El empresario agrícola de Villacarrillo principal sospechoso de la desaparición hace cuatro años del jornalero senegalés Ibrahima Diouf, que period uno de sus empleados, ya está acusado formalmente de homicidio. El Juzgado de Instrucción Número 1 de la localidad jiennense, de 10.344 habitantes, ha ordenado este jueves su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. A Ginés V. L. se lo investiga además por presunta tenencia ilícita de armas. Del temporero no se tiene noticia alguna desde enero de 2021.
El olivarero, de 53 años, ha pasado este jueves a disposición judicial tras pasar tres días en los calabozos del cuartel de la Guardia Civil de Baeza y se ha acogido a su derecho a no declarar. El juez ha adoptado la decisión de encarcelarlo después de que la Fiscalía así lo solicitase. La defensa del inculpado, que ejerce el letrado Leopoldo Rubiales, ya ha anunciado que baraja recurrir el auto de ingreso en prisión al considerar que el mismo se ha basado solamente en indicios, “pero sin ninguna prueba directa”.
La esposa del empresario fue detenida este miércoles pero poco después quedó en libertad aunque ahora pende sobre ella una acusación de tenencia ilícita de armas. Precisamente en una pistola puede estar la clave de la acusación del empresario, señalan fuentes de la investigación. En el marco de la Operación Patriarca, como se ha bautizado al operativo, agentes de la UCO desplazados hasta Jaén en el marco de la Operación Patriarca han practicado desde el lunes varios registros en propiedades y estancias de Ginés V. L. y de sus familiares. No son los primeros, porque ya se hicieron otros, aunque infructuosos, en 2023. Sin embargo, en uno de los efectuados esta semana por la UCO en un domicilio del matrimonio han encontrado una pistola que no estaba declarada.
Ibrahima Diouf, de 31 años, fue visto con vida en público por última vez el 5 de enero de 2021. Arrastraba una maleta de colour rojo, camino de la casa de su patrón, a quien iba a exigirle que le pagase lo que le debía. Acababa de acusarlo de abuso laboral: period un día lluvioso pero su jefe lo obligaba a trabajar en el campo. Su patrón es el mismo que en 2013 tenía empleado a otro temporero, de Malí, llamado Tidyani Coulibaly, de 23 años, del que tampoco hay ningún rastro desde entonces. En 2016 fue juzgado por esos hechos por la Audiencia de Jaén, que lo condenó a dos años y medio por explotación laboral, aunque lo absolvió del delito de homicidio por falta de pruebas.
En las tareas de búsqueda del temporero senegalés han participado en los últimos años desde un escuadrón de caballería con la ayuda del servicio cinológico de la Guardia Civil hasta helicópteros y drones que han sobrevolado zonas de difícil acceso. Antes del empleo de estos recursos, ya se inspeccionaron pozos de riego. Buzos de los grupos de Actividades Subacuáticas (GEAS) se sumergieron en las balsas y en el propio río Guadalquivir, a su paso por la pedanía de Mogón. Todo, sin resultado.