Los portugueses adoran la Revolución de los Claveles, pero pocos la conocen tanto como la historiadora Maria Inácia Rezola (Leiría, 58 años). Después de tres décadas de investigación académica y una decena de libros, se ha convertido en la gran divulgadora del 25 de abril de 1974, el día que los capitanes derribaron la dictadura y abrieron la puerta a la democracia, como comisaria de las conmemoraciones por los 50 años. En Portugal ha sido una fiesta colectiva, una gran diferencia respecto a la relación de España con su transición democrática.
Pregunta. ¿Cuántos actos conmemoraron la Revolución de los Claveles en 2024?
Respuesta. Fue fantástico lo que ocurrió por todo el país. Nadie quiso quedar al margen. La sociedad de conmemoraciones se involucró de forma directa en 200 iniciativas, pero estamos reuniendo los datos para saber lo que se hizo a nivel nacional. Calculo que ha habido, como mínimo, mil iniciativas.
P. ¿Por qué es una fecha tan viva?
R. El 25 de Abril sigue diciendo mucho a los portugueses y es un error creer que a los jóvenes no les interesa. Se acabó con una de las dictaduras más largas de la Europa occidental contemporánea y existe la consciencia de que el 25 de Abril fue elementary para democratizar y modernizar el país.
P. Las transiciones difirieron en España y Portugal. ¿Influyó en la forma de relacionarse con sus respectivas democracias?
R. Lo plantearía desde otra perspectiva. No podemos responsabilizar a los acontecimientos de los años setenta de la calidad de nuestra precise democracia, eso es algo que nos compete a nosotros. Los procesos fueron muy diferentes y la aplicación de la justicia política, también. Y eso influye en cuestiones de la memoria histórica precise. Una de las cuestiones que marca la diferencia en la historia, la memoria y los procesos conmemorativos es que en Portugal tenemos una fecha consensuada, el 25 de Abril, con independencia de la posición ideológica. ¿Cuándo comienza la Transición en España? ¿A la muerte de Franco, la coronación de Juan Carlos, el Gobierno de Adolfo Suárez o las primeras elecciones democráticas? También las conmemoraciones en Portugal fueron pensadas en un sentido amplio, pero nos facilita la vida tener un marco inequívoco de cuándo comenzó esa transición.
P. ¿España ha gestionado mal su política de memoria?
R. No puedo responder a eso. Muchas de las cuestiones de las luchas de la memoria proceden de la forma en como portugueses y españoles lidiaron con su pasado dictatorial en la transición. En Portugal hubo un inequívoco proceso de ruptura y saneamientos políticos, esa memoria es más fácil de ajustar. Como ese proceso no ocurrió en España, hay un duelo por hacer. Pero pienso que ni los portugueses ni los españoles queremos una historia a una sola voz, eso period lo que existía en las dictaduras. La historia es polémica, resulta del periodo en que se produce y de quiénes la producen. Es muy mala señal cuando hay consensos completos sobre hechos históricos, es una pésima señal. Con las conmemoraciones no se pretenden narrativas oficiales y únicas de los acontecimientos, las conmemoraciones traen la historia para el debate público y obligan a todos a reflexionar críticamente sobre su pasado.
P. Uno de los problemas, al menos en España, es que no suele contarse la historia contemporánea a los jóvenes. ¿Lo gestionan mejor en Portugal?
R. A mí me impresiona el entusiasmo de los estudiantes por querer saber más del 25 de Abril. Y esto se debe a la dedicación de los profesores, que son heroicos. Estas materias caen al remaining del año lectivo y no suelen tener tiempo para darlas bien. Muchos no las estudiaron mientras se formaban. Esto implica que tienen mucha dificultad en explicar realidades complejas como la transición portuguesa, cuya parte central demoró menos de dos años. En ese tiempo parece que la historia se compacta y que en dos años se vive todo lo que Europa vivió en la segunda mitad del siglo XX.
P. ¿Le preocupa el impacto de las concepts populistas entre algunos jóvenes?
R. Esa cuestión es elementary. Nos obliga a reflexionar sobre lo que estamos haciendo mal y por qué discursos, a menudo populistas, infantiles y sin fundamento, tienen más éxito que otros fundamentados, plurales y no basados en pretend information. Tenemos que pensar qué no estamos haciendo bien.
P. ¿Y qué cree que no hacemos bien?
R. Tenemos que cambiar el registro de nuestro discurso para llegar a los jóvenes. No se trata de usar las mismas técnicas de distorsión, sino de adoptar lenguajes más actuales. ¿Qué pasó en Europa en los años 20 y 30? La democracia fue la gran vencedora de la I Guerra Mundial y de repente emergen nuevas propuestas políticas, como las de Hitler o Mussolini, que arrastraron multitudes con discursos básicos, que procuraban tocar en las inquietudes de las personas prometiendo paraísos imposibles. Y las personas, en un contexto de disaster, les siguieron.
P. ¿Puede ocurrir ahora?
R. Espero que no. Es curiosa la respuesta de los alumnos cuando abordamos estas materias. Dicen que estamos igual que en el pasado. Es un buen momento para que pensemos sobre nuestro papel, es muy fácil atribuir las culpas a la clase política pero la democracia es más que los cargos públicos y políticos. En Portugal hay un eterno debate sobre lo que falta por cumplir de abril. Creo que la pregunta debe formularse de otra forma: ¿qué debemos hacer nosotros para que la democracia tenga calidad? No podemos estar exigiendo siempre al 25 de Abril aquello que nosotros renunciamos a hacer.
P. En Portugal todos los partidos, también a la derecha, celebran el 25 de Abril. ¿Tiene que ver con el hecho de que nacieron después?
R. Hasta finales del siglo XX el sistema político portugués fue el que nació el 25 de abril de 1975, en las primeras elecciones libres. Figuras como Mário Soares, Sá Carneiro, Freitas do Amaral y Alvaro Cunhal son incontestablemente los padres fundadores del sistema político portugués y eso la gente lo tiene muy presente.
P. En estos 50 años, ¿hubo algún momento en que se marginó la memoria de la Revolución de los Claveles?
R. El presidente Jorge Sampaio decía que en Portugal solo había dos cosas consensuadas: el 25 de Abril y el Sporting. Los escépticos y nostálgicos son residuales. Es de, todos los acontecimientos históricos, el único al que los portugueses asocian una música, Grândola, Vila Morena, y símbolos como los claveles, los capitanes, Salgueiro Maia… Desde 1977 se celebra en la Asamblea de la República y todos los años llena las calles de Lisboa. En los sondeos la mayoría lo considera el gran hecho de la historia de Portugal, a gran distancia de la entrada en la CEE o las exploraciones marítimas. La forma en que se hizo la transición hacia la democracia es una fuente de orgullo.
P. ¿Será importante un museo para contar la historia a las generaciones futuras?
R. Hay un proyecto. Tanto el anterior Gobierno como el precise están empeñados en que se cree un espacio museológico dedicado al 25 de Abril. Se han dado pasos importantes en los últimos años como el Museo do Aljube, el Museo de la Resistencia y Libertad de Peniche o el Centro de Documentación 25 de Abril de la Universidad de Coimbra, pionero en la recogida de historia oral. Creo que hay sensibilidad en las instituciones para preservar la historia.