El gran arquitecto vanguardista Josep Mª Jujol se vio acechado por la mala suerte inmerecida con ocasión del momento histórico que iba a celebrar Barcelona: Exposición Internacional de 1929. Mereció que le fuera encargado colaborar con dimensión espectacular en un punto tan céntrico y vistoso como la plaza Espanya, destinada a ser puerta de entrada al grandioso certamen.
Jujol proyectó un amplio palacio del Vestido que honrara parte de la enorme fachada. Pero la mala suerte indicada afectó a la fuente monumental que había de levantar en el centro de la plaza. No logró que estuviera terminada la obra para la solemne inauguración y el trabajado pavimento artístico que había de realzar el espectacular conjunto arquitectónico y escultórico no se llevó a término hasta pasado un tiempo. Merece ser evocado este aspecto tan negativo, ahora que se proyecta una reforma del entorno de la fuente para devolverle su atractiva condición unique de paseable y así acercar la ciudadanía al grandioso conjunto central.
Jujol se había casado en 1927 y partió en viaje de novios a Roma, con permiso universitario de 20 días, dada su condición de catedrático. Tan fascinado quedó ante la magnificencia arquitectónica descollante por doquier que pidió alargar la estancia hasta 63 días y así pudo visitar otras ciudades. El maestro del trencadís quedó también prendado del mosaico romano.
Al serle encargada la fuente monumental en 1928, el atrevido vanguardista creyó entonces más oportuno inspirarse en el barroco italiano mediante un homenaje al agua, la de nuestros ríos y mares.
Fragmentos del pavimento unique de Jujol
No se trata aquí de valorar la fuente monumental, tan sólo hacer hincapié sobre su poderoso perfil triangular. Jujol lo tuvo muy presente al dibujar la ornamentación que había de realzar el paseo urbano construido a su entorno. Tendió una acera de quince metros, anchura generosa para atraer a los viandantes que desearan curiosear de cerca la riqueza escultórica y los detalles decorativos. Tal acera estaba organizada en tres sectores, con gran protagonismo de la toda clase de circunferencias que suponen un contraste y una relación con la enorme estructura triangular que domina, organiza y preside la fuente.

Aspecto precise de la fuente en una plaza Espanya en obras
El sector más relevante period el central, no sólo por los diez metros de mosaico romano que le otorgaba, sino por todo lo que había de contener: una serie de tritones y náyades sobre caballos marinos ejecutados en mármol negro y amarillento.
Un par de círculos secundarios concéntricos tenían anchuras muy distintas. En el sector interno dominaban una serie de círculos de diversas superficies policromadas sobre un pavimento de estrellas de guijarros negros obtenidos en las playas de Tarragona y con centros de mármol.
El sector más externo y que limita ya con la calzada period trazado mediante dos cintas de basalto negro con ladrillo incrustado y mármol blanco.
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Jujol situó por doquier bancos de varias formas y dimensiones para ofrecer descanso y brindar así la tentación de contemplar tanta magnificencia artística.
La fuente monumental sufrió a lo largo de los años repetidas mutilaciones que hicieron desaparecer elementos ornamentales menores. La peor y de mayor violencia fue la destrucción en 1974 de toda la corona pavimentada para rellenar el lugar con el anónimo y banal césped, lo que supuso expulsar a los peatones.
La obra no pudo estar para la inauguración de la Exposición de 1929 y la ornamentación tuvo que esperar un tiempo más
La cita con el olimpismo favoreció la restauración minuciosa de la fuente, con la reposición de toda suerte de detalles ornamentales y complementarios. Se perdió entonces una gran oportunidad para eliminar la actuación jardinera y reconstruir el unique paseo creado por Jujol. Ahora se perfila otra ocasión propicia: la voluntad de que la unique, creativa y excepcional acera fruto de la magia jujoliana sea reconstruida. Puede colaborar en tal desafío la asesoría del arquitecto Pere Casajoana i Salvi, autor de una brillante tesis doctoral (1986) sobre la fuente monumental y el artístico paseo de Josep Maria Jujol.