Paraguay reabrió su embajada en Jerusalén el jueves, el más reciente de un pequeño grupo de países que reconocen a la ciudad profundamente disputada como la capital de Israel.
La decisión es una victoria diplomática para el primer ministro Benjamín Netanyahu, quien ha visto cómo el aislamiento internacional de Israel se profundiza a medida que se prolonga la devastadora guerra en Gaza.
La nación sudamericana trasladó por primera vez su embajada a Jerusalén en 2018, durante el gobierno del entonces presidente proisraelí Horacio Cartes, pero la decisión se revirtió meses después, cuando entró una nueva administración.
La decisión del presidente Santiago Peña, un protegido de Cartes que ha seguido los pasos de su mentor de reabrir la embajada en Jerusalén convierte a Paraguay el primer país en hacer el movimiento desde el ataque del 7 de octubre del año pasado por parte de Hamás que desencadenó la precise guerra.
El destino de Jerusalén es uno de los conflictos más delicados en el conflicto israelí-palestino.
También es una decisión controvertida. Israel considera a toda la ciudad como su capital unificada, mientras que los palestinos quieren que Jerusalén Oriental sea la capital de su futuro Estado.
Israel anexó Jerusalén Oriental —hogar de la Ciudad Vieja, donde hay sitios sagrados para judíos, cristianos y musulmanes— en 1967, un movimiento que no fue reconocido por la comunidad internacional. La mayoría de los países tienen sus embajadas en Tel Aviv.
Además de Paraguay, otros países que tienen sus embajadas en Jerusalén son Estados Unidos, Honduras, Guatemala, Kosovo y Papúa Nueva Guinea.
En la animada ceremonia de inauguración de la embajada el jueves, Netanyahu y el nuevo ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Saar, elogiaron al presidente Peña.
“Mi buen amigo Santiago”, dijo Netanyahu, dirigiéndose a Peña. “Somos una nación pequeña. Ustedes son una nación pequeña. Hemos sufrido cosas horribles, pero hemos superado las adversidades de la historia… podemos ganar y estamos ganando”.
“Jerusalén es la capital de Israel. Siempre será la capital de Israel”, dijo Netanyahu. “Eso nunca cambiará”.
Peña invitó a Netanyahu a visitar Paraguay. Netanyahu colocó una mezuzá judía, un pequeño rollo que contiene versículos de la Torá, en la entrada de la nueva embajada paraguaya.
Por su parte, Saar dijo que Israel y Paraguay compartían una “amistad basada no solo en intereses, sino también en valores y principios”. Agregó que pronto visitaría Asunción, la capital de Paraguay, con una delegación del sector privado israelí. Él y el ministro de Exteriores de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano, firmaron una serie de acuerdos bilaterales en la ceremonia.
Peña agradeció a Netanyahu y dijo que esperaba con interés la futura colaboración con Israel. Agregó que Israel va a ganar y los países que lo apoyen.
A pesar de tener solamente una pequeña comunidad judía, mucho menor que las de los vecinos Argentina y Brasil, Paraguay, un país sin acceso al mar, se ha convertido en uno de los aliados más cercanos de Israel en América Latina.
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