Es un cuadro o un trampantojo? o, en vez de un armario como seala la cartela, una invitacin a asomarnos a lo que nos acecha ms all. No podra tener mejor manera de comenzar la exposicin. Realizado en 1941 por Marcel Jean, el lienzo Armario surrealista representa un conjunto de puertas y cajones entreabiertas no se sabe bien a dnde.
La pintura de Jean es la primera que cuelga en la exposicin inaugurada por la Fundacin Mapfre. En consonancia con lo que sigue, la obra parece dispuesta a hacernos soar. O a inquietarnos. La excusa, el aniversario de un cataclismo que conmocion el mundo del arte hace un siglo. El objetivo, explorar hasta dnde lleg aquel estallido, de manera especial la no demasiada conocida presencia de artistas alejados del epicentro parisino y cul fue el papel que protagonizaron las mujeres.
1924. Otros surrealismos explora a lo largo de ms de 200 obras el impacto de este movimiento, surgido a partir del manifiesto de Andr Breton publicado aquel ao. Junto a las numerosas pinturas, se renen esculturas, dibujos, collages, fotografas, pelculas y otras piezas.
‘Darvaux’, 1950.
La exposicin ha sido posible gracias a una extensa nmina de 87 prestadores, entre los que se encuentran el Centre Pompidou de Pars, el MoMA de Nueva York y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Couch.
Antes de nuestra capital, la muestra ha recalado en los Muses Royaux des Beaux-Arts de Belgique Bruselas, y en el Pompidou. Despus de su exhibicin en Madrid, viajar a la Hamburger Kunsthalle de Alemania y al Philadelphia Museum of Artwork de Estados Unidos
Junto a artistas decisivos en el movimiento, como Salvador Dal, Ren Magritte, Joan Mir, Luis Buuel y Max Ernst, se incluyen obras de figuras universales que, sin pertenecer al surrealismo, coquetearon con l, como Alberto Giacometti y Pablo Picasso. Aunque el objetivo principal de la exposicin es ensalzar la obra de artistas con menor grado de popularidad, aunque no por ello carentes de mrito. Artistas perifricos que en ocasiones se alejaron de los preceptos oficialistas marcados por Breton. La muestra explora el papel de estos creadores en lugares como Espaa y Latinoamrica.
‘Mquina de coser electro-sexual’, 1934-1935.
El protagonismo femenino es otra de las reivindicaciones. Cada seccin de la muestra tiene, al menos, una mujer, sin que esto tenga ninguna intencin woke, sino simplemente por justicia, seala Estrella de Diego, la comisaria. Hasta 35 mujeres artistas estn representadas. Entre ellas, Leonora Carrington, Dorothea Tanning, Gala, Amparo Segarra, Raquel Forner, Mara Martins, Jane Graverol, Alice Rahon, Rita Kernn-Larsen, Ithell Colquhoun y Grete Stern.
No poda faltar Maruja Mallo, la gran pintora gallega, a quien una antolgica en los prximos meses va a sacar de un inmerecido olvido. El papel de Maruja Mallo ha sido demasiado tiempo injustamente recluido a un segundo plano. Si hubiera nacido en otro lugar, hoy estara considerada una figura central del surrealismo, subraya De Diego.
La exposicin se organiza en tres reas, en la que unos y otros mezclan creatividades. La primera va y viene por las diferentes interpretaciones del surrealismo, contrastando la visin centrista bretoniana con las corrientes perifricas. Desavenencias con tales cnones que incluso protagonizaron artistas como Dal y Gala, representados en la exposicin con dos excepcionales piezas: Telfono afrodisiaco y El zapato de Gala.
‘Telfono afrodisiaco’, 1938, Salvador Dal.
La segunda seccin es el reino de los temas que reinan en el surrealismo: el sueo, el deseo, la psiquis y el automatismo. La tercera acoge una de las obsesiones predilectas de estos artistas: la bsqueda de la piedra filosofal, alegora de la iluminacin inside, y la naturaleza. Joan Mir cierra el largo recorrido, con una de las obras claves de la exposicin. Realizado en 1926, Perro ladrando a la luna, es una rareza que visita excepcionalmente Espaa desde su residencia en el Philadelphia Museum of Artwork.
Conviene prestar atencin a esta pintura que nos remite al perro ms famoso de la pintura espaola. Actualmente en el Prado, Goya pint aquel can en 1819 para decorar las paredes de la Quinta del Sordo. La pintura de Mir nos hace caer en la cuenta de que un siglo largo antes del manifiesto de Breton, el autor de las Pinturas Negras y Los Caprichos ya galopaba por el surrealismo.