Llegó la época del año en la que empiezan a apetecer más las comidas copiosas y las ganas de dedicarle tiempo a la cocina vuelven a aparecer. Es momento, entonces, de preparar recetas como este pastel de pollo y verduras, cuyo tiempo de preparación vale al cien por cien la pena. Es muy comparable al pastel de papas, widespread en Argentina, Uruguay y otros países latinoamericanos, o al shepherd’s pie inglés, aunque en este caso el pollo se mezcla con una especie de velouté preparada con su propio caldo de cocción para darle más humedad y cremosidad y evitar así que el relleno quede seco.
Utilizamos pechugas para esta preparación pero bien podrías aprovechar restos de pollo asado o recurrir a uno envasado ya listo. Si es ese el caso, tendrás que sustituir los 800 gramos de pechuga por 400-500 gramos de pollo ya cocido. En nuestra lista de verduras tenemos zanahoria, puerro, guisantes y espinacas, pero puedes añadir también cebolla, apio, acelgas, brócoli, setas, pimiento rojo o verde, ajo o lo que prefieras, siempre que tengas en cuenta su tiempo de cocción.
Dificultad: Requiere un poco de dedicación
Ingredientes
Para 6 personas
- 2 pechugas de pollo (800 g)
- 2 zanahorias pequeñas
- 1 puerro
- 100 g de guisantes congelados
- 300 g de espinacas frescas o congeladas
- 50 g de bacon
- 1 cucharada de harina
- 5 patatas medianas (800 g)
- 200 ml de leche entera
- 40 g de mantequilla
- Pimienta negra
- Nuez moscada
- Aceite de oliva
- Sal
Instrucciones
Salpimentar las pechugas. Dorarlas por todos sus lados en una cazuela a fuego fuerte con un chorrito de aceite de oliva.
Cubrir las pechugas con agua. Añadir la parte verde del puerro bien limpia, una de las zanahorias pelada y cortada en trozos grandes y unos granos de pimienta negra.
Cocinar las pechugas a fuego medio hasta que estén listas. Tardarán aproximadamente 20 minutos aunque puede variar según su tamaño.
Retirar las pechugas, colar el caldo y reservar. Cuando se hayan enfriado un poco, desmecharlas con las manos y guardar para más tarde.
En una olla hervir las patatas enteras y bien limpias en agua con sal. Cuando se pueda introducir un cuchillo con facilidad, estarán listas.
Pelar las patatas cuando se hayan enfriado ligeramente. Pasarlas por un pasapuré o aplastarlas con un tenedor en una cazuela.
Llevar a fuego medio-bajo, añadir la leche y mezclar bien. Por último añadir la mitad de la mantequilla, sal y pimienta al gusto. Reservar.
En otra cazuela dorar el bacon cortado en tiras finas en su propia grasa. Retirar y reservar.
En la misma cazuela, sin limpiarla, dorar la zanahoria y la parte blanca del puerro picados en brunoise. Salpimentar y, si fuera necesario, añadir un poco de aceite de oliva.
Cuando se hayan dorado, añadir la harina y cocinarla un par de minutos a fuego medio. Añadir 400 ml del caldo de cocción de las pechugas y remover constantemente hasta que se forme una salsa algo espesa.
Incorporar los guisantes, las espinacas, el bacon y el pollo, y cocinar durante un par de minutos más. Corregir el punto de sal y pimienta si fuera necesario.
En una bandeja para horno con bordes altos colocar una capa fina de pure de patatas. Poner encima la mezcla de pollo repartida de manera uniforme y por último el puré restante. Alisar con una lengua de silicona o formar dibujos con un tenedor.
Poner el resto de la mantequilla en trocitos repartidos por la superficie del pastel. Llevar al horno a 200 ºC por 30 minutos o hasta que se haya dorado. Servir caliente.
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