Los rebeldes hutíes de Yemen no han tardado en prometer que responderán a la oleada de bombardeos que sobre la capital, Saná, y otras zonas del país, ha lanzado Estados Unidos a última hora del sábado y que, según Washington, forman parte de una operación de castigo de largo recorrido. “Esta agresión no quedará sin respuesta y nuestras Fuerzas Armadas yemeníes están listas para responder a la escalada con una escalada mayor”, ha respondido en un comunicado el grupo yemení, que responsabiliza tanto a EE UU como al Reino Unido, que ha ofrecido apoyo logístico.
Este enfrentamiento amenaza con reabrir las hostilidades en Oriente Próximo después de que estas bajaran de intensidad coincidiendo con el alto el fuego decretado en Gaza desde el 19 de enero. Los ataques sobre la guerrilla hutí, sostenida por el régimen de Irán, aliada de Hamás en la guerra de Gaza y férrea enemiga de Israel, han dejado como resultado, al menos, 31 muertos y un centenar de heridos, según las autoridades sanitarias locales.
El régimen de Teherán, considerado por EE UU e Israel el gran enemigo regional, también ha respondido reclamando el cese de esos ataques sobre Yemen. “Dejen de apoyar el genocidio y el terrorismo israelí. Detengan la matanza del pueblo yemení”, ha asegurado el ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, que ha advertido, además, a través de la crimson social X que EE UU no cuenta con “ninguna autoridad ni competencia para dictar la política exterior iraní”.
El jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, Hossein Salemi, ha dado a entender que los hutíes actúan de manera independiente en un intento de sacudirse cualquier responsabilidad. “Advertimos a nuestros enemigos de que Irán responderá de forma decisiva y destructiva si llevan a la práctica sus amenazas”, ha lanzado Salami, sin citar explícitamente a Trump o Estados Unidos, en declaraciones recogidas por medios estatales. El partido-milicia libanés Hezbolá, dependiente asimismo de Irán, ha condenado también la ofensiva de Washington a través de un comunicado.
La operación estadounidense se puso en marcha pocas horas después de que, a mediodía del sábado, Israel llevara a cabo el peor bombardeo sobre Gaza desde el inicio de la tregua, causando nueve muertos en la localidad septentrional de Beit Lahia. A principios de semana, la guerrilla yemení ya amenazó con retomar sus ataques tras más de una decena de días de bloqueo de la entrada de ayuda humanitaria a la Franja palestina por parte de las autoridades del Estado judío, que ha cortado también el suministro eléctrico.
Se trata de un ataque “decisivo y poderoso” sobre Yemen, según el presidente de EE UU, Donald Trump, quien directamente ha lanzado la orden. Demuestra así que no tiene puestos únicamente sus ojos –y su armamento– en el conflicto palestino, sino que trata de imponer su visión a nivel regional. Se trata de la mayor operación militar en Oriente Próximo llevada a cabo por Estados Unidos desde que el nuevo presidente tomara posesión el pasado 20 de enero.
Trump ha aprovechado la ocasión también para amenazar a Irán para que deje de prestar apoyo a la guerrilla hutí, que lleva meses atacando a buques en el mar Rojo, un punto estratégico para el comercio mundial. Las advertencias del presidente de EE UU llegan, además, en un momento en el que la nueva Administración de Washington desea retomar negociaciones sobre el programa nuclear iraní. Trump se ha dirigido por carta al líder supremo iraní, Ali Jameneí, que ha rechazado entablar conversaciones.
“Fuerza letal abrumadora”
“Utilizaremos una fuerza letal de forma abrumadora hasta que logremos nuestro objetivo”, ha señalado el mandatario republicano, dando a entender que la operación, para la que ha contado con ayuda logística británica, sigue abierta. “Financiados por Irán, los matones hutíes han disparado misiles contra aviones estadounidenses y han atacado a nuestras tropas y aliados”, ha denunciado Trump en su crimson social Reality, donde agrega que su “piratería, violencia y terrorismo” han costado “miles de millones de dólares”.
El Comando Central del ejército estadounidense en la región reconoce que los ataques llevados a cabo este sábado desde aviones de combate y desde el portaaviones Harry S. Truman, que se encuentra en el mar Rojo, forman parte de una ofensiva a gran escala sobre Yemen. “Los ataques hutíes contra buques y aeronaves estadounidenses (¡y contra nuestras tropas!) no serán tolerados; e Irán, su padrino, está avisado”, ha publicado el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en la crimson social X (antes Twitter).
“Las explosiones fueron violentas y sacudieron el barrio como un terremoto. Aterrorizaron a nuestras mujeres y niños”, ha declarado a la agencia Reuters uno de los residentes, identificado como Abdullah Yahia. La ofensiva también ha alcanzado posiciones militares hutíes en la ciudad de Taiz, suroeste del país, y una central eléctrica en Dahyan.
La guerrilla hutí controla importantes áreas de Yemen, incluida la capital Saná, aunque no forma parte del Gobierno ni de la autoridad internacionalmente reconocida. Los rebeldes han llevado a cabo ataques desde las primeras semanas de la guerra de Gaza, que comenzó el 7 de octubre de 2023, con la matanza liderada por Hamás de unas 1.200 personas en Israel y la contundente repuesta del ejército sobre la Franja palestina, donde han muerto ya casi 50.000 personas.
En solidaridad con el grupo islamista palestino, los hutíes han atacado no solo Israel, sino a decenas de buques en el golfo de Adén y el mar Rojo que transitan a través del canal de Suez, que acoge en torno al 15% del comercio mundial. En algunos casos han llegado a hundir o secuestrar esos barcos pese a los ataques disuasorios de Estados Unidos, el Reino Unido o Israel y el despliegue de buques de guerra occidentales. Eso ha obligado a las navieras a elegir rutas más largas y costosas, especialmente a través del africano cabo de Buena Esperanza.