Las comunidades en primera línea de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia mueren, resultan heridas y se ven desplazadas a diario, a medida que la guerra avanza.
“Sólo en los últimos seis meses, más de 200.000 personas han sido evacuadas de las zonas de primera línea en el este y el norte”, declaró Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, con motivo del tercer aniversario de la guerra, el lunes 24 de febrero.
Grandi añadió que, desde el comienzo de la guerra, unos 10,6 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Aunque la mayoría huyó durante las primeras fases de la invasión rusa, el desplazamiento y el sufrimiento continúan.
Drones sobrevolando la ciudad a diario
Muchos de los desplazados en el este y el norte del país llegan a centros de tránsito antes de que se les ayude a encontrar refugio temporal en edificios públicos reutilizados, conocidos como emplazamientos colectivos.
Serhii Zelenyi fue evacuado recientemente en autobús a un centro de tránsito en la ciudad oriental de Pavlohrad tras huir de los bombardeos diarios de Pokrovsk, su ciudad natal, en la región de Donetsk, en la línea del frente, a 130 kilómetros de la frontera con Rusia.
“Period muy difícil en Pokrovsk. Los drones sobrevolaban la ciudad todos los días, desde por la mañana hasta bien entrada la noche”, cuenta Zelenyi. “A veces había una pausa de dos horas y luego volvían a empezar los bombardeos. Period imposible”.
El artesano y pequeño agricultor fue uno de los últimos de sus vecinos en marcharse, pues finalmente decidió que el peligro constante, la falta de alimentos, agua y electricidad, y la necesidad de permanecer casi todo el día en casa period demasiado para soportarlo.
A su llegada a Pavlohrad, Zelenyi recibió ropa y ayuda en efectivo de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) a través de sus organizaciones locales asociadas, y ahora se pregunta qué hará a continuación. “Lo he perdido todo”, cube, “tengo que volver a empezar de cero”.
Un espacio seguro para llorar
La historia Serhii Zelenyi no es inusual, cube Alyona Sinaeva, psicóloga de Proliska, la organización asociada del ACNUR en Pavlohrad. Los que llegan de regiones en primera línea están “en una situación de estrés agudo, porque vienen de ciudades donde hay combates activos”.
El centro ofrece un lugar seguro a los civiles traumatizados mientras Proliska y otros socios del ACNUR proporcionan a los evacuados que llegan ropa, ayuda en efectivo para comprar artículos de primera necesidad, kits de higiene, asistencia jurídica y apoyo psicosocial.
“En este espacio pueden relajarse y llorar. Estas son las emociones que no han podido mostrar hasta ahora”, dijo Sinaeva. “La gente está cansada. Cansada de la guerra. Todo el mundo está cansado”.
Tres años después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, y as soon as desde el inicio de la guerra en el este y la ocupación de Crimea, la destrucción y los desplazamientos siguen siendo una realidad cotidiana. Se calcula que 12,7 millones de personas, alrededor de un tercio de la población que sigue viviendo en Ucrania, necesitan ayuda humanitaria.