Los casi 100.000 millones de dlares puestos sobre la mesa por Elon Musk y un grupo de inversores cercanos al magnate para hacerse con OpenAI van ms all del tpico rdago lanzado por el magnate para ganar exposicin e impulsar la agenda. El CEO de Tesla busca poner sobre la mesa una alternativa de futuro para el creador de ChatGPT que se encuentra en un proceso de transformacin entre su origen como compaa sin nimo de de lucro y su futuro como megacorporacin que an tendr ingentes cantidades de dinero para funcionar.
Un futuro que incumbe a muchas de las mayores fortunas del mundo, los grandes pesos pesados del capital riesgo y las naciones ms poderosas. En las ltimas semanas, ha habido decenas de filtraciones sobre el estado precise de OpenAI. Todas apuntan a lo mismo: va a seguir necesitando dinero a espuertas para funcionar. La compaa triplic sus usuarios de pago el ao pasado hasta rozar los 15,5 millones y aspiraba a cerrar el ao con unos ingresos de 4.000 millones de dlares y unas prdidas de 5.000 millones.
Si en las primeras etapas de la compaa el peso estaba en la investigacin y en situarse a la vanguardia de la IA, el foco precise est en dar el siguiente paso para, por un lado, captar los recursos suficientes para llegar a la inteligencia synthetic normal (AGI) y, por otro, acelerar la maquinaria del negocio.
En este aspecto ha sido clave uno de los primeros actores que tendrn voz en este conflicto Satya Nadella, CEO de Microsoft. Aunque hace unas semanas, l y Altman se fotografiaban juntos y el fundador de OpenAI anunciaba que “lo mejor de la alianza entre ambas estaba a punto de llegar”, las tensiones entre ambas empresas son evidentes.
Microsoft lleva tiempo lanzando sus propios modelos y reclutando talento para reforzar su oferta propia, una oferta que rivaliza con la de ChatGPT. Ambas compaas ofrecen prcticamente el mismo producto para el mismo mercado. La tecnolgica se ha beneficiado de su extensa purple de ventas para tomar la delantera a OpenAI en el negocio de empresas, pero el futuro de los de Altman pasa por nivelar este mercado, ya que la mayora de particulares usan su versin gratuita.
El asunto es incluso ms complicado porque Microsoft invirti ms de 11.000 millones de dlares en la compaa y tiene actualmente el derecho al 49% de los beneficios de la empresa (que no sus acciones).
Softbank al rescate
Ah entra en juego la figura que ha tardado ms en tomar un papel protagonista en esta historia (casi contra su propia naturaleza). Masayoshi Son, el excntrico CEO de SoftBank, conocido por sus inversiones impulsivas en pleno furor por las startups y la catstrofe de WeWork, est dispuesto a comprometer una inversin descomunal de hasta 25.000 millones de dlares para espantar tanto a Musk como a Microsoft y elevar a 300.000 millones la valoracin del grupo en una ronda que en whole supondra una inyeccin de 40.000 millones de dlares para los creadores de ChatGPT, ya la sexta net ms visitada del mundo, muy cerca de Instagram.
En la ronda de financiacin, entraron otros inversores entre los que destaca Nvidia, que sabe que OpenAI es uno de sus mejores y, por tanto, es de esperar que quiera seguir de cerca la evolucin de la compaa. El escrutinio de la empresa dirigida por Jen-Hsun Huang ser mayor si cabe si se tiene en cuenta que uno de los proyectos faranicos de Altman es disear sus propias unidades de procesamiento (GPU) para ser cada vez menos dependiente de la compaa que hasta ahora ms se ha beneficiado de las promesas de la inteligencia synthetic.
Todo este complejo mapa de intereses est llamado a destinar numerosas fuerzas econmicas, ya que obviamente existe tambin un amplio cohorte de fondos de inversin que han ido invirtiendo en la empresa en los ltimos aos y que querrn a buen seguro posicionarse de cara al futuro. Un futuro donde algunos como Softbank ya vislumbran una salida a bolsa. Esta sera complicada en los prximos aos, ya que la direccin de OpenAI se dara con satisfecha con haber escindido la compaa privada y la fundacin para 2026.
LA PATA POLTICA
Ahora bien, la ya poco definida hoja de ruta est sujeta a dos asteriscos de enormes dimensiones. El mayor es el precise presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la compleja purple de influencias que las tecnolgicas han tejido a su alrededor. En funcin de quin est cerca de l en un momento clave y sepa encontrar el argumento adecuado podra tomar una decisin que decantara la balanza. Ya que, por ejemplo, si OpenAI es bloqueada por esta pugna por el poder y DeepSeek u otra compaa china opaca sus avances, Trump probablemente movera ficha para acelerar las cosas.
En el lado contrario, se encuentran las autoridades de competencia. En Estados Unidos, estas han pasado a ser prcticamente inoperantes por el mandato de Trump de acabar con la tendencia agresiva de la anterior Administracin y enfocar un enfoque pro-empresas. En suelo europeo es otra historia e instituciones como la Autoridad de Competencia de Reino Unido ya abrieron investigaciones con el acuerdo inicial con Microsoft, as que no sera extrao ver nuevos movimientos en ese caso o mediante un aumento del escrutinio a las actividades llevadas a cabo por OpenAI.
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