La horrible dana que se ha cobrado 223 víctimas y ha devastado una área donde viven cerca de 850.000 personas ha zarandeado el tablero político valenciano. Apenas 20 días antes del devastador suceso, algunas encuestas y pronósticos electorales situaban al PP de Carlos Mazón con opciones -ya sin Vox en el Consell- de pelear, con tres años de legislatura por delante, por una mayoría absoluta. Ahora, todos esos pronósticos han quedado sepultados por el fango.
Aunque el impacto electoral del barro y las críticas a una gestión muy cuestionada en todas las encuestas es complicado de calibrar, los sondeos y estudios demoscópicos publicados en los últimos días evidencian que los populares valencianos han perdido toda su ventaja electoral y que la igualdad entre los dos bloques que pueden gobernar -derecha (PP y Vox) e izquierda (PSPV y Compromís)- ha vuelto.
Cambio radical
Mazón ha pasado de batallar por la mayoría absoluta a ser señalado como máximo responsable de la tragedia
A las elecciones de mayo de 2023, el Botànic (todavía con un renqueante Unides Podem) y la oposición llegaban muy igualados. Sin embargo, la mayoría de sondeos y estudios cualitativos sobre la gestión de Ximo Puig parecían otorgar a la izquierda una tímida ventaja. No fue hasta la semana previa a la votación cuando las alarmas en la izquierda empezaron a sonar. Los socialistas, que habían ideado una campaña de perfil bajo, intentaron reaccionar, pero el PP de Mazón les pasó por encima subidos a una gran ola estatal que le dio a los populares la mayoría de las autonomías en liza.
Desde entonces y hasta la tragedia del 29-O, la popularidad de Mazón fue in crescendo. No le pasaba factura su pacto con Vox, incluso el hecho de desprenderse de un socio incómodo parecía abocarle a batallar definitivamente por la mayoría absoluta.
Sin embargo, la comida en El Ventorro, todo lo cambió. Pese a que las encuestas también muestran enfado de la ciudadanía con la gestión de la catástrofe de Pedro Sánchez y el Gobierno central, la mayoría apunta al PP. Los encuestados consultados por Ipsos para La Vanguardia puntuaban con un 3,2 la gestión del Ejecutivo ante la dana pero con aún mayor severidad la realizada por la Generalitat Valenciana, a la que dejaban en un mínimo 1,8. Una nota que también se quedaba lejos del aprobado hasta cuando se preguntaba solo a los electores del PP: que le ponían un 2,7 a la gestión de Carlos Mazón.
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En la misma línea, el sondeo de Social Information para la Comunidad Valenciana (1.000 entrevistas telefónicas con un margen de error de +-3,1%) señalaba que el 51,8% de los encuestados colocaba como “el principal responsable, por imprevisión, de la pérdida de vidas humanas y de los daños personales a consecuencia de la dana en Valencia” al gobierno valenciano; mientras que el 30,1% miraba al Ejecutivo central. Otro dato, las explicaciones ofrecidas por Carlos Mazón sobre sus horas de ausencia en el día de la riada no eran creíbles para el 74,8%.
Con estos datos, el resultado de las encuestas sobre intención de voto no pueden sorprender. La de Sigma Dos elaborada para El Mundo (1.202 entrevistas con un margen de error de +-2,8%), abría incluso la puerta a un cambio en el Consell. Otorgaba al PP un 25,4% de los votos (10 puntos menos del 35,30% conseguido en mayo del 23) y al PSPV un 24,6% (sacó en las autonómicas el 28,3%). Social Information situaba a los dos partidos de manera muy igualada, aunque un poco por delante al PSPV (25,9% frente a 25,8%), y también daba la opción a la izquierda de volver al Palau de la Generalitat en caso de celebrarse elecciones.
Igualdad
Las encuestas publicadas abren la puerta a un cambio en el Palau, pero sin descartar que la situación se mantenga igual
No obstante, de ninguno de los dos estudios se puede descartar que las fuerzas conservadoras mantengan el poder. Y eso, dada la situación precise (en principio quedan de dos años y medio para las elecciones) es lo que da aire a un Mazón convencido de que puede retomar el vuelo.
Este empate entre los dos grandes partidos también lo pronostiva la encuesta de las generales para El País (Instituto 40dB) al analizar a los votantes valencianos.
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Con todo, lo más relevante de estas encuestas, más allá de las cifras concretas y los escenarios políticos que se abren, es el auge que todas ellas marcan de las dos formaciones secundarias en cada uno de los bloques. Tanto Vox como Compromís suben de forma appreciable. En Sigma Dos, los dos partidos suben entre cinco y siete diputados, mientras que Social Information le da cinco parlamentarios más a los nacionalistas y siete más a la derecha extrema, un incremento espectacular que haría pasar de 13 a 20
Transferencia de voto
Vox sube a costa del PP y Compromís, a costa del PSPV que también se resiente
Parece evidente, y así también se recoge en las encuestas nacionales que se han publicado tras la dana, que Vox sale reforzado de estas semanas complicadas. A nivel estatal, a Feijóo no le pasa factura (de ahí que haya ratificado al mandatario valenciano), pero a Mazón, en la Comunidad Valenciana, la disaster sí que le hunde. En el otro lado, a Compromís, que ha optado por una estrategia más dura que el PSPV -lleva semanas pidiendo la dimisión del presidente de la Generalitat y ha ofrecido los votos de sus diputados para presentar una moción de censura- parece que la estrategia le está saliendo bien y la nueva situación ha revertido una situación que se empezaba a complicar tras perder el poder en 2023.
También es cierto que los valencianistas no tienen responsabilidad directa en la gestión de la catástrofe, algo de lo que no puede presumir el PSPV al que lo que haga Pedro Sánchez y el gobierno en esta nueva etapa les marcará electoralmente.
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En esta coyuntura, parece lógico que el presidente de la Generalitat no quiera centrarse en la foto y el análisis de las encuestas y ponga todo su empeño en salir electoralmente vivo de la reconstrucción. A ella ha fiado su candidatura a la reelección y parece que, de momento, Feijóo, se lo permite.
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