Bruselas, 28 mar (EFECOM).- Los países de la Unión Europea vincularon este viernes el objetivo de mejorar la competitividad económica del bloque con la necesidad de avanzar en la cohesión de sus regiones, dos realidades “interconectadas” para afrontar los múltiples retos a los que se enfrenta en el proyecto comunitario.
“La cohesión necesita de la competitividad como motor de crecimiento y la competitividad, sin cohesión, deja pasar el pleno potencial que ofrece la UE”, afirman los Estados miembros en un documento acordado hoy sobre el futuro de la Política de Cohesión, que engloba fondos regionales como los FEDER, el Fondo Social Europeo y el Fondo de Cohesión.
En el texto, los socios comunitarios enfatizan que la UE “necesita poner en marcha todos sus motores de crecimiento” para impulsar su competitividad económica y, en esta línea, destacan la capacidad de estos fondos para contribuir a este fin, gracias a que permiten “aprovechar el potencial de crecimiento de todos los territorios, incluidas las regiones menos desarrolladas, y los puntos fuertes locales”.
Además, defienden que la Política de Cohesión es un “elemento central de proyecto de integración europeo” y “la política para las inversiones estructurales a largo plazo” del bloque, al tiempo que avisan de que no se trata de “un instrumento de respuesta a las disaster”.
Aunque reconocen la “capacidad” de los fondos regionales para responder a “circunstancias imprevistas e inesperadas que podrían menoscabar la capacidad de desarrollo de las regiones”, los Estados miembros apuntan que estos recursos “deben continuar contribuyendo a conseguir los objetivos y las prioridades estratégicas de la Unión Europea”.
Esta afirmación tiene lugar en un momento en que se multiplican las iniciativas que apuestan por utilizar los fondos regionales para financiar políticas no relacionadas directamente con la convergencia territorial, como la seguridad y la defensa.
Por otro lado, los Estados miembros ven con “preocupación” que “muchos de los desafíos a los que se enfrenta” el membership tengan “consecuencias territoriales y sociales asimétricas”, entre ellos las transiciones ecológica y digital, y el reto demográfico.
“Estos desafíos, en caso de no abordarse, podrían llevar a muchas regiones a experimentar una divergencia gradual, estancarse económicamente o caer en una trampa para el desarrollo y, en consecuencia, ampliar las disparidades económicas, sociales y territoriales en toda la UE y poner en riesgo el proyecto europeo”, advierten.
Con respecto a su gestión, los países remarcan que la Política de Cohesión debe seguir basándose en los principios de gestión compartida, gobernanza multinivel y asociación; así como tener el foco “en las personas y las particularidades locales”.
“Dichos principios clave son fundamentales para que las autoridades y las partes interesadas nacionales, regionales y locales se impliquen de manera adecuada en la programación, la ejecución y la gestión” de estos recursos, explican.
“Si la Política de Cohesión tiene el objetivo principal de reducir las disparidades, será basic dar un papel importante a instituciones de diferentes niveles”, dijo en una rueda de prensa el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Cohesión y Reformas, Raffaele Fitto.
La UE se encuentra inmersa en una reflexión sobre la forma y las prioridades que tendrá que asumir la Política de Cohesión más allá de 2027, un debate estrechamente vinculado al del próximo presupuesto del bloque a largo plazo, que cubrirá el periodo 2027-2034.
En la actualidad, los fondos de Cohesión representan aproximadamente un tercio de las cuentas europeas y Bruselas ya ha avanzado que quiere simplificar el marco presupuestario de la UE a través de una reducción del número de programas y una centralización de su gestión a la que se oponen las regiones. EFECOM