La Reserva Federal de Estados Unidos está en la fase de esperar y ver. El banco central de Estados Unidos rebajó el precio oficial del dinero un punto porcentual entre septiembre y diciembre de 2024. En su reunión de enero, sin embargo, hizo una pausa en los recortes y los miembros de su comité de política monetaria no tienen ninguna prisa por volver a actuar, a tenor de lo que se recoge en las actas de aquel encuentro. Los inversores dan por hecho que el precio del dinero se mantendrá en el rango del 4,25%-4,50% en la reunión del 19 de marzo y, con gran probabilidad, en la del 7 de mayo.
“Al debatir las perspectivas de la política monetaria, los participantes observaron que el Comité estaba en condiciones de tomarse su tiempo para evaluar la evolución de las perspectivas de la actividad económica, el mercado laboral y la inflación, y la gran mayoría apuntó a una postura política aún restrictiva”, señalan las actas de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de los pasados 28 y 29 de enero. “Los participantes indicaron que, siempre que la economía se mantuviera cerca del empleo máximo, querrían ver más avances en la inflación antes de hacer ajustes adicionales en el rango objetivo para la tasa de los fondos federales”, añaden, aunque dejando siempre abierta la puerta a posibles cambios de posición en función de nuevos datos.
“Los participantes indicaron que, siempre que la economía se mantuviera cerca del empleo máximo, querrían ver más avances en la inflación antes de realizar ajustes adicionales en el rango objetivo para la tasa de los fondos federales”, indica el documento.
En el documento, algunos de los miembros de la Reserva Federal indican que ven el precise nivel de los tipos de interés oficiales como cercano al impartial, esto es, que ni frena ni impulsa la economía. La mayoría sigue pensando que es restrictivo. Las actas también señalan de modo marginal la preocupación por los posibles efectos inflacionistas de los aranceles promovidos por el nuevo presidente, Donald Trump, pero sin detenerse mucho en esa reflexión.
El propio presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, transmitió durante sus recientes comparecencias en el Senado y en la Cámara de Representantes, que la economía está en un buen momento, que la política monetaria se encuentra bien situada y que no hay prisa por rebajar más los tipos de interés. A la inflación le está costando recorrer la última milla hasta el objetivo de estabilidad de precios del 2% y Powell señaló la importancia de acercarse a ese nivel.
En diciembre, los miembros del banco central apuntaron a que este año solo habría dos recortes de 0,25 puntos en el tipo de interés de los fondos federales. Las actas de aquella reunión publicadas posteriormente ya mostraron la preocupación de algunos participantes por los efectos que las medidas que adopte Trump puedan tener sobre la estabilidad de precios. Las restricciones migratorias, los aranceles y las rebajas de impuestos tienen efectos inflacionistas difíciles de calibrar. En sentido contrario, las medidas de desregulación y los recortes de gastos podrían aminorar las presiones sobre los precios. A falta de que las medidas tomen cuerpo, la Reserva Federal prefiere no dar pasos en falso.
“El Comité se encuentra en la fase de esperar y ver qué políticas se promulgan”, dijo Powell en la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria del 18 y 29 de enero. “No sabemos qué pasará con los aranceles, con la inmigración, con la política fiscal y con la política regulatoria”, subrayó.
En su comparecencia en el Congreso, Powell huyó de juicios políticos. Aunque se manifestó en líneas generales en favor del libre comercio, evitó pronunciarse específicamente sobre las propuestas arancelarias de Donald Trump que, por otra parte, han sido algo caóticas e inconsistentes. “Queda por ver qué políticas arancelarias se implementarán, sería irresponsable especular”, dijo en el Senado. Previamente, ante otra pregunta, manifestó su posición basic. “Creo que el caso estándar para el libre comercio tiene sentido, pero no funciona tan bien cuando tenemos un país muy grande [en referencia a China] que realmente no sigue las reglas. En cualquier caso, no es mi trabajo hacer o comentar sobre la política arancelaria. En realidad, eso es para los políticos electos, y no nos corresponde a nosotros opinar. Nuestra labor es tratar de reaccionar de manera reflexiva y sensata y aplicar la política monetaria para poder cumplir nuestro mandato”, explicó.
[Noticia de última hora. Habrá ampliación en breve]