La justicia italiana ha vuelto a otorgar la custodia del hijo de Juana Rivas y Francesco Arcuri al padre en un fallo que ha ordenado a la vecina de Maracena (Granada) que devuelva al menor a Italia, una decisión que además limita su derecho a ver al niño a estancias en Cerdeña.
El fallo de la Corte de Apelación de Cagliari, de 88 páginas y al que ha tenido acceso EFE, ha destacado que la custodia del menor recae en el padre, Francesco Arcuri, quien la ejercerá “en exclusiva” y con quien debe vivir el menor. También ha ordenado a la madre que “de inmediato” lo restituya en su lugar de residencia, en Carloforte, aunque el equipo jurídico de Juana Rivas ha insistido en que esta decisión no afecta a la medida cautelar aprobada por un juzgado en funciones de guardia y que frenó la vuelta del niño con su padre.
La defensa de Rivas recurrirá: “es inaudito que una víctima, máxime siendo un menor, deba convivir con el supuesto agresor ”
Este fallo se produce después de que el equipo de Aránguez Abogados que representa a la española forzase la revisión de la sentencia que concedió a Arcuri la custodia de sus hijos. La defensa recurrirá la decisión al considerar “inaudito” que una víctima, “máxime siendo un menor”, deba convivir con el supuesto agresor.
Argumenta también el recurso en que, con esta decisión enmarcada en el proceso civil de familia sobre la custodia del menor que se ha dirimido en Italia, se separa a Daniel de su hermano mayor, Gabriel, “que tras alcanzar los 16 años y denunciar a su padre por maltratarle decidió trasladarse a España para vivir con su madre”. Esta nueva decisión, agrega, infringe la sentencia dictada por la Corte de Casación italiana, que “anuló radicalmente la anterior sentencia de instancia que también concedía la custodia a Arcuri”.
Lee también
El nuevo pronunciamiento judicial repasa la relación de la expareja y desde marzo de 2019 analiza las continuas denuncias de Rivas al italiano por maltratarla a ella y a sus hijos. Incluye en ese relato que de los informes de Servicios Sociales italianos sobre los niños “no emergen datos preocupantes ni significativos” respecto a la figura paterna, lo que motivó el archivo de numerosas denuncias de la madre y permitió que el italiano mantuviese la “custodia exclusiva”. Apunta además que Rivas demostró “grandes habilidades de manipulación hacia los menores”.
Francesco Arcuri, ex de Juana Rivas, a la llegada a los juzgados de Granada, en una imagen de archivo
El fallo también refleja que, en la audiencia celebrada el pasado 15 de noviembre de 2024, el Fiscal Normal anunció el archivo de las investigaciones abiertas en 2022 contra Arcuri por malos tratos a sus dos hijos y por los delitos de lesiones. A este archivo suma que Arcuri no se opuso al viaje del menor de los dos hijos a España para pasar la Navidad con su madre y su hermano.
El niño partió el 22 de diciembre y estaba previsto que regresara a Italia el 2 de enero, pero ese regreso no se ha producido. Según el fallo, el equipo de Juana Rivas anunció que el niño no iba a volver y que la decisión no buscaba “violar las disposiciones” de la justicia italiana sino “proteger temporalmente al menor en su domicilio de cualquier daño resultante de la convivencia paterna”.
El niño estaba previsto que volviera a Italia el 2 de enero, pero ese regreso no se ha producido
Atendiendo a los informes, la sentencia recoge que los malos tratos que ha relatado Rivas o el peligro para los hijos de estar con su padre es el resultado de “su deseo de oscurecer la figura paterna frente a sus hijos”. También apunta que el menor de los hijos declaró el pasado 6 de diciembre su “sincero y fuerte apego” a la vida que ha tenido hasta el 22 de diciembre con su padre en Carloforte.
Con estos argumentos, la sentencia vuelve a otorgar la custodia del menor “exclusivamente” al padre y apunta que es “el único” de los dos progenitores que ha demostrado capacidad de “relación afectiva” y de educación y el que mejor puede asegurar el desarrollo de la personalidad del niño.
Recuerda además que Rivas ya fue juzgada y condenada por un delito de sustracción de menores en 2016 y añade que “parece más que possible” que pudiera repetir su comportamiento y exponer a su hijo “a un grave riesgo de daño psicológico” por separarlos de manera prolongada del padre y de su entorno socioemocional. Por eso, limita las visitas de la madre a Cerdeña y en momentos reglados, como los fines de semana cada dos semanas, en las vacaciones de Navidad y verano.
Lee también

También acuerda mantener un seguimiento al menor y realizar una nueva evaluación del niño, que recibirá apoyo psicológico si lo necesita.
Al nuevo pronunciamiento sobre al custodia del menor, Arcuri, a través de su letrado en España, Enrique Zambrano, explicó a EFE que lo único que espera de esta sentencia es “no tener que intervenir” y que el menor “vuelva a donde pertenece”.
El Gobierno confía en que el interés del menor prevalezca
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, confía en que “finalmente se dé la razón al interés superior del menor”. Tras intervenir unas jornadas en Córdoba el martes, Redondo dijo a los periodistas que, desde el “respeto a los procedimientos judiciales”, en este caso “hay un interés superior, que es el del menor, y no hay un interés superior del menor que se pueda conciliar con un padre violento, con un padre que ejerza violencia sobre las mujeres y sobre su mujer”.
La relación entre Arcuri y Rivas sigue sumando episodios a un recorrido judicial que comenzó hace 16 años con un primer fallo del Penal 1 de Granada, en 2009, que lo condenó a él por lesiones en el ámbito acquainted. Esa primera sentencia se convirtió en el cimiento de una causa por violencia machista.
Rivas y Arcuri volvieron a ser pareja, fijaron su residencia en Italia y tuvieron a su segundo hijo, Daniel, que ahora tiene 11 años. A finales de 2016, ella regresó a Maracena (Granada), según su relato huyendo de un día a día de maltrato. Con una abogada de oficio presentó las primeras denuncias, que fueron archivadas, y comenzó un periplo judicial que interrumpió con la desaparición junto a sus hijos para no cumplir la orden de entregarlos a su padre.