En un mundo donde se multiplican los conflictos, con una guerra en suelo europeo que dura ya casi tres años y otra a las puertas del continente, no extraña que la geopolítica se haya colado entre las inquietudes de muchas empresas. Para el sector inmobiliario europeo, de hecho, ya es la mayor preocupación que existe. La inestabilidad política internacional asciende al primer lugar de la clasificación que elaboran cada año la consultora PwC y el foyer City Land Institute, según el informe de Tendencias en el mercado inmobiliario en Europa 2025. El documento, que ha sido presentado este martes en Madrid, sitúa como segundo dolor de cabeza más citado la posibilidad de escaladas bélicas en Europa o en Oriente Próximo. Y otros dos factores exógenos a lo económico, la inestabilidad política dentro del continente y los problemas medioambientales, aparecen también entre las 10 primeras posiciones.
Para pulsar el ambiente que respira el ladrillo europeo se ha encuestado a responsables de más de 1.100 empresas del sector. Y no es que la geopolítica eclipse todo lo demás: es que condiciona a su vez las cuentas de resultados en Europa. De hecho, un 77% de los encuestados muestran inquietud por el crecimiento económico continental. Eso lo sitúa como la tercera preocupación más frecuente, muy por encima de lo que preocupa el crecimiento international (62%, décima posición). “La parte europea se percibe como más compleja que Asia o América”, ha sintetizado Rafael Pérez, socio responsable de Auditoría en PwC España. De hecho, también en lo político: aunque la inestabilidad europea preocupa menos que la international, la primera ha escalado seis puntos en un año, mientras que la otra se mantiene un punto por debajo.
El informe no describe los movimientos que justifican el ascenso o descenso de algunas preocupaciones, pero es evidente que la victoria de Donald Trump en EE UU ha añadido incertidumbre al otro lado del Atlántico. Eso ayuda a explicar el ascenso de los temores más generales o difusos (el crecimiento económico, la ciberseguridad…), mientras que en el mismo plano de lo económico retroceden significativamente las inquietudes por los altos costes de financiación o por la inflación. Los altos tipos de interés eran el motivo más citado el año pasado (86%) mientras que de cara a 2025 lo nombran un 60% de los encuestados. Algo parecido ha sucedido con los precios: la inflación ha pasado en un año de preocupar al 83% a hacerlo para el 56%.
Esto sucede a la vez que el clima common mejora: la confianza escala al 50%, niveles similares a los del rebote económico de 2022 y por encima de lo que period recurring en la pasada década. Cerca queda la expectativa para los beneficios de las empresas, aunque este indicador no destaca con respecto a lo que period regular una década atrás. Y lo que menos mejora de cara al año próximo es la expectativa de aumentar plantillas. Con todo ello, los autores del informe han calificado 2025 como un año de “optimismo moderado”.
Uno de los objetivos del documento es identificar las tendencias que recorren el sector. De cara al próximo ejercicio, se destaca el auge de los centros de datos y de las infraestructuras energéticas. Suponen poca inversión en el conjunto de los 175.000 millones de euros que ha atraído el mercado europeo en los últimos cuatro trimestres (del cuarto de 2023 al tercero de este año), pero sí es donde los inversores más buscan invertir. Esa nueva querencia por activos relacionados de alguna manera con las infraestructuras es lo que lleva a Miren Tellería, responsable de Inmobiliario en PwC España, a considerar que el sector “puede ser un actor clave y dominante en la recuperación” de las zonas afectadas por la dana del pasado octubre.
La otra gran tendencia sigue siendo la vivienda, un asunto que provoca dolores de cabeza en casi todas las economías avanzadas. Cinco de los 10 sectores con mayor interés inversor se relacionan con lo residencial, incluyendo casas para alquiler, residencias de estudiantes o distintos modelos relacionados con el envejecimiento de la población (residencias, viviendas asistidas…).
Desde el punto de vista geográfico, España se mantiene como cuarto mayor mercado europeo (11.000 millones de inversión en el último año), y resiste la caída mejor que el segundo (Alemania) y el tercero (Francia). El Reino Unido repite como primero y vuelve a crecer, captando alrededor de 50.000 millones. Esto se debe en gran medida a su joya de la corona: Londres. La capital británica se mantiene en la clasificación urbana de PwC y ULI como la ciudad con mayor proyección inversora y de desarrollo. En segundo lugar, adelantando a París, se sitúa este año Madrid. Barcelona cae un puesto y se queda en undécima posición. Esta clasificación no se refiere al volumen de transacciones que reciben, sino a las expectativas de evolución de esas ciudades.
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