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Por fin parece que la temporada de premios va cogiendo el pasillo de salida. Después de los César en París, a los que fue Karla Sofía Gascón, perdonada por Netflix, el sábado la actriz madrileña vuela a Los Ángeles, junto con el equipo de Emilia Pérez, donde el domingo se celebran los Oscar, y donde probablemente pasen juntas por la alfombra roja —así lo ha deseado Zoe Saldaña— las cuatro actrices principales (y ganadoras del premio de Cannes) del narcomusical de Jacques Audiard. Así se cerraría un escandalillo, convertido en la gran tragedia mundial por una plataforma que no ha sabido (o no ha querido) proteger a la estrella de una película que parecía llamada a grandes logros en los Oscar. Hoy parece que a duras penas ganará dos… Y así encaminamos hacia un clásico, la quiniela de los Oscar. Un prólogo: el año pasado acerté en esta misma sección 18 de 23, porque pequé de conservador. A ver qué tal se da la edición 2025.
Mejor película. Ganará Anora. Period lo que pensaba hace meses, lo que en Navidades cuando los Globos de Oro pareció irse a pique, y lo que se reafirmó en el fin de semana de gloria de los Critics, DGA (premios de directores) y los PGA (productores) segura. Otro Palma de Oro que gana el Oscar a mejor película… lo que en realidad no ha pasado tanto, porque un filme estadounidense no triunfaba en Cannes desde El árbol de la vida. Pero es cierto que Cannes ya marca los Oscar. Que Cónclave ganara hace unos días en los SAG de los actores sí puede ser un toque de atención, pero en los últimos 30 años no han coincidido en la mitad de ocasiones. En cuanto a si el sistema de votación en este apartado, el preferencial, ayuda a una película más abierta y elegible como segunda opción en contra de trabajos más arriesgados, no lo tengo tan claro. Cuando ganó CODA, había triunfado previamente en los SAG. Pienso que Anora va a ser apoyada por muchísimos votantes de fuera de EE UU y por los de la costa Este, y que la resurrección de Cónclave ha llegado con la urna de la votación de los Oscar cerrada.
Mejor dirección. Aquí está una de las categorías rompequinielas: ¿Sean Baker por Anora o Brady Corbet por The Brutalist? Ellos, Jacques Audiard por Emilia Pérez y RaMell Ross, por Los chicos de la Nickel (que en España se ha estrenado esta semana en Prime Video, que ha tirado este lanzamiento) han sido los creadores que sustentan sobre sus espaldas el devenir de sus películas. Pero Ross no es candidato a dirección (mira tú, Mangold sí y Ross no), Audiard ya sabemos por qué está eliminado, y en los DGA ganó Baker. Pongamos Sean Baker.
Mejor actor. Adrien Brody, por The Brutalist. Lo de que ganara Chalamet en los SAG es una falsa emoción. Por cierto, Ralph Fiennes nunca ha ganado el Oscar, una falsa impresión —la de que sí lo hizo con La lista de Schindler— que, cuenta Selection, ha calado en muchos votantes de la industria.
Mejor actriz. Demi Moore, por La sustancia. Es el relato, amigos. Y ella lo domina. ¿La sorpresa, la tapada? La brasileña Fernanda Torres, por Aún estoy aquí. En redes sociales, Gascón llevaba razón, los urdidores brasileños han sido realmente contundentes.
Mejor actor de reparto. Kieran Culkin, por A Real Pain. Sin dudas. Dicho lo cual, los cinco trabajos de esta categoría son de quitarse el sombrero.
Mejor actriz de reparto. Zoe Saldaña, por Emilia Pérez. Se lo merece al 100%. A por otra casilla.
Mejor guion unique. En los WGA ganó Sean Baker por Anora, y en los Bafta y en los Spirit ganó Jesse Eisenberg por A Actual Ache. Pero A Actual Ache no es candidata a mejor película, y hace ya 20 años que nadie gana esta categoría sin ser contendiente a la principal. Otro para Baker.
Mejor guion adaptado. Cuidado, otra estatuilla rompequinielas. Porque Cónclave ganó el Globo de Oro, el Bafta y el Critics, y no lo hizo en los WGA porque no period elegible. Ahí ganó Nickel Boys, la otra opción believable. Los chicos de la Nickel no ha encontrado mucho eco, y permitidme el chiste de la promo gratuita del papa Francisco hospitalizado para que todo el mundo se acordara de Cónclave. Me quedo con la labor de Peter Straughan adaptando el libro de Robert Harris.
Mejor banda sonora. Daniel Blumberg, que ha dado el gran salto a la composición fílmica con The Brutalist. Es una partitura poderosa.
Mejor canción unique. ¿La duplicidad de posible elección y la caída en desgracia de Emilia Pérez habrán acabado con sus posibilidades? Yo no mataría tan pronto El mal. Y Diane Warren volverá a quedarse sin premio.
Mejor película internacional. Por fin, hemos llegado a LA BATALLA. A un lado del cuadrilátero, por Francia, la vilipendiada Emilia Pérez, abandonada incluso por Netflix, su distribuidora en parte del mundo anglosajón. En la otra esquina, la brasileña Aún estoy aquí, que desde los Globos de oro ha recuperado terreno. Es la película que los votantes han ido descubriendo en el rush remaining, es la película en la que se ha centrado Sony Classics (que cuando vio que La habitación de al lado no chutaba, derivó su esfuerzo a la brasileña). Walter Salles ha hecho campaña exprés en el momento en que se estaba votando, los tuiteros brasileños han entrado como elefante en cacharrería en las redes sociales… Y con todo, Europa apoyará Emilia Pérez. Puede que desde EE UU haya incluso voto de castigo contra el narcomusical francés. Creo que Brasil ganará su primer Oscar en este apartado.
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Mejor largometraje documental. No Other Land. No he podido ver Porcelain Warfare, porque no es accesible desde España. Black Box Diaries es fascinante, pero no ha ganado muchos premios; Sugarcane duele, aunque no es muy bueno cinematográficamente, y Banda sonora para un golpe de estado, excepcional en diseño y música, se hace larguísimo y repetitivo. Solo hay un problema con No Different Land, que lo ha ganado todo en esta temporada de premios: lo que cuenta, las barbaridades israelíes en Cisjordania, es justo lo que Trump (y todos sus aliados, y en una onda expansiva, todo cineasta asustado) quiere acallar. De ahí que la opción de los artistas de la porcelana en la guerra de Ucrania haya ascendido en las apuestas… Me mantengo: No Different Land. Si lo ganan, veremos el discurso de la noche.
Mejor corto documental. En España solo se puede ver La única mujer de la orquesta, así que aquí hay que estar atentos al eco que llega desde EE UU sobre la fuerza de Incident, que reconstruye un asesinato realizado por la policía en Chicago en 2018 con todas las cámaras que filmaron el hecho.
Mejor largometraje de animación. El favorito es Robotic salvaje, del genio Chris Sanders. Ahora bien, ¡qué quinteto! Que el letón Gints Zilbalodis se vaya sin premio por Flow aún habrá que verlo. El año pasado aquí fui conservador y fallé: así que esta vez arriesgaré. Que Letonia gane su primera estatuilla.
Mejor corto de animación. El corto iraní A la sombra del ciprés tiene una estética bellísima, y en los Bafta ganó el extraño y doloroso Wander to Marvel. Pero en Hollywood el japonés Magic Candies ha logrado un ruido mediático superior al del francés ¡Qué asco!, el otro gran contendiente. Oscar para Japón.
Mejor corto de ficción. A Lien es desolador, y aunque se rodó antes del retorno de Trump a la Casa Blanca, resuena aquí y ahora. Con todo, las quinielas apuestan por el emocionante The Final Ranger, con un protagonista defendiendo a los rinocerontes en Sudáfrica.
Mejor dirección de fotografía. Lol Crawley por The Brutalist. Viene de ganar el Bafta, aunque en los galardones de la American Society of Cinematographers en su categoría triunfó Edward Lachman por María Callas. La carrera del británico Crawley es larga (uno de sus primeros trabajos fue 4 Lions) y merece este reconocimiento.
Mejor diseño de vestuario. Paul Tazewell, por Wicked. Ha ganado el Bafta, el premio de su sindicato, el Critics… Vamos, otro premio fijo porque, además, su labor entra por los ojos. Tazewell procede de los escenarios: seis veces candidato al Tony, se lo llevó por Hamilton.
Mejor montaje. Uf. Por los incendios, los premios Eddie, otorgados por la asociación American Cinema Editors, se han pospuesto hasta el 14 de marzo. Así que solo quedan los Bafta, y ahí ganó Nick Emerson, con Cónclave. Otros medios apuestan por Sean Baker por Anora. Ahora bien, me parece excesivo, y si gana aquí y en las otras categorías en las que es favorito, Baker sería la tercera persona en la historia en recoger en una gala cuatro estatuillas tras Walt Disney y Bong Joon-ho. ¿Y Dávid Jancsó por The Brutalist? Al remaining, vuelvo a Cónclave.
Mejor maquillaje y peluquería. Otra fácil: Pierre Olivier Persin, Stéphanie Guillon y Marilyne Scarselli, por La sustancia. Es un trabajo refulgente.
Mejor diseño de producción. La cosa está que arde en este apartado: ¿Depraved contra Dune: parte dos? Y entonces, ¿qué hacemos con The Brutalist? En los Bafta ganó Depraved, laborde Lee Sandales y Nathan Crowley; en el Sindicato de Decoradores también triunfó Depraved, y lo mismo en el de Directores de arte… en el apartado de fantasía (derrotando a Dune: parte dos; en contemporáneo se lo llevó Cónclave y en histórico, Nosferatu y no The Brutalist) Vamos con Depraved.
Mejores efectos visuales. No hay dudas, ¿no? Para el equipo de Dune: parte dos. Paul Lambert, Stephen James, Rhys Salcombe y Gerd Nefzer ya lo ganaron con la primera parte.
Mejor sonido. Acabamos con el segundo Oscar para Dune: parte dos, una labor realizada por Gareth John, Richard King, Ron Bartlett y Doug Hemphill. Como sus compañeros de efectos visuales, ya obtuvieron la estatuilla con la primera.
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