes facetas de la música well-liked”.
El veterano periodista habla desde las nuevas oficinas de Primavera Sound: espacios diáfanos, vistas al mar y salas de reuniones desde las que se ve el mismo Parc del Fòrum que acoge el competition. Allí se ubica la sede de la redacción de Rockdelux, absorbida por la marca festivalera tras la disaster que la empujó al cierre, otra víctima de la pandemia. Ahora forma parte del conglomerado de empresas con el sello PS que incluyen Radio Primavera Sound, el sello Primavera Labels o el competition profesional Primavera Professional. “Hacemos algunas previas del competition, pero no nos controlan específicamente”, apunta Carrillo. Nuevos aires para la revista que no evitan a su director (tal vez le empujen) a recordar cuán diferentes eran los ritmos de trabajo en los tiempos de papel, “trabajábamos muy intensamente durante dos semanas a medida que se acercaba el cierre, pero las otras dos semanas eran más ligeras”. Ahora, en cambio, “no te puedes relajar, el contenido on line es diario, incluso en festivos o vacaciones has de prever con qué abres o qué se publica”.
Entre las mutaciones sufridas por el paso a la versión net está el mayor peso del componente extramusical de la publicación: libros, cine, sequence, videojuegos o cómics se aprovechan del espacio inabarcable que ofrece la net para ganar presencia. “Has de estar más encima de la actualidad para ofrecer contenidos diarios, grandes reportajes, entrevistas y críticas”, comenta el director de la publicación prácticamente desde sus comienzos. Esta variedad también se plasma en el número especial de la revista donde, además de lo mejor del 2024, reúne en 200 páginas a 200 autoras y autores que han marcado la música well-liked durante las últimas cuatro décadas.
“Los hemos mezclado para que no sepas qué te encontrarás después”, explica Carrillo, que ve en los seleccionados una muestra de la cultura pop, “pero alta cultura pop”, matiza. “Es una lista cuidada para buscar a los personajes que han marcado una época, la parte más trabajada de la cultura well-liked”. Una búsqueda que apunta a aquello que no es tan evidente y en ocasiones mira al underground, “donde encuentras lo más interesante al principio”, aunque no se olviden de artistas como Madonna, “incontestables por su magnitud y por lo que representan como símbolos”. Pero recuerda que lo más interesante no acostumbra a obtener la etiqueta mainstream, “son las cosas más difíciles, elaboradas y creativas, aquellas que nutren la revista”.
Carrillo se refiere a Rem, Björk, Aphex Twin, PJ Harvey o Nick Cave, artistas que en su día Rockdelux ayudó a descubrir al gran público. También Tom Waits, “aunque ya venía de más atrás”, o los Smiths o Sonic Youth, “muy importantes tanto por ellos mismos como por lo que envolvió a esta escena”. Y, por supuesto, en la lista no podía faltar el hip hop, con Public Enemy o el dúo formado por Kanye West y Kendrick Lamar, “son las dos caras del género, un egocéntrico desmesurado y Lamar, el niño bueno de la historia que va de comprometido, aunque todo es relativo”.
Todos estos nombres aparecen en el nuevo número junto a cineastas como Tarantino o Almodóvar, el novelista Roberto Bolaño o el dibujante Chris Ware por su papel en el cómic. Una plétora de nombres seleccionados por los seis miembros estables de la redacción y el centenar largo de colaboradores que participan o han participado en la realización de la revista, muchos de los cuales trabajan en los principales medios de comunicación del país. Es el caso de Xavi Cervantes, antiguo componente de la redacción y precise jefe de cultura del diario ‘Ara’; o de Jordi Bianciotto, periodista musical de ‘El Periódico’; también escribe Laura Barrachina, directora del programa “El Ojo Crítico” de RNE; Diego Manrique de ‘El País’ y, por supuesto, los críticos musicales de ‘La Vanguardia’, Donat Putx y Ramon Súrio.
Una legión de críticos de las diferentes artes con preeminencia, por supuesto, de la música, que mantienen el papel de la publicación como guía para navegantes en el inmenso océano musical, precisamente lo que la diferencia de la mayoría de publicaciones gratuitas que se encuentran en Web. “Cuando buscas algo en Google, te salen las mismas palabras repetidas 24 veces, las webs se copian unas a otras de forma vergonzosa”, lamenta Carrillo, que ve en esta práctica una devaluación del periodismo a ojos del lector. “Se piensan que todo es plano, en lugar de subir el nivel lo han bajado por pereza o por lo que sea”. Y aunque reconoce que Web ofrece más libertad de elección, advierte que “está educando de forma lamentable a mucha gente, sin ningún tipo de reflexión ni conocimiento sobre lo que se cube”.
Si a la hora de lanzar recomendaciones la revista debe competir con “el amigo de Twitter o de Tik Tok”, en el caso de los artistas todavía sienten el respeto ganado a lo largo de su trayectoria. “Una crítica de Rockdelux tiene más valor que la que salga en otros medios”, comenta el director de esta publicación, una de las pocas supervivientes de la prensa musical especializada -junto a Fashionable 1, Ruta 66 o Mondo Sonoro- que todavía mantiene su edición en papel. “Hacemos un tema estelar cada martes al que llamamos ‘En portada’, pero evidentemente no es lo mismo que una portada física. En la net todo pasa rápido y después te olvidas”.
El recuerdo de la portada y las ediciones en papel es común a la mayoría de lectores de la revista, que envejecen con ella. “Nos falta público joven, a nosotros y a todo el mundo”, reconoce Carrillo, “pero también pasa en los conciertos a los que vamos o de los que hablamos, te encuentras con gente de más de 30 años generalmente”, un público que valora la función prescriptora de la cabecera. “Se nos ha acusado muchas veces de pedantes, y no digo que no lo seamos”, asume Carrillo con una sonrisa. “Digamos que trabajamos con colaboradores inteligentes en su ámbito, gente curiosa, bien informada y con personalidad que demuestran lo que saben explicándolo”. El mejor compañero cuando cada día se publican más de 100.000 nuevas canciones entre las que perderse, buscar y, en ocasiones, disfrutar.
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