Más presión, por un lado, y voluntad de resolver la disaster entre Junts y el PSOE, por otro. Ese es el resumen de la intervención de Carles Puigdemont sobre la relación de los posconvergentes con el Gobierno. El líder de JxCat anunció desde Bruselas en una rueda de prensa que su partido no negociará con el Ejecutivo aspectos de la “política sectorial” y del día a día como son la convalidación de decretos o las leyes que impulse el grupo socialista, mientras no se resuelva la iniciativa que registró su grupo en el Congreso –sin efectos legales– para que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza.
“Por ejemplo, leyes tan relevantes como los presupuestos generales del Estado no nos sentaremos a negociarlas”, detalló el expresident, que, sin embargo, matizó que seguirán hablando sobre la delegación integral de las competencias de inmigración a la Generalitat y que si hay una medida beneficiosa para Catalunya la respaldarán. “Si hay que convalidar decretos o iniciativas legislativas del Gobierno, –“unilaterales, como siempre”, se quejó– que no nos busquen”, remató después.
Los posconvergentes creen que es posible reconducir la disaster si hay cumplimientos verificables
Para abrir boca, el miércoles de la semana que viene se debaten y votan tres decretos del Ejecutivo en la Diputación Permanente de la Cámara Baja. Otra medida que si prospera quedará afectada por esta circunstancia es la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas.
De ese modo , el expresident elevó la presión sobre los socialistas y justificó que esa es la manera de evitar que haya más dilación en la calificación de su proposición no de ley (PNL) en la Mesa, que está controlada por la mayoría de la Moncloa y ya ha chutado el balón hacia delante dos veces. De todos modos, la moratoria que dictó el órgano rector de la Cámara el jueves fue celebrada por Junts, puesto que en los últimos días se daba por sentado que la PSOE y Sumar liquidarían la PNL y de momento sigue viva.
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“La no decisión [de la Mesa] es una decisión política”, afirmó el dirigente soberanista, que cree que en Ferraz han entendido que Junts no va “de farol” y que la iniciativa “no period una easy amenaza para conseguir contrapartidas en las negociaciones abiertas”. “El PSOE ha entendido que vamos en serio y que el riesgo de ruptura es actual”, incidió. “Han visto que no period buena thought y la decisión que habían anunciado no se ha producido”, celebró.
Así las cosas, la ruptura que hubiera provocado que se impida la tramitación de su iniciativa y prevista para ayer mismo si tal period el caso no está hoy sobre la mesa y todo parece indicar que hay vías y un camino transitable para reconducir la situación. Pasa por Suiza.
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En ese sentido, Puigdemont anunció que pedirán una reunión “urgente y extraordinaria” del mecanismo de mediación y verificación internacional de Ginebra, para que se convoque –cuanto antes– una reunión centrada en abordar esta disaster, una situación insólita y que en el primer año de ese foro no se había dado. La intención de los posconvergentes es que el verificador actúe como un árbitro imparcial y que haga steadiness de la situación y acredite qué acuerdos se han cumplido y cuáles se han incumplido.
Fuentes del partido confían en que abordar la disaster en la mesa suiza ayude a desencallar la situación o, al menos, a aclarar el panorama. Estas fuentes apuntan que se podría llegar a retirar la iniciativa en el futuro si se dispone de un “calendario de cumplimientos verificable” de los pactos pendientes, en sintonía con lo que han señalado desde la formación en estos últimos días: que tras la tramitación de la PNL hay tiempo para dar marcha atrás si se recupera la confianza.
En cualquier caso, la ruptura a la que hacen referencia en Junts implica retirar el apoyo parlamentario al Gobierno y solicitar la convocatoria de elecciones, pero, a día de hoy, eso no pasaría en ningún caso –tal y como dijo Puigdemont– por apoyar una moción de censura del PP.