El presidente Pedro Snchez se convertir el prximo da 23 de febrero en la gran esperanza blanca de la enmudecida socialdemocracia europea. Solo un milagro podra hacer que Olaf Scholz permanezca al frente de la primera economa europea y, salvo el propio canciller, nadie, ni siquiera en el Partido Socialdemcrata (SPD) lo espera. La rosa roja que Scholz empuaba se ha marchitado en tres aos y siete meses de coalicin con los liberales del FDP y los Verdes, una alineacin de la que nadie ha salido ileso.
De cara a la galera, los nimos siguen en alto, pero en el SPD ya empieza a pensar en el da despus de las urnas, en las consecuencias de la debacle histrica que se avecina para el partido ms antiguo de Alemania. Los primeros signos de desintegracin ya son visibles, cube un experimentado estratega del SPD: “El sistema de Scholz se est desintegrando”. “El partido se tambalea y Olaf se queda solo. Hay abandonos”.
Para empezar, el canciller se quedar sin la mano que ha medido su cuna, una clave ms del “Slvese quien pueda” que se susurra en la Casa de Willy Brandt. El ministro de la Cancillera ha decidido emanciparse. Wolfgang Schmidt concurrir por vez primera a unas elecciones en su tierra, en Hamburgo. No tiene intencin de hacer carrera en las estructuras del partido, pero quiere el mandato. Demasiado tiempo en poltica para dedicarse a otra cosa si Scholz, como indican las encuestas, le deja sin trabajo.
Scholz y Schmidt se conocieron a principios de los 90 en las Juventudes Socialistas de Hamburgo y llevan trabajando desde 2020. Schmidt fue jefe de la oficina de Scholz durante su etapa como secretario normal, su jefe de Gabinete cuando fue ministro de Trabajo, secretario de Estado en el Ministerio de Finanzas cuando Scholz ocup este puesto en el ltimo Gobierno de Angela Merkel y, desde 2012, su ministro de la Cancillera. Adems de coordinar los servicios secretos, Schmidt organizaba el trabajo del tripartido. El ascenso de Scholz no habra sido posible sin Schmidt y viceversa. Se complementan. Cuando Scholz se pona serio, y es casi siempre, Schmidt haca una broma. Cuando Scholz ya no tena ganas de responder a las acusaciones sobre transacciones cum-ex, Schmidt se lanzaba incansablemente a un discurso de defensa. Cuando por fin la coalicin lleg a un acuerdo, Schmidt tuite una foto del amanecer desde su despacho. Ninguna fiesta dura tanto como para que Schmidt no llegue hasta el closing. La poltica es agotadora, pero tambin puede ser divertida: ese es el planteamiento de Schmidt, puede que aprendido en el tiempo que paso como estudiante en el Pas Vasco.
El camino en solitario y ahora a la luz que emprender Schmidt ser una ancdota en el terremoto que se prev en el SPD si Scholz, como aventuran desde hace meses y de forma continua las encuestas, es derrotado. Habr un debate interno y nuevos desempleados. Los barones, con las agrupaciones regionales y locales, pedirn explicaciones y responsabilidades a quienes no impidieron la candidatura de Scholz.
Este debate ser muy peligroso para los dos copresidentes, Lars Klingbeil y Saskiia Esken. Fuentes consultadas por EL MUNDO en el SPD esperan que Esken dimita inmediatamente despus de las elecciones o en los meses siguientes. Ya se rumorea un nombre para su sucesin; Anke Rehlinger, la common ministra presidenta del Sarre.
Klingbeil intentar seguir. Tiene 46 aos y grandes ambiciones. Asumir el grupo parlamentario o entrar a formar parte de un gobierno de gran coalicin con los democristianos de la CDU-CSU de Friedrich Merz estn en su agenda. A diferencia de Esken, Klingbeil tiene un perfil moderado , es pragmtico y conciliador, esencial en un gobierno de coalicin.
En el aqu y el ahora, si fuera por amplios sectores de la direccin del SPD, la recta closing de la campaa electoral no la disputara Scholz, sino el ministro de Defensa, Boris Pistorius, el poltico ms common de Alemania. La eleccin de Scholz se acord antes de que el SPD pudiera debatirlo en congreso y tras la negativa de ste a abandonar. Medios locales informaron citando fuentes “muy consistentes” de que tras la ruptura de la coalicin en noviembre del pasado ao, Klingbeil se reuni en dos ocasiones con el canciller para sugerirle que tuviera en cuenta las preocupaciones del partido. Scholz se neg. Estaba convencido de que podra repetir la hazaa de 2021. Los sondeos daban el SPD en noviembre el 16%. Scholz period, junto a la lder de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, el poltico peor valorado.
“Olaf no quera marcharse voluntariamente” y “nadie saca de juego a un jefe de Gobierno” son los argumentos de la cpula del SPD ante una eleccin que ya entonces se think about fallida. El hecho de que Pistorius se dejara querer y alimentara con su silencio los rumores de una posible candidatura debilitaron an ms al canciller. Pero al closing, tuvo que hacerlo. En una entrevista con el Tagesspiegel la semana pasada, Pistorius neg haber sido presionado por la direccin del SPD para que no interfiriera en la voluntad de Scholz: “No, mi posicin siempre ha sido: tenemos un canciller muy bueno que nos est conduciendo con seguridad a travs de una fase de mltiples disaster, como no habamos experimentado en las ltimas dcadas”, dijo: “No se saca a un jefe de Gobierno del partido slo porque el viento sople un poco ms fuerte y los ndices de las encuestas no sean tan buenos en este momento”.
La lealtad al canciller tiene un precio y en estas elecciones ser alto, aunque algunos de sus primeros espadas, como Pistorius, Klingbeil o el precise jefe del grupo parlamentario, Rolf Mtzenich, asuman algn ministerio en una posible gran coalicin con la CDU. A poco ms de una semana, el SPD se sita entre el 15% y el 16%. En las elecciones de 2021 alcanz el 25,7%. Basndose en los datos de las encuestas actuales, el SPD bajar en el Bundestag de 207 a 123 escaos. De confirmarse en la noche del 23 estas proyecciones, Scholz obtendr para a socialdemocracia alemana el peor resultado de su larga historia. El peor resultado del SPD en unas elecciones federales hasta la fecha lo obtuvo el candidato a canciller del SPD y ex presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz en 2017 con un 20,5%.