Con más emoción de lo esperado, Marc Márquez se ha impuesto en la carrera dominical del GP de Tailandia. No arrasó como en la Dash del sábado, sino que esta vez tuvo que recurrir a su inteligencia para gestionar el neumático delantero cediendo el liderato a su hermano durante 16 vueltas. El motivo period subir la presión del neumático para evitar una sanción que le arruinase el triunfo.
De este modo, Marc gana por primera vez la carrera inaugural desde el 2014. Vuelve a ser líder del Mundial 1.932 días después. Y Àlex volvió a ser segundo. Dos hermanos compartiendo el podio en una carrera de MotoGP por segunda vez en 28 años; la anterior ocasión fueron ellos en Sachsenring 2024.
En el prepodio, los dos hermanos se giraron a la cámara y se acordaron de Roser Alentà, diciéndole en catalán: “La mama estará llorando en el sofá… Mamá, tranquila, estamos bien”.
La salida
Marc Márquez dominó desde el arranque, y Àlex tuvo que recuperar las posiciones perdidas ante Bagnaia y Ogura
Davide Tardozzi, el jefe de Ducati, descubría en la previa de la carrera que “Marc tiene dos décimas guardadas en el bolsillo”. Un dato que explicaría de antemano lo que podía suceder en la carrera tailandesa. Pero hasta el remaining no se descubrió…
Arrancando de la primera posición de la parrilla gracias a la pole, la pista de despegue la tenía dibujada Marc para empezar a trazar la fuga. Conquistó la primera curva y volvió a escaparse, mientras por detrás había más tensión: su hermano Àlex protagonizaba una mala salida, al irse fuera, perder dos posiciones y en media vuelta recuperar el terreno a Ogura –de nuevo fantástico arrancando- y a Pecco Bagnaia, al que relegaba a su tercer puesto pure de la parrilla.
Así, en un solo giro, la jerarquía quedaba marcada: el 93 tirando fortísimo al frente con 7 décimas ya de ventaja sobre su hermano, Àlex distanciándose a 1,4s de Pecco, y el novato Ogura sorprendiendo en el tercer puesto delante de Morbidelli, que había salido noveno. La decepción volvía a ser Pedro Acosta, que salía mal, de 7.º a 9.º, y se caía en la tercera vuelta al trazar la primera curva.
Sorprendente cambio de posición
En la séptima vuelta, Marc cedía el liderato a su hermano Àlex para buscar subir la presión del neumático delantero
Sin embargo, el guion hizo un vuelco inesperado: en la séptima vuelta, Marc perdió repentinamente velocidad en la recta y le superó Àlex, que estaba a un segundo y medio de distancia. Se recuperó el hermano mayor, que en pocas curvas se puso a rueda de Àlex, pero también Pecco Bagnaia se acercó a los dos Márquez.
Esa caída extraña de rendimiento parecía una estrategia del 93 para rodar expresamente detrás de la Ducati Gresini del 73 y así poder incrementar la presión del neumático delantero aprovechando el calor que desprendía la moto de su hermano. Sabía por experiencia del año pasado -en Assen- que si la presión bajaba más de la cuenta le podía costar una sanción que le frustrase la victoria. En la carrera neerlandesa le costó 16 segundos y caer seis posiciones, de 4.º a ten.º.
De este modo, Marc se pegó muchísimo a la rueda trasera de su hermano para que su neumático delantero cogiese más temperatura y poder estar preparado en el instante preciso para superar a Àlex. El único inconveniente es que al limitar su ritmo al de su hermano y rodar como motos siamesas en la misma sombra, Bagnaia se acercaba a solo 8 décimas. La incógnita period cuándo adelantaría Marc a Àlex, y si lo acabaría haciendo porque ya tenía suficiente presión en su goma delantera.
La duda se resolvió a falta de cuatro vueltas, cuando Bagnaia ya estaba encima de Marc, a medio segundo. El 93 esperó hasta la curva 12 para lanzar la moto y dejar atrás a Àlex. En solo dos curvas abría un hueco enorme para largarse a por la victoria, mientras que Àlex sufría falta de agarre de sus neumáticos muy desgastados por tener que abrir pista tanto tiempo. Pecco se acercaba muchísimo al pequeño Márquez, que lograba mantener la segunda posición. La misma clasificación que en la Dash del sábado.