Deca su portavoz el pasado lunes que esta es una “gran semana para Vox“. Lo asegur Jos Antonio Fster apenas dos horas despus de que Juan Garca-Gallardo, lder del partido en Castilla y Len, anunciara su dimisin y destapara una disaster interna en la formacin, con acusaciones de injerencias y “zancadillas” de la cpula de por medio. En el partido eran, y son, optimistas respecto al futuro ms inmediato, pues confan en que la cumbre de lderes conservadores y de extrema derecha que acogern en Madrid desde este viernes sirva para pasar pgina y hacer gala de su crimson de contactos internacionales. A ello quieren aferrarse.
Sin embargo, si bien la formacin no atraviesa su momento ms sencillo a nivel nacional, tampoco la coyuntura extranjera le es del todo favorable. Por un lado, la cita de este fin de semana, en la que Santiago Abascal recibir a los lderes de Patriots -su grupo europeo desde que el pasado julio abandonara el ECR de Meloni-, llega despus de que el pasado viernes Vox expulsara a dos parlamentarios de Castilla y Len que haban criticado ese cambio de rumbo del partido. Aunque Garca-Gallardo se desmarc de esa opinin, el asunto vuelve al foco del debate. Y, por otro lado, en una semana en la que la actualidad ha estado marcada por el ir y venir de los primeros aranceles impuestos por Donald Trump, Vox sigue esquivando pronunciarse de forma clara al respecto para tratar de conjugar sus lazos internacionales con la defensa de los intereses del campo, pilar ideolgico del partido. El asunto mantiene en un brete a los de Abascal, que temen tener que elegir entre dos de las que son sus grandes apuestas de presente y futuro.
En Vox ven su “alianza” con Trump como uno de sus puntos fuertes, tanto por la proyeccin que les puede aportar como porque les puede servir para ganar votos al PP, cuya postura respecto al presidente estadounidense es menos clara. La estrategia en este sentido pasa por sacar a la luz los “vaivenes” de los populares en sus opiniones sobre el republicano, explotando cualquier gesto contrario al estadounidense que puedan protagonizar.
Adems, la victoria de Trump se produce en un momento en el que los de Abascal han reforzado su apuesta por las alianzas internacionales, bajo la creencia de que sumarse a la ola de extrema derecha que gana fuerza en otros pases les puede servir de “catapulta” para crecer a nivel nacional.
Pero, en el otro lado de la balanza, confiar su estrategia al rdito que puedan obtener por auparse como aliados de Trump puede ser contraproducente si las polticas del estadounidense se tornan perjudiciales para los espaoles. Esta coyuntura ya amenaza con producirse. “Pondremos un arancel del 100% a los negocios que hace [Espaa] con EEUU”, advirti Trump tras su investidura. Una medida que castigara especialmente al sector primario, nicho de votantes de Vox.
En pblico, los portavoces del partido eluden posicionarse en contra de esos aranceles, esgrimiendo que “el verdadero dao a los agricultores viene de Bruselas”. En privado, en la formacin reconocen que este asunto es un punto de “choque” con la Administracin Trump, pero tratan de restarle importancia sealando que discrepancias “va a haber” y asumiendo que tendrn que sortearlas. Aunque esta no es balad. Segn el barmetro del CIS de enero, entre los agricultores y trabajadores agropecuarios, forestales y pesqueros, el 21% de los electores vota a Vox, que es el favorito -el 16% apuesta por el PP y el 14% por el PSOE-. Estos profesionales seran los ms afectados si se consuma la amenaza arancelaria.
En su programa electoral para las ltimas generales, Vox dedicaba un captulo a exponer su defensa de lo “producido en Espaa”. En l se comprometa a “cuidar a los productores e industrias” nacionales, reivindicando sus intereses frente a los del resto de pases. Pero esta tesis se diluye ahora cuando se les pregunta por su postura respecto a la poltica arancelaria que pretende aplicar Trump. En su anterior mandato, el estadounidense ya penaliz al campo espaol con un tributo del 25% a la importacin de aceite de oliva, vino o queso, productos que constituyen el grueso del comercio nacional a EEUU. La prdida para el sector primario fue millonaria, algo que la Asociacin Agraria de Jvenes Agricultores (ASAJA) -principal sindicato del sector, con el que Vox va de la mano en ocasiones- advierte que podra repetirse.
La encrucijada adquiere mayor relevancia tras la crtica que desliz ayer Garca-Gallardo, que carg contra la direccin del partido por poner “zancadillas a los dirigentes” regionales y dificultar que se genere arraigo en los territorios. As, de imponerse desde Madrid una postura nica respecto a los aranceles, esta sera difcil de defender en las zonas con mayor peso del sector primario.