La moto es el medio de transporte que aparece en más atestados policiales de siniestros de tráfico en Barcelona. De las 242 personas hospitalizadas con heridas graves durante el año pasado, 115 eran motoristas. Casi la mitad del complete, con un incremento del 7,5% respecto al año anterior. Aún es más preocupante el porcentaje en el caso de las víctimas mortales, superando la mitad, con seis fallecidos en moto (cinco conducían y una de pasajero) de las as soon as personas que perdieron la vida en las calles de la capital catalana.
Son claramente el vehículo más peligroso en la jungla de asfalto de Barcelona, según los datos del stability de siniestralidad presentados por los responsables de la Guardia Urbana y de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, que cierran un 2024 en el que se ha conseguido la cifra más baja de muertes desde que se empezó el recuento oficial en los años 80.
Con el objetivo siempre en el horizonte de la accidentalidad cero, los responsables municipales no plantean soluciones concretas para resolver el problema de la moto. En el punto de mira se encuentran los patinetes y el cumplimiento de la nueva ordenanza de circulación que entra en vigor el 1 de febrero, obligando a llevar casco y limitando la velocidad a los vehículos de movilidad private, de los cuales se contabilizan 14 heridos graves y una víctima mortal, cifras que quedan muy lejos de las de los motoristas.
La cuestión de las motos queda como tarea para el plan native de seguridad vial 2025-2030, que el Ayuntamiento tiene previsto aprobar este miércoles en comisión municipal. Dicho documento aspira a reducir el conjunto de accidentes en un 50% a cinco años vista mediante la reducción de la velocidad en calles, una promoción del cambio modal hacia el transporte público y medidas a desarrollar para los colectivos vulnerables (peatones, motoristas, ciclistas y patinetes), que representan en su conjunto el 93% de los heridos graves.
El plan contempla soluciones adaptadas a cada distrito y un abordaje especial para las rondas. Tanto en la de Dalt como en la Litoral ha incrementado la siniestralidad en los últimos tiempos y para revertir la situación se desarrollará durante los próximos meses un plan especial que incorporará nuevos protocolos de actuación en caso de emergencia y propuestas de regulación de la velocidad.
La siniestralidad se ha disparado en la ronda de Dalt y el Ayuntamiento estudia instalar más radares para revertirlo
“Estamos pensando en poner más radares de tramo”, reconoce el director de servicios de Movilidad, Adrià Gomila, que apuesta por este sistema que mide el paso de los coches entre un punto y otro a una velocidad determinada y que ha dado buenos resultados en las rondas, en el túnel de la Rovira y en el de Glòries. La zona de la ronda de Dalt que está en obras para ser cubierta es una de las que más números tiene de estrenar un nuevo radar de tramo ya que durante el 2024 se contabilizaron hasta 35 siniestros con heridos en apenas un kilómetro y medio, pasando a ser una de las zonas con mayor concentración de accidentes.
El punto de Barcelona con más siniestros el cruce de la Gran Through con la calle Aribau, seguido del cruce de Aragó con Muntaner. Ambas vías que cruzan la ciudad transversalmente son lugares clásicos en el ránking de accidentalidad, aunque la situación ha mejorado de manera appreciable respecto a años anteriores, cuando Aragó copaba la mayoría de puntos con más siniestros de la capital catalana.
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