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Mientras Europa mira entre expectante y consternada a Washington, el reducto que aún llamamos coloquialmente Twitter Catalunya ha andado algo excitado estos días departiendo sobre sus abuelos y abuelas, en un debate que, no podía ser de otra manera, se estableció por los cauces de las consignas, la acritud, la mala leche y algunos oasis —¡aún quedan!— de racionalidad y buenas maneras. No hay mejor resumen que el de @Petrchamps: “Nos comen los nazis y algunos discutiendo a ver quién tenía el abuelo más pobre” (Bueno, el usuario en cuestión no dice “algunos”, sino que utiliza otra expresión, pero en esta tribuna evitamos los insultos innecesarios).