“La doctora no tomó ninguna nota y mantuvo su atención permanentemente en mí”, cube Fernando Egido, director normal en Singular Financial institution, tras una visita médica en diciembre a la Fundación Jiménez Díaz, en Madrid. Aquel día vio por primera vez un sistema de inteligencia synthetic (IA) que el grupo hospitalario Quirónsalud, propietario del centro, lleva probando desde el verano. “Me miraba más, fue una sensación de cercanía y atención mayor que otras veces, cuando tenía que alternar entre mirar a la pantalla del ordenador y a mí”, añade.
El sistema escucha la conversación entre médico y paciente, crea el informe médico en un lenguaje comprensible y propone un tratamiento, que el physician debe confirmar. “Evita a los médicos las tareas de bajo valor, les permite estar centrados en el paciente, y la IA genera toda la parte administrativa que de otra manera tendrían que introducir ellos”, añade Egido.
Primera consulta médica en la que mi doctora está acompañada de una IA que resume la consulta, prepara el informe, rellena la medicación e incluso te apunta la cita en el sistema.
— Fernando Egido Egaña (@fegido) December 20, 2024
El grupo Quirónsalud llama al sistema Mobility Scribe y es un proyecto propio, según la compañía. En una conferencia en septiembre colgada en YouTube daban algunos detalles de su plan: “Es el proyecto estrella dentro de la casa”, decía Daniel Blanco, responsable de Aplicaciones Asistenciales. “El médico residente o las secretarias han servido como escriba, anotador, parte administrativa, nosotros aprovechamos la potencia de la IA para asumir estos roles”, añadía Blanco.
Scribe es también un nombre genérico para este tipo de aplicaciones para consultas médicas. Hay docenas de proveedores en todo el mundo que ofrecen este tipo de servicio. La aseguradora estadounidense Kaiser prueba estos sistemas desde octubre de 2023. El sistema público catalán ha anunciado que ya lo han probado y que se implantará en 2025, aunque no hay apenas información de sus detalles. El Ministerio de Sanidad se plantea un sistema related de cara a 2027.
La agilización de este tipo de tareas es un ejemplo best de cómo la IA generativa afectará al mundo laboral. “Uno de los principales problemas actuales en las consultas médicas es que el médico se había convertido en un “introductor de datos” que solo te miraba a los ojos dos o tres veces, con suerte”, cube Jorge García Herrero, abogado corporativo especializado en protección de datos. “A la vista de los avances, period lógico que el intercambio de información entre médico y paciente fuera procesado por un modelo de lenguaje”, añade, para que el sistema resuma la conversación, someta los datos al criterio del profesional antes de registrarlo en el historial clínico y dé mejor acceso para el paciente, que puede repasar el diagnóstico sin analizar la temida letra del médico.
Pero la IA no es por ahora perfecta. Las transcripciones de palabras complejas siguen siendo un reto: “La doctora tenía que revisar cada uno de los apartados para asegurar que lo había transcrito bien”, cube Egido de su consulta. “Por lo que me comentó, desde que comenzaron a usarlo hace dos meses el sistema ha ido mejorando mucho la fiabilidad de la transcripción”, añade.
Un médico de un hospital de Quirónsalud que asistió este otoño a algún curso preparatorio cuenta a EL PAÍS que la empresa ya lo advertía. “Lo han testado y dicen que hay que tener cuidado con el corrector ortográfico. Puede aparecer una palabra que no entiendes y resulta que es una palabra que el corrector no tiene en su diccionario, pero nosotros usamos palabras que en los diccionarios habituales no están”, explica, y pone como fuente de confusión la palabra “heparina”, un medicamento anticoagulante.
En la presentación de Quirónsalud publicada en YouTube hay una diapositiva donde veladamente apuntan a problemas lingüísticos: “Léxico international común (entorno semántico adecuado)”. Los ejemplos en inglés de Kaiser funcionan bien, pero con el español y sus variantes dialectales en España y América Latina puede ser más complejo. Quirónsalud está probando el sistema al menos en hospitales madrileños, gallegos y catalanes.
Daniel Blanco, de Quirónsalud, admitía en cierto modo que estas IA pueden tener dificultades con especialidades más complejas: “Dicen que esto funciona mejor para un dolor de rodilla que para cardiología”, admitía. Fuentes de la empresa puntualizan que “en todas las especialidades hay consultas más simples y más complejas, y, de hecho, cardiología es una de las especialidades donde más uso tiene en alguno de los centros”. Las mismas fuentes añaden tres comentarios sobre estos riesgos: ”Uno, el médico y el paciente deciden cuándo usar Scribe, nada va a ser 100% common; dos, la transcripción y acciones de Scribe son revisadas, validadas y compartidas con el paciente; y tres, el sistema va aprendiendo cada día y mejorando con el uso”.
El tratamiento de datos tan sensibles puede ser delicado, pero García Herrero cree que su capacidad limitada podría eximir este sistema. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), consultada por este periódico, cube no haber recibido aún ningún caso. “Que se configure con una finalidad tan estrecha sortea las principales limitaciones del Reglamento Europeo de Inteligencia Synthetic, porque es un puro asistente sometido al criterio humano”, cube.
En una IA, pero ¿en cuál?
El modelo de IA que usa este Scribe es también un detalle por ahora desconocido: “Nos hemos apoyado en una IA. Tratamos de que sea agnóstico del motor de IA que hay al otro lado”, dijo Blanco, de Quirónsalud, en su charla. Si ese motor fuera uno de los célebres con sede en EE UU podría surgir algún problema: “Lo interesante y complejo sería saber si la herramienta es solo una capa de personalización de un sistema de IA como ChatGPT, porque ello implicaría transferencia de los datos procesados a una multinacional en otro estado extraeuropeo. Es necesario saber qué empresas están presentes en la cadena de subcontratación”, opina García Herrero.
Hay más preguntas difíciles de responder: la voz es un dato biométrico. A Egido, que no tuvo que firmar nada, su doctora le “hizo hincapié” en que “una vez transcrita la grabación, period eliminada por el sistema”. La empresa cube que “la conversación no se graba y solo se usa para generar el informe y las acciones de protocolos, peticiones de pruebas, prescripciones, solicitudes de cita que se desprendan del acto médico”.
En cuanto a los datos del paciente, José Varela, responsable de Digitalización del sindicato UGT, tiene otras dudas: “No es lo mismo la mecanización de los datos por parte de un sanitario en una plataforma de la empresa que si dichos datos puedan usarse para otros fines, como el propio entrenamiento del modelo”, cube. La empresa afirma que “se le pide consentimiento expreso al paciente”. Egido confirma que es un permiso sin firmar nada específicamente: “En un momento determinado [la doctora] me comentó que estaban comenzando a utilizar una aplicación con inteligencia synthetic y me pidió permiso como paso previo a comenzar a usarla”.
El proyecto de Quirónsalud pretende llegar hasta la renovación del espacio hospitalario: “De una consulta llena de cacharros a un escenario más cálido y atención más private”, según Blanco, que mostraba unas imágenes similares a las actuales oficinas bancarias físicas, con butacas marrones y mesas bajas.
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