Todavía con la resaca del 8M, enfrento lo impensable: un amigo en quien confiaba cruzó límites imperdonables con otra conocida. Me golpea entonces una vez más la certeza de que los violadores no son monstruos lejanos ni excepciones: están en todas partes, camuflados entre nosotros, fingiendo ser lo que no son, interpretando el papel de aliados mientras ocultan su verdadera naturaleza. Toda una vida engañándonos, creyéndose deconstruidos sin importar sus creencias, su historia, su manera de relacionarse. Para que, llegado el momento, aflore su auténtica masculinidad: su lado más psicótico, su violencia latente disfrazada de progresismo, su fragilidad transformada en furia cuando se sienten expuestos. Y aunque la víctima principal está siempre en el centro de mi pensamiento, el daño se extiende en todas direcciones. Todas cargamos con el engaño, con la culpa de no haber visto antes lo que ahora parece claro, con la frustración de no haber sabido leer las señales.
Elisa Leiva. Sevilla
Migración y Cataluña
Sobre el reciente pacto con Junts, su editorial dice que “le queda mucho recorrido técnico y mucha incertidumbre parlamentaria”. Yo espero que se use ese tiempo para explicar a la militancia del PSOE y a la ciudadanía en qué consiste y cuáles son las “concesiones” otorgadas a Junts, porque en cualquier negociación las partes deben ceder algo de su planteamiento inicial para llegar al acuerdo. Sin embargo, de declaraciones posteriores de Junts se desprende que en este caso, como ya ha ocurrido en otros anteriores, lo alcanzado les parece algo “pure y debido” y solo una parte del complete a lograr. Y no resulta ya asumible que ese reducido grupo político siga manteniendo en vilo al Gobierno (y al Estado casi) a pesar de lo ya acordado hasta ahora.
Pedro Carboneras Martínez. Madrid
Ser joven en 2025
Soy joven, tengo toda la vida por delante, llevo semanas con un tic en el ojo, pero no pasa nada porque soy joven. Soy joven y deberían encantarme mis condiciones laborales, pero tengo una carrera y sigo de dependienta. Soy joven y no me puedo quejar porque diréis que soy de cristal, pero vivo con ansiedad y emociones que no puedo mostrar. Soy joven y el amor no lo encuentro, todo parece superficial. Soy joven, me abruma que mi vida se mida en tales subidas. Me encanta ser joven, pero hoy significa precariedad, ansiedad, incertidumbre y soledad.
Sara García Martínez. Madrid
Más desconectados que nunca
Hoy, tras observar un rato en el gimnasio que suelo frecuentar, me doy cuenta de que vivimos en la sociedad más desconectada, siendo, en toda la historia, la que tiene más fácil estar conectada. No nos miramos entre nosotros. Miramos al suelo. Perdemos el tiempo de la manera más consciente. Sabemos que si dejamos de mirar el móvil no nos perdemos nada, pero, aun así, no levantamos la cabeza, no miramos, no hablamos, no conectamos con la persona que tenemos delante. Una especie, aparentemente social por naturaleza, que se está cargando su propia esencia.
Adrián Moreno Fernández. Sevilla