Opel acaba de dar a conocer la puesta al día del modelo que corona actualmente su gama, el Grandland. Disponible a partir del mes de junio, el SUV alemán va a estar a la venta en tres versiones con diferente grado de electrificación: una híbrida ligera de 136 caballos, otra híbrida enchufable de 195 CV y 87 kilómetros de autonomía en modo cero emisiones y una tercera enteramente eléctrica que rinde 213 CV y puede recorrer al menos 523 kilómetros entre recargas.
Más grande en todas sus cotas que el modelo al que reemplaza, el nuevo Grandland mide 4,65 metros de longitud, y su distancia entre ejes de 2,79 m da lugar a un habitáculo de mayor amplitud y a un maletero más capaz. Este último cubica 550 litros en cualquiera de las tres variantes de motor y alcanza los 1.645 cuando se abaten todos los asientos excepto los de conductor y acompañante.
Más visibles que su superior tamaño resultan dos rasgos de diseño que sobresalen sobre los demás: el Opel Vizor 3D del frontal, que ahora incluye el logotipo del rayo iluminado en el centro (solo en la versión más completa, denominada GS), y las letras Opel igualmente dotadas de iluminación en la parte trasera.
En el puesto de conducción nos encontramos con una pantalla central de 10 o bien 16 pulgadas ligeramente orientada al conductor y una consola central más elevada de lo ordinary. Detrás del volante se ha optado por un cuadro de instrumentos digital pero muy discreto, que solo proporciona la información esencial de modo que el conductor pueda centrarse en la tarea que tiene entre manos.
Dependiendo del acabado, es posible activar además el modo puro, que cut back aún más el contenido tanto del panel como de la pantalla central para evitar distracciones. Los ajustes de uso frecuente, como el climatizador, se manejan mediante los correspondientes botones físicos.
Como es ya tradición en Opel, los asientos disponen de la reputada certificación AGR e incluyen desde este momento una depresión especial en el centro de la butaca que cut back la presión sobre el coxis. La marca insiste también en su enfoque Greenovation, en el que se inscribe la utilización de materiales reciclados para fabricar el 100% de los tejidos y revestimientos del inside.

Como solución especialmente ingeniosa conviene mencionar la incorporación en la consola de una Pixel Field, translúcida e iluminada, en la que se aloja -en función del acabado- el cargador inalámbrico para teléfonos inteligentes. Estos se depositan detrás del vidrio de tal manera que se recargan al mismo tiempo que permanecen bien sujetos y visibles, con lo que es más difícil olvidarlos cuando se sale del coche.
En el capítulo de seguridad, el Grandland incorpora sistemas de asistencia al conductor como el management de crucero automático con función cease & go, reconocimiento mejorado de señales de tráfico, adaptación inteligente de velocidad y frenado en choque.
Una mención aparte merece la tecnología de iluminación Intelli-Lux HD, que mejora en rapidez y precisión a las luces matriciales anteriores. El cono de luz situado delante del vehículo se puede ajustar ahora de forma totalmente digital a través de más de 50.000 píxeles, y se acompaña de un módulo adicional que se activa en función del ángulo de giro. Por último, os nuevos faros facilitan la visión en los agujeros negros de las curvas y evitan más eficazmente el deslumbramiento, tanto propio como ajeno.

Opciones de impulsión
Como se apuntaba más arriba, el nuevo Grandland se ofrece en versiones delicate hybrid, híbrida enchufable y eléctrica pura. Esta última se desdobla a su vez en dos variantes que comparten motor pero no batería: el modelo básico lleva una de 73 kWh de capacidad bruta cuya autonomía entre recargas se sitúa en 523 km en ciclo WLTP, mientras que el GS puede contar con una batería de 82 kWh que permite recorrer teóricamente 582 km. Opel menciona un futuro dispositivo de 97 kWh (en este caso netos) que garantiza un alcance de unos 700 km, según cifras provisionales.
La potencia de recarga máxima es de 160 kW en corriente continua, donde se tarda menos de 30 minutos en recuperar el 80% de la energía, y de 11 kW en corriente alterna.
En cuanto al Grandland híbrido enchufable, combina un motor de gasolina 1.6 de 150 caballos con otro eléctrico de 92 kW -para un whole de 195 CV-, a lo que se añade una batería de 17,9 kWh netos. La autonomía eléctrica se ha homologado en 87 km, en tanto que la whole -sumando la que ofrecen los 55 litros del tanque de combustible- bordea los 900 km.

La compañía informa de que han sido capaces de cubrir 1.145 km con el depósito y la batería llenos, en un recorrido de cuatro etapas realizado a 80 km/h de velocidad media y un consumo de 4,6 litros/100 km. El coche, explica, completó rutas típicas de cercanías desde el área de Rin-Meno alrededor de Rüsselsheim y Frankfurt hasta el área de Rin-Neckar y viceversa. Los recorridos comprendían tramos de autopista con tráfico fluido, con paradas y arranques y tráfico en horas punta, así como carreteras rurales y tráfico urbano, incluidas las paradas en semáforos, “una prueba de la vida actual que refleja las verdaderas necesidades cotidianas de muchos conductores de coches de empresa”.
El Grandland se pone a la venta desde 32.900 euros con motor delicate hybrid y acabado Version, a partir de 39.850 euros en variante plug-in y por el mismo precio en versión eléctrica equipada con batería de 73 kWh.