La oposición en Sudáfrica ha prometido a sus seguidores destronar al Congreso Nacional Africano (CNA), del expresidente Nelson Mandela, en las elecciones legislativas del miércoles 29 de mayo. El partido en el poder desde el fin del apartheid corre el riesgo de sufrir un revés histórico tras las elecciones anunciadas como las más reñidas de los últimos 30 años.
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Alrededor de 1,6 millones de electores pudieron emitir su voto anticipadamente este lunes 27 de mayo, a dos días de los comicios generales, según la Comisión Electoral Independiente (CEI) de Sudáfrica. Se trata de trabajadores esenciales que no podrán dejar sus puestos el día de los comicios, o personas con movilidad reducida que serán visitadas en sus hogares por agentes electorales.
El resto de los 27,6 millones de votantes acudirán al proceso el 29 de este mes, en una histórica jornada que podría marcar un punto de inflexión para el Congreso Nacional Africano (CNA), que llegó al poder junto a Mandela en las primeras elecciones libres tras la abolición del apartheid.
La popularidad del CNA, sin embargo, ha ido en declive por un desempeño que ha llevado al país a una profunda disaster de pobreza, desempleo y criminalidad, problemas que según las encuestas podrían impulsar el principio del fin de la larga hegemonía de la formación que durante décadas gozó del favor de la mayoría negra.
Según las encuestas, la inclinación a favor del CNA podría ubicarse en 40%, por debajo de 57,5% logrado en las últimas elecciones generales, lo que supondría un desafío de liderazgo para el presidente Cyril Ramaphosa.
Apoyo a los más necesitados
Ramaphosa cerró el sábado la campaña electoral con un acto en Johannesburgo, en el que prometió mantener los programas de empoderamiento económico dirigidos a los ciudadanos negros, dejando entrever que incluso podría aumentar las subvenciones.
“Haremos más y lo haremos mejor”, prometió Ramaphosa, un millonario empresario de 71 años que fue uno de los encargados de llevar adelante las negociaciones para un fin pacífico del apartheid.
Tenemos un plan para que más sudafricanos trabajen, dijo el presidente ante la multitud que se reunió para escucharlo.
“A lo largo de esta campaña, en los hogares de nuestra gente, en los lugares de trabajo, en las calles de nuestros municipios y aldeas, muchos de nuestros pueblos nos contaron sus luchas para encontrar trabajo y mantener a sus familias”, añadió.
Ramaphosa insistió en que las posibilidades de superar la disaster precise descansan sobre la fortaleza del partido de gobierno.
“Nos reunimos aquí llevando juntas las esperanzas y aspiraciones de millones de personas”, dijo. “Nuestro pueblo decidirá si nuestro país continúa avanzando con el CNA hacia un futuro más brillante o vuelve a un pasado horrible”.
El mandatario ha encontrado recientemente la oposición de un alto mando de su partido, el expresidente Jacob Zuma, que abandonó el CNA y creó una nueva formación, el Umkhonto we Sizwe (MK). Zuma se ha convertido en un feroz crítico de su antiguo aliado en la Presidencia, y el mitin de campaña que encabezó en Durban concluyó al grito de “corre, Ramaphosa, corre”.
Zuma está inhabilitado para aspirar a cargos públicos, pero puede seguir presentándose como la imagen y promoviendo los candidatos de su nuevo partido.
¿Listos para el cambio?
La perspectiva de una pérdida de la hegemonía parlamentaria del CNA fue el leitmotiv del cierre de campaña de la oposición durante el fin de semana.
“¿Están listos para el cambio?”, preguntó el líder de Alianza Democrática, John Steenhuisen, a la multitud congregada el domingo en Ciudad del Cabo, la segunda ciudad más importante del país.
Por su parte, el Partido de la Libertad Inkatha (IFP), terminó la campaña en Richards Bay, en la provincia de KwaZulu-Natal, reiterando su compromiso de establecer las alianzas que sean necesarias, con el objetivo de remover del poder al CNA.
“El IFP está haciendo campaña para sacar al CNA del poder y convertirlo en parte del gobierno a nivel de formulación de políticas y también reducir el CNA por debajo del 50% a nivel nacional”, aseguró Velenkosini Hlabisa, líder del IFP.
El otro partido grande de la oposición, el ultraderechista Luchadores por la Libertad Económica, bajó el telón de su campaña recordando que será “el pueblo de Sudáfrica el que debe decidir si quiere el desempleo”, en palabras de su líder Julius Malema en la norteña ciudad de Polokwane.
La tasa de desocupación en Sudáfrica se ha ubicado por encima del 33%, una proporción que expertos han calificado como una bomba de tiempo.
Con AFP, Reuters y AP
Este artículo fue adaptado de versión original en inglés.