Miles de inmigrantes en Estados Unidos han comenzado el ao con el temor a que su vida d un vuelco brusco, repentino e irreversible. La campaa de deportaciones que ha puesto en marcha de forma agresiva el Gobierno de Donald Trump est sembrando el miedo que los expertos ya anticipaban tras conocer el resultado electoral del pasado 5 de noviembre. Muchos evitan salir a la calle salvo para lo imprescindible, los comercios callejeros que antes se nutran de clientela hispana han visto reducida de forma drstica su facturacin y la sensacin de incertidumbre es perceptible. Ni siquiera ciudades santuario como Chicago, Los ngeles o Nueva York se estn salvando de la quema.
“Siento mucha tristeza porque no quiero que se lo lleven”, cube entre lgrimas Yenitza Marquina, la hija de Andrs Marquina, un inmigrante mexicano que lleg a Estados Unidos hace ms de 30 aos y que el ltimo domingo de enero fue arrestado en Chicago por agentes del Servicio de Management de Inmigracin y Aduanas (ICE, por sus siglas en ingls). “Tengo el corazn roto y estoy devastada”, indicaba a la cadena CBS. “Quisiera que mi padre volviera a casa como siempre ha hecho”.
El suyo fue slo uno de los ms de 1.000 arrestos que se produjeron ese domingo, casi cuatro veces ms que la media diaria durante la ltima parte del mandato de Joe Biden. El nmero ha ido en aumento desde la ceremonia inaugural de Trump el pasado lunes 20 de enero. Si el jueves 23 de enero fueron 593 los arrestos, el lunes la cifra subi hasta los 1.179, en lnea con las exigencias del nuevo inquilino de la Casa Blanca.
El republicano quiere que la media diaria est entre los 1.200-1.500 detenidos y est recurriendo a sus habituales mtodos de coercin para lograrlo. O cumplen los agentes de los distintos cuerpos de seguridad del Estado que ha destinado a la labor, o habr consecuencias, de acuerdo con fuentes citadas por The Washington Submit. Las mismas que sostienen que el presidente no est del todo satisfecho con los resultados y quiere aumentar el ritmo de deportaciones.
Las redadas se han llevado a cabo en lugares de trabajo y en domicilios particulares en varias ciudades del pas, incluyendo Denver y Dallas, donde un agente del ICE entr armado en un restaurante guatemalteco para llevarse a un hombre de unos 30 aos. Desde el Gobierno sostienen que su objetivo es deportar a indocumentados con serios antecedentes penales, aunque son conscientes de que en ese intento habr algunos “arrestos colaterales”, en palabras del nuevo zar de la frontera de Trump, Tom Homan. “Queremos atrapar a tantos delincuentes como sea posible”, declar. “Son una amenaza para la seguridad pblica y si alguien ms est aqu ilegalmente, ellos tambin vendrn con nosotros”.
Las cifras, sin embargo, cuentan una historia muy distinta. De los casi 1.200 arrestos que se produjeron el lunes 27 de enero, slo un 52% contaba con antecedentes penales. El resto son indocumentados que cruzaron la frontera sin sus papeles en regla, una infraccin civil en Estados Unidos.
De ah el miedo de muchos que hasta ahora se movan con libertad por las calles y que han empezado a restringir sus movimientos. Gente como Ral Pereira, uno de los jornaleros que lleva das ayudando en las labores de retiro de escombros en Altadena, donde el fuego de Eaton devast una gran parte de la localidad al noreste de Los ngeles. Cube que est asustado. “Estn pasando cosas extraas, y no es como la otra vez, cuando Trump dijo que iba a deportar a gente y al ultimate no pas nada. Ahora parece que va en serio“, explica a este diario.
En San Francisco, la presidenta de un sindicato de trabajadores de la limpieza, Olga Miranda, affirm que hace dos semanas se produjo una redada en dos edificios del centro de la ciudad, provocando una espantada al da siguiente. Muchos trabajadores y empleadas de la limpieza no han vuelto al trabajo por temor a ser deportados.
En San Jos, en el corazn de Silicon Valley, el alcalde Matt Mahan inform de que agentes del ICE tambin han llevado a cabo arrestos en la ciudad. “Espero sinceramente que el ICE siga centrado en las acciones de cumplimiento relacionadas con los delincuentes violentos y graves que daan nuestra ciudad, no en los vecinos que son miembros contribuyentes y respetuosos de la ley de nuestra comunidad”, seal.
Desde el ICE, por su parte, insisten en que estn devolviendo a sus pases de origen a pandilleros y criminales de la peor calaa. Gente como Anderson Geovany Romero, detenido en Hyattsville, Maryland, un joven salvadoreo de 19 aos miembro de la Mara MS-13, un grupo clasificado como terrorista por Estados Unidos. O como Daniel Bustamente, un boliviano detenido por conducir bajo el efecto de las drogas y que ahora podra formar parte de los vuelos de deportados que ha estado fletando Trump en los ltimos das hacia varias partes de Amrica Latina.
En Boston, fue detenido un ciudadano hondureo acusado de robo y asalto con intento de violacin, Juan Alberto Rodezno, quien cometi “crmenes horribles”, en palabras de la directora de la oficina regional, Patricia Hyde. “No toleraremos que delincuentes extranjeros amenacen la seguridad de nuestras comunidades de Washington, D. C. y Virginia”, explic en un comunicado Liana Castao, directora de la delegacin del ICE en Washington.
Sin embargo, de los ms de 200 inmigrantes colombianos que fueron devueltos en aviones militares en los ltimos das a su pas -entre ellos mujeres embarazadas y 20 menores-, ninguno tena antecedentes penales, ni en Colombia ni en Estados Unidos, segn la Cancillera colombiana. Trump, por su parte, mantiene que eran todos criminales y pandilleros. Alguna de las partes miente deliberadamente en este asunto.