No aprendo. Anteayer, festividad de las santísimas rebajas de enero, acudí a un templo del consumo a santificarlas y ver si habían rebajado un abrigo carísimo al que le tenía echado el ojo desde octubre, con la thought de autorregalármelo sin culpa, pero salí como había entrado. La cosa es que ya iba mosqueada. El modelo, una de esas prendas de fondo de armario tirando a la derecha que las revistas de moda califican como de lujo silencioso, como si no gritaran por todas las costuras que cuestan una pasta, había desaparecido misteriosamente de la net de la firma a medianoche, justo cuando empezaban los descuentos. Pero una, que es más larga que ancha, pensó que period una trampa de márquetin para que tuvieras que ir personalmente a desfacer el entuerto y, de paso, te llevaras la bufanda y los guantes, que las gangas son para quienes se las trabajan. Ilusa. El caso es que entré al native de marras y ahí estaba el abrigazo, en efecto, expuesto cual pieza de museo entre las montoneras de artículos rebajados, pero al mismo precio de toda la temporada y bajo un cartel de “Nueva colección”, que le habían colocado con toda la jeta la noche antes, como si lo hubieran recibido la víspera y no llevara meses llamándome por mi nombre cada vez que entraba a verlo contando los días para pillarlo de oferta. Se creerán muy listos, pero conmigo han dado.
Mira, me cogí tal cabreo que, en venganza, salí dignísima de semejante cueva de ladrones y me pasé el resto del día de tienda en tienda y de cola en cola para, al remaining, comprarme diez pingos extremely rebajados al 70% y dejarme en caja 100 pavos más de lo que me hubiera costado el puñetero abrigo, porque, lo que es a mí, no me la pegan. Ahora, también te digo que sin él no me quedo. Ya lo pillaré en mayo, cuando se caigan los pájaros a plomo del calorazo, o la temporada que viene, en el outlet del polígono, cuando se haya pasado de moda y no lo quiera nadie ni regalado. Que sí, que ya, que vale. Que puedo parecer nueva: cumplo cincuenta y todos este año y sigo cayendo en el mismo engañabobas. Pero lo que soy es antisistema. Abajo el capitalismo.