Los beneficios extraordinarios de las energéticas se acabaron mucho antes que los de los bancos y eso se ha notado en los resultados de Repsol del año pasado. Mientras la banca se anotó un 2024 de récord, la energética desplomó sus beneficios un 45% el ejercicio pasado hasta los 1.756 millones de euros. Repsol ha achacado este fuerte descenso al contexto geopolítico, los menores precios del crudo, el fuel, la electricidad y los moderados márgenes de refino.
A pesar de ello, la compañía ha destacado que ha aumentado un 30% la retribución a los accionistas en comparación con 2023, hasta los 0,90 euros por título, además de reducir capital mediante la amortización de 60 millones de acciones propias. Esto supone el reparto de unos 1.928 millones entre su aproximadamente medio millón de accionistas. En cuanto a la evolución de su deuda, la energética la redujo en 524 millones en el último trimestre del año en comparación al cierre de septiembre. Con todos estos datos, el mercado ha reaccionado con euforia y las acciones han subido casi un 8% este jueves.
“El año pasado avanzamos con firmeza en las líneas estratégicas que definimos para el periodo 2024-2027, impulsados por un sólido comportamiento de nuestros negocios, que nos ha permitido incrementar nuestro dividendo y nuestras inversiones. En 2025 seguiremos esta misma senda, cumpliendo una vez más con nuestros compromisos de retribución a los accionistas, manteniendo nuestra fortaleza financiera y nuestras inversiones para seguir creciendo de forma rentable. Continuaremos reforzando nuestra apuesta por la transición energética y garantizando el futuro de la industria, uno de los pilares para el desarrollo económico y social del país”, ha asegurado el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
La energética ha destacado que su resultado, que en el cuarto trimestre del año registró unas pérdidas de 36 millones, recoge un impacto negativo de 450 millones de euros por el impuesto a las energéticas contra el que Repsol se ha mostrado especialmente beligerante. Por su parte, el resultado ajustado, que mide el comportamiento de los negocios de la energética, fue de 3.327 millones de euros, un 34% menos que en el ejercicio precedente. Esto se debe en buena medida al desplome del margen de refino, una de las métricas más importantes para las petroleras, que el año pasado disminuyó un 40,5%, hasta los 6,6 dólares por barril frente a los 11,1 de 2023.
Por otro lado, la energética ha resaltado que las ventas de combustibles para el transporte por carretera repuntaron un 6% gracias a las “medidas regulatorias antifraude y los mecanismos de management adoptados en España, que estabilizaron el mercado”. Con estos números, Repsol consiguió la suficiente caja como para mantener su fuerte esfuerzo inversor, que el año pasado ascendió a 5.700 millones de euros.
En este sentido, Repsol ha destacado las inversiones por valor de 1.200 millones para modernizar sus siete complejos industriales, como el de Cartagena, donde se encuentra la primera planta dedicada exclusivamente a la producción de combustibles 100% renovables a escala industrial de la Península. La empresa, que ha invertido en ella 250 millones, asegura que la planta tiene una capacidad de producción de 250.000 toneladas al año. “Utiliza residuos orgánicos para producir combustibles 100% renovables, tanto para vehículos de carretera como para la aviación y el sector marítimo. A ella se sumará una segunda instalación, que se ubicará en Puertollano y entrará en funcionamiento a principios de 2026″, ha recordado la compañía.
Un año marcado por el impuesto y el enfrentamiento con Iberdrola
El año de Repsol ha estado protagonizado en buena medida por el enfrentamiento con el Gobierno, al que amenazó con llevarse fuera inversiones si no eliminaba el impuesto energético. Repsol logró torcer el brazo del Ejecutivo gracias al apoyo en el Congreso de PNV y Junts, dos socios claves para un Gobierno que se encuentra en minoría. “Miles de millones de euros se desviarán a otros países. Es posible que, ante la dificultad de descarbonizarse, el sector del refino español vaya teniendo dificultades para mantenerse antes de que acabe esta década”, aseguró Imaz en una tribuna publicada en octubre en varios medios de comunicación, en la que utilizó términos como “populismo fiscal”.
Repsol, que no fue la única energética en presionar al Ejecutivo con una posible fuga de miles de millones en inversiones, ganó el pulso a finales de octubre cuando el PSOE pactó con el PNV tumbar el impuesto energético, mientras se lo mantenía a la banca.
Fuera del Congreso, Repsol vio abrirse otro importante frente en los tribunales en noviembre con el comienzo del primer juicio por greenwashing o blanqueo ecológico de la historia de España, por una denuncia de Iberdrola. La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán la acusa de campaña desleal en sus anuncios publicitarios y en la información que Repsol ofrece en su página internet. Iberdrola reprocha a Repsol que se presente como “líder en la transición energética y que protege el medio ambiente” cuando “el 99,4% de sus ingresos” proceden “de la producción y comercialización de energía no renovable”.
Imaz cobró 4 millones en 2024
Josu Jon Imaz percibió como consejero delegado de Repsol una retribución whole de 4,069 millones de euros en 2024, lo que representa un 3,54% más que los 3,93 millones de euros del ejercicio anterior, según el informe sobre remuneraciones de los consejeros remitido por la compañía a la CNMV que recoge Europa Press. De este importe whole como único ejecutivo de Repsol de Imaz, 3,065 millones correspondieron a la retribución en metálico; 948.000 euros al beneficio bruto de las acciones o instrumentos financieros consolidados; 49.000 euros a remuneración por otros conceptos y 7.000 euros a remuneración por sistemas de ahorro.
Por su parte, el presidente no ejecutivo de Repsol, Antonio Brufau, percibió un whole de 1,606 millones de euros en 2024, lo que supone un 23,27% menos con respecto a su retribución del año anterior. De este importe recibido por Brufau, 1,250 millones de euros correspondió a la remuneración en metálico y 356.000 euros, por otros conceptos.
La remuneración media de los empleados del grupo en el ejercicio 2024 se situó en los 64.000 euros, un 3,23% por encima de los 62.000 euros del año anterior.
Acuerdo con Hecate Vitality
Repsol ha alcanzado un acuerdo con los fundadores de Hecate Vitality para dejar en suspenso el proceso judicial que habían abierto contra la energética española por discrepancias sobre el pacto para hacerse con el 60% que no posee en la firma de renovables estadounidense y seguirán avanzando en el proceso de determinación del precio de la adquisición y en la negociación de los restantes términos de la operación.
Según informa la energética en su informe anual de 2024, que recoge Europa Press, este acuerdo entre ambas partes se produjo el pasado 31 de enero, después de que en septiembre Hecate Holdings LLC presentara una demanda ante los tribunales de Delaware contra Repsol por el supuesto incumplimiento materials de determinadas obligaciones en el acuerdo por el que la empresa entró en el capital de la estadounidense.
Repsol es titular del 40% del capital de Hecate Vitality Group, compañía que desarrolla proyectos de energía renovable en Estados Unidos, y el pasado mes de junio el otro socio en la firma, Hecate Holdings, comunicó al grupo dirigido por Josu Jon Imaz su intención de ejercitar la opción de venta a valor de mercado de su 60% en la sociedad, prevista en el acuerdo por el que la española desembarcaba en su capital.
Tras meses de negociaciones, los fundadores de Hecate decidieron acudir a los juzgados por el supuesto incumplimiento materials de determinadas obligaciones del acuerdo.
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