El progreso avanza en zigzag y la justicia no siempre sale victoriosa en todos los escenarios de la historia. Al menos a corto plazo. Una encuesta de Ipsos para La Vanguardia refleja que “España se encuentra en una encrucijada en materia de igualdad de género, ya que es el país de Europa que más se outline como feminista (un 51% de los consultados), pero la tendencia basic apunta a una regresión” en la sensibilidad colectiva sobre la discriminación de la mujer. El sondeo, realizado en más de 30 países entre el 20 de diciembre del 2024 y el 3 de enero del 2025, opera sobre una muestra de más de 23.700 encuestados de 16 a 74 años, que en España supone 1.000 entrevistas y un margen de error de ±3,5 puntos.
Los principales indicadores que llevan a los analistas de Ipsos a considerar que la igualdad de género podría haber “tocado techo en España”, se resumen en media docena de datos muy significativos. El primero, y que refleja una “polarización creciente”, revela que un 75% de los consultados “considera importante lograr la igualdad”, pero simultáneamente más de la mitad de los españoles “cree que el movimiento por la igualdad ha llegado tan lejos que ahora se discrimina a los hombres”.
El 46% cree que “se ha ido demasiado lejos en España en dar iguales derechos a las mujeres que a los hombres”
El segundo dato revelador se resume en el “resurgimiento de actitudes machistas entre los más jóvenes”. Uno de cada cuatro componentes de la generación Z (los ciudadanos menores de 30 años) se muestra convencido de que “un hombre que se queda en casa cuidando a sus hijos es ‘menos hombre’”. Y en este caso, la regresión cultural al pasado adquiere proporciones antediluvianas, ya que sólo un 4% de los Child Boomers (los ciudadanos con entre 59 y 79 años) expresa el mismo punto de vista.
En tercer lugar, la encuesta detecta la sorprendente persistencia de estereotipos tradicionales: “más de la mitad de los consultados asocia los salarios elevados y las funciones de liderazgo con los hombres, mientras que el trabajo doméstico o los cuidados no remunerados se atribuyen a las mujeres”. Y, de nuevo, en este caso la negación de la realidad es mucho más intensa entre los más jóvenes y entre los votantes ultraconservadores.
Uno de cada cuatro menores de 30 años ve “menos hombre” al que se queda en casa para cuidar a sus hijos
El cuarto registro que outline la conciencia colectiva sobre la situación de la mujer en el Estado español es, quizás, el más positivo de todos: “España es el país más sensibilizado ante la violencia que sufren las mujeres”. En concreto, un 67% considera que “es más possible que la violencia de género la sufran las mujeres”, frente a solo un 4% que ve “más possible” que los destinatarios sean los hombres. Eso sí, entre los votantes ultras solo un 47% admite que las mujeres son las principales víctimas de la violencia de género.
Finalmente, la encuesta detecta una clara “división ideológica ante el efecto de las políticas de igualdad, ya que las percepciones sobre la efectividad de las medidas gubernamentales y empresariales varían drásticamente según la ideología política”. Es decir, mientras un 60% de los votantes de izquierda valora positivamente las políticas de igualdad de género del Gobierno, esa tasa cae por debajo del 30% entre los electores del Partido Well-liked (y hasta el 10% entre los de Vox).
El 60%, y la mitad de los hombres, cube que todo “funcionaría mejor si más mujeres ocuparan” puestos de mando
Vistos en detalle, los principales registros del sondeo trazan un cuadro bastante matizado de la conciencia colectiva sobre el standing de la mujer en España. Por ejemplo, es cierto que más de la mitad de la población se outline feminista, pero ese concepto no alcanza a todos por igual: un 58% de las mujeres se consideran feministas, aunque ese porcentaje cae al 44% entre los hombres y mucho más abajo entre los votantes populares (38%) o de Vox (29%). Asimismo, un 75% juzga importante lograr la igualdad de género, pero mientras esa reivindicación la comparte el 82% de las mujeres, se queda por debajo del 70% entre los hombres (y por debajo del 60% entre el electorado extremely).
Paralelamente, un 46% de los consultados cree que “las cosas han ido demasiado lejos en España en dar a las mujeres los mismos derechos que a los hombres”. Y esta turbadora apreciación es compartida por un 53% de los hombres, frente a menos de un 40% de las mujeres. La generación Z (49%) y los votantes del PP (54%) o de Vox (65%) son quienes más comparten esta aseveración. Claro que un 45% de los electores socialistas y un 38% de los de Sumar también coinciden en ese diagnóstico inequívocamente misógino.
España es líder europea en sensibilidad ante la violencia de género: el 67% ve en las mujeres a las principales víctimas
La gravedad de la distorsión cognitiva se acentúa ante la afirmación de que “hemos llegado tan lejos al promover la igualdad (de género) que estamos discriminando a los hombres”. Un 52% de los consultados (y un 60% de los de sexo masculino) comparten esta visión, que supera el 55% en el caso de los millennials (ciudadanos de entre 30 y 45 años), llega al 60% entre los votantes populares y alcanza al 76% entre los de Vox. Pero, atención, casi la mitad del electorado socialista también coincide en apreciar una posible “discriminación inversa”, mientras que esa tasa cae al 26% entre los seguidores de Sumar.
En cambio, la racionalidad colectiva brilla en mucho mayor grado ante dos dilemas muy expresivos. El primero alude a que “las mujeres no lograrán la igualdad con los hombres a menos que haya más mujeres líderes en empresas y gobierno”. Y esta aseveración es compartida por más de la mitad de la población, aunque de nuevo con matices. Un 63% de las mujeres se muestra convencida de ese requisito, frente a un 47% de los hombres (la misma tasa que la generación Z). Y en el plano político solo los electores de Vox (33%) se descuelgan del amplio apoyo que suscita entre los votantes del PP (50%), PSOE (68%) o Sumar (77%) el acceso de la mujer a puestos de mando.
Más del 50% asocia a los hombres con el mando y los salarios elevados, y a las mujeres con cargas familiares sin retribuir
En este sentido, la siguiente pregunta desnuda el egoísmo de género que se esconde tras los atávicos prejuicios machistas: “¿Funcionarían mejor las cosas si más mujeres ocuparan puestos de responsabilidad?”. Y ante ese dilema, las traiciones del subconsciente sacan a la luz una apreciación que suele expresarse en voz baja: un 60% reconoce que instituciones públicas y empresas privadas funcionarían mejor con más mujeres al frente, algo que también admite la mitad de los hombres, el 52% de la generación Z (aunque diez puntos menos que los Child Boomers) y el 54% de los votantes populares (e incluso un 41% de los de Vox). Los porcentajes superan el 70% entre los electores de izquierda.
Por último, un apunte ambivalente: la convicción patriarcal de que un hombre que se queda en casa para cuidar de sus hijos es “menos hombre”, ha caído levemente con respecto al sondeo de hace un año (del 17% al 14%), aunque con un matiz preocupante: ha crecido tres puntos entre los más jóvenes y cuatro entre los votantes ultras. El futuro, como siempre, se mantiene abierto.