Una curiosa carambola de la historia ha querido que España rinda hoy honores a uno de los creadores del Tribunal Penal Internacional apenas tres días después de que el presidente del país más poderoso del planeta, Estados Unidos, haya emprendido una campaña en contra de dicha institución.
El pasado viernes, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que sanciona a la Corte Penal Internacional, acusándola de “acciones ilegítimas e infundadas contra Estados Unidos y nuestro aliado cercano Israel”. Y anunció restricciones financieras y de visado a las personas y sus familias que colaboren en las investigaciones del Alto Tribunal sobre ciudadanos estadounidenses o aliados. El tribunal, con sede en La Haya, replicó que “condena” la medida y dijo que Estados Unidos pretende “dañar su labor judicial independiente e imparcial.”
Donald Trump firmó una orden ejecutiva que sanciona a la Corte Penal Internacional, acusándola de “acciones ilegítimas e infundadas contra Estados Unidos e Israel”
Y si algo destaca en la rica y extensa biografía del escritor, historiador y jurista Rafael Altamira (Alicante, 1866), algo que lo situó a las puertas del Premio Nobel de la Paz, para el que fue varias veces considerado, fue su participación en la génesis y desarrollo de ese alto tribunal que tiene sede en La Haya.
Porque Altamira, cuyos restos y los de su esposa, Pilar Redondo, retornaron recientemente de la tierra mexicana donde reposaban para hacerlo en el cementerio de su querido El Campello, fue primero nombrado, en 1919, árbitro en el Tribunal de Litigios Mineros de París para solucionar las disputas de los países europeos sobre las minas de Marruecos. A continuación, en 1920, es elegido miembro de la Comisión de Juristas encargada por el Consejo de la Sociedad de las Naciones de redactar el anteproyecto del Tribunal de Justicia Internacional. Y en 1921 es nombrado uno de los nueve jueces titulares del mismo, cargo que ocupa desde 1921 hasta 1940, año en el que el Tribunal se vio obligado a suspender sus funciones.
Juez del Tribunal de La Haya
Altamira ocupa el cargo desde 1921 hasta 1940, año en el que el Tribunal se vio obligado a suspender sus funciones
La invasión nazi de Holanda en 1940 obliga a Altamira a refugiarse en la ciudad de Bayona (Francia). Allí permanecerá hasta 1944, año en el que tiene que salir de Francia, de nuevo por causa del avance alemán. Tras una breve estancia en Portugal, en la que colabora con la Universidad de Coimbra, es invitado por la Fundación Carnegie a dar un curso en la Universidad de Columbia (Nueva York). Un accidente fortuito durante el viaje le fuerza a cambiar de destino y se instala definitivamente en México DF, donde estaban exiliadas sus dos hijas, Pilar y Nela.
Nacido en Alicante, ciudad en la que pasa sus primeros años y en la que cursa bachillerato, en julio de 1882 se traslada a Valencia, donde cursará la carrera de Derecho. Realiza el doctorado en Madrid, donde entra en contacto con la Institución Libre de Enseñanza, que marcará para siempre sus concepts, sus preocupaciones educativas y su actitud ética.
Entre las singularidades de su biografía, resalta el viaje que en 1909, siendo ya un historiador prestigioso, realiza por casi toda Hispanoamérica
Entre las singularidades de su biografía, resalta el viaje que en 1909, siendo ya un historiador prestigioso, realiza por casi toda Hispanoamérica, que tuvo notable repercusión para España y los países visitados y que se encuentra relatado en su libro Mi viaje a América. A su regreso fue nombrado director normal de Enseñanza Primaria. De 1911 a 1913 intenta llevar a cabo las concepts innovadoras de la institución fundada por Giner de los Ríos.
Como prueban las amenazas al orden internacional establecido, el espíritu que impulsó el trabajo de Altamira es hoy tan vigente como en su época, y la literalidad de sus estudios y su mensaje puede, gracias a la labor de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, ser conocida y estudiada. Entre las obras que se hallan a disposición del lector figuran Máximas y reflexiones, Guide de historia de España, Proceso histórico de la historiografía humana, Los elementos de la civilización y del carácter español, el Ensayo sobre Felipe II. Hombre de Estado, Diccionario castellano de palabras jurídicas y técnicas tomadas de la legislación indiana, además de una multitud de artículos y folletos sobre temas históricos, americanistas, pacifistas y otros de carácter autobiográfico.