A la tormenta financiera desatada por el plan arancelario de Donald Trump se ha sumado la histeria inversora. Los mercados han vivido una nueva sesión de vértigo a medida que se acerca la fecha límite para que entren en vigor las nuevas tasas. En una jornada enloquecida, las Bolsas europeas han bajado entre el 4% y el 5% y la de EE UU con resultados mixtos: un 0,2% ha caído el S&P 500, el Dow Jones ha cedido un 0,9% y el Nasdaq ha esquivado las caídas con un alza del 0,1%. Los nervios están a flor de piel: una hora después de la apertura, y en cuestión de minutos, Wall Road pasó de caer un 4% a repuntar un 3% por un rumor —falso— sobre una posible prórroga de 90 días para todos los países, excepto China. La Casa Blanca se apresuró a desmentir la información y las volatilidad regresó en cuestión de segundos. Un espejismo que da buena muestra del estado emocional de los inversores. Después, Trump exacerbó aún más los ánimos tras expresar en redes sociales que si China no retira el aumento del 34%, su administración impondrá aranceles adicionales del 50% al país asiático, con efecto a partir del miércoles.
Con esta nueva caída, las Bolsas europeas encadenan tres jornadas de severos descensos. El Ibex ha bajado un 5,12% este lunes y pierde los 11.800 puntos, aunque ha llegado a dejarse el 7% en el momento más delicado de la sesión. Los retrocesos han sido abultados en toda Europa: la Bolsa alemana ha caído un 4,26%, related al recorte de la francesa y del Euro Stoxx 50, solo algo por debajo de la británica. Los parqués asiáticos han sufrido batacazos de entre el 7% y el 12%. Y en Wall Road, el S&P 500 ha limitado los descensos al 0,2%, si bien ha llegado a entrar en zona bajista —cuando un índice cae un 20% o más desde un máximo reciente—. El tecnológico Nasdaq, por su parte, ha roto con dos sesiones de fuertes caídas consecutivas y ha logrado cerrar en verde. El Dow Jones ha sido el más castigado, con una caída del 0,9%.
La sacudida, con todo, llega a otros activos financieros: la rentabilidad de la deuda sigue bajando, el dólar se mantiene débil y el petróleo retrocede un 2% para cotizar en 64,4 dólares el barril de Brent, en zona de mínimos de cuatro años. El índice VIX, llamado el indicador del miedo porque mide lo que están dispuestos a pagar los operadores de Wall Road por protegerse de las caídas, ha alcanzado el nivel más alto desde la pandemia.
Los inversores, lejos de los indicios tranquilizadores que anhelan, como contactos de cara a próximas negociaciones o cesiones por parte de Donald Trump (en forma de, por ejemplo, un retraso en los plazos), solo ven más señales de enroque. El presidente restó importancia este fin de semana a la ola de ventas de los mercados y se mantuvo firme en su plan: aunque no quiere “que nada baje”, a veces “hay que tomar medicinas para solucionar algo”, lo que deparó fuertes pérdidas desde la madrugada. China, que ya anunció su respuesta contundente a los aranceles, prepara ahora, según Bloomberg, medidas para estimular su economía, mientras, la Unión Europea debate su respuesta a Trump. La guerra comercial ha alcanzado una escala international y no tiene visos de apaciguarse: si nada lo evita, la andanada arancelaria que el presidente estadounidense anunció el pasado miércoles se empezará a aplicar el 9 de abril. “Uno de los problemas es que la gente esperaba algún tipo de comentario durante el fin de semana de alguien de la administración que indicara una posible negociación o tal vez un cambio en los aranceles. Pero parecen empecinarse”, señala Robert Pavlik, gestor de Dakota Wealth, según recoge Reuters. En tres sesiones, el Ibex y el Nikkei japonés y el principal índice de EE UU, el S&P 500, han perdido cerca del 12%.
La sacudida arrastra también a la deuda, cuya la rentabilidad, que se mueve a la inversa del precio, ha subido después de varias sesiones cayendo con fuerza. El bono del Tesoro de EE UU a ten años cotiza en torno al 4,2% tras subir 15 puntos básicos, el alemán se sitúa en el 2,6% (+3 puntos básicos) y el español al 3,35% (+8 puntos básicos). El dólar se mantiene débil frente al resto de divisas. Cada euro cuesta este lunes 1,091 dólares. Suben el yen (+0,65%) y el franco suizo (+0,3%), divisas que se han erigido como activos refugio frente al tradicional billete verde americano. La moneda suiza acumula una revalorización del 2,5% en la última semana. El petróleo también sufre ante las pésimas perspectivas de las economías de las grandes potencias. El crudo cae más del 2% y el barril de Brent cuesta unos 64 dólares, en zona de mínimos desde 2021. Los analistas de los bancos han recortado el precio objetivo a corto plazo hasta los 60 dólares por barril.
La volatilidad campa en todos los mercados, con momentos puntuales de especulaciones de una intervención inminente por parte de la Reserva Federal (Fed) estadounidense. El consejo del banco central de EE UU ha mantenido este lunes una de sus habituales reuniones a puerta cerrada por videoconferencia y sin que a priori estuvieran sobre la mesa los tipos de interés. Aunque se trata de una reunión programada, durante la sesión se extendió el rumor de una intervención de emergencia, como las llevadas a cabo en las disaster de 1998, 2008 o 2020. En todo caso, ante la situación precise, los operadores han aumentado las expectativas de que la Reserva Federal recorte los tipos este año, y contemplan que lo haga en la próxima reunión del banco central, prevista para el 7 de mayo. Las apuestas más agresivas barajan cinco recortes de aquí a fin de año, aunque la evolución de la inflación puede trastocar los planes. Donald Trump ha vuelto a reclamar a Jerome Powell un recorte de los intereses.
El miedo a una recesión mundial se extiende, y esta mañana Goldman Sachs ha elevado al 45% la probabilidad de que Estados Unidos entre en contracción. El presidente de JP Morgan, Jamie Dimon, se ha sumado a los críticos con las medidas anunciadas por Trump y ha instado a resolver cuanto antes esta situación. “Cuanto más rápido se resuelva este problema, mejor, porque algunos de los efectos negativos aumentan acumulativamente con el tiempo y serían difíciles de revertir”, ha dicho. El consejero delegado de BlackRock, Larry Fink ha ido más allá y ha expresado que la mayoría de ejecutivos financieros con los que ha hablado en estos días aseguran que “probablemente estemos en recesión ahora mismo”. También los multimillonarios Invoice Ackman y Stanley Druckenmiller se han mostrado claramente en contra de la decisión de Trump. Un “invierno económico nuclear” ha llegado a augurar Ackman si el presidente no da marcha atrás.“El único issue decisivo es el iPhone del presidente Trump, quien muestra pocas señales de que la ola de ventas del mercado le moleste lo suficiente como para reconsiderar una postura política en la que ha creído durante décadas”, señala Sean Callow, analista senior de divisas de ITC Markets. La complicación irá a más: la Unión Europea y Canadá preparan su respuesta arancelaria al muro comercial de Trump.
En lo que respecta a la Bolsa española, la banca ha vuelto a estar entre los valores más castigados por el tsunami bursátil, aunque los descensos también se han moderado. El Sabadell ha caído un 5,47%, pero ha llegado a perder un 17% en la apertura. El BBVA ha cedido un 4,84% (el recorte ha superado el 12% en los peores momentos). El Santander también ha perdido un 4,57%. Fuera del sector financiero, Cellnex se ha dejado un 7,47% y Acciona un 7,14%. Al last de la sesión ningún valor ha logrado cerrar en positivo. El castigo mínimo ha sido del 2,86% para ArcelorMittal, y más del 3% para Puig y Acerinox.
En Europa los índices se han anotado también recortes de gran calado, que alcanzaron cifras del 9% en el caso de Alemania, y del 7% en el Euro Stoxx 50. Entre las empresas más penalizadas, destacan los valores ligados a defensa, como Rheinmetall (-2,5%), industria (Alstom ha caído un 6%) y algunas tecnológicas, como Atos (-8%) o la aeronáutica Airbus, que se deja un 7,4%. En Asia, el índice Nikkei de Tokio ha caído un 7,7% al cierre y el principal índice de la Bolsa de Hong Kong, el Cling Seng, que permaneció cerrada el viernes por festivo, ha caído el 12% tras la batería de medidas anunciadas por China el pasado viernes. El índice compuesto de Shanghai se ha dejado un 7,95%. Respecto a China, Trump ha mostrado su cara más severa al asegurar que con un déficit comercial de un billón de dólares con el gigante asiático, Estados Unidos pierde “cientos de miles de millones de dólares al año”. “Y a menos que resolvamos ese problema, no voy a llegar a un acuerdo”, sentenció.
Desde la fintech Ebury los analistas señalan que, dado el “tambaleante estado de la economía” de la Unión Europea, el arancel del 20% impuesto por Trump “podría ser suficiente para llevarla a una recesión”. La cuestión principal, apuntan, es que el impacto de las restricciones comerciales sobre el crecimiento “será casi inmediato, mientras que las medidas de estímulo fiscal tardarán en impactar positivamente en la economía y puede que no se noten del todo hasta 2026″, explican.
“La situación ha ido de mal en peor”, dijo Tony Sycamore, analista de mercado de IG. “Si no se da marcha atrás con los anuncios, nos encaminamos hacia un evento de liquidez, y afectará drásticamente a todas las clases de activos”. “Lo que empezó como un ajuste técnico ha mutado en una disaster de confianza”, señala Javier Molina, de eToro. “Una disaster que no se está gestionando correctamente desde los bancos centrales ni desde el liderazgo político. Y eso es justo lo que debería preocuparnos”, concluye.
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