Muchos medios destacan innecesariamente la condición de hijos adoptivos de los protagonistas del doloroso suceso de Castro Urdiales sin saber siquiera si esa condición juega algún papel en lo sucedido o no. Cuánto daño gratuito se está haciendo al delicado vínculo de tantas familias adoptantes con sus hijos si insinuamos siquiera que existe una relación entre adopción y violencia. Sin embargo, faltan recursos de acompañamiento psicológico y apoyo cotidiano a estas familias para la difícil pero imprescindible tarea de construir un apego seguro con unos niños que suelen llegar heridos. Eso sí les garantizaría un mejor futuro a ellos y a sus familias ¿Qué tal si hablamos de esto?